Capítulo 12(a) - Venganza

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—De acuerdo. Ya he decidido

—¿Lo tienes claro? —preguntó, pero con solo mirarla ya supo cual sería su respuesta.

—Vamos a por ellos. Ha llegado el momento de hacerles pagar.

El héroe asintió con la cabeza. Probablemente él no hubiera decidido eso, pero había preferido no elegir, precisamente por la dificultad que entrañaba la decisión. Así que ahora lo que debía hacer era apoyar la decisión y procurar darlo todo para conseguir salir de allí con vida.

Ambos héroes dejaron atrás su cobertura y encararon a toda velocidad el camino que les separaba de la sala de mando. No tardaron en llamar la atención de los guardias, y un par de ellos, salieron a su paso. Rápidamente gritaron algo a los comunicadores que llevaban en sus muñecas, alertando al resto de la tripulación.

Adora y Mr. Luz no tenían tiempo que perder, debían entrar a esa sala costase lo que costase. De hecho la única posibilidad que tenían, según creían, era conseguir llegar a la sala de mando e intentar cerrarla desde dentro. De seguro debía contar con un mecanismo de cierre de seguridad que aislara a los comandantes y pilotos de cualquier problema que pudiera afectar al resto de la nave. Al fin y al cabo esa sala era el cerebro de la nave. Pero si alguien activaba el mecanismo antes de que ellos hubieran conseguido entrar, sus escasas posibilidades se habrían esfumado y nada podrían hacer.

—¡Sigue corriendo Adora! —le gritó justo antes de abalanzarse sobre uno de los guardias que les cortaban el paso. Le propinó un fuerte golpe en el pecho, antes siquiera que este pudiese apuntarle con su arma, que lo mandó varios metros por los aires.

Adora, haciendo caso de sus indicaciones continuó en dirección a la sala, cuando los tres grises que hacían guardia frente a la puerta prepararon sus armas. Mr. Luz siguió avanzando, siguiendo a la chica, cuando el otro guardia al que habían dejado atrás comenzó a disparar. Los disparos no les dieron de milagro, mientras se acercaban a menos de veinte metros de la puerta. Adora pudo ver como uno de los pilotos del interior de la sala corría hacia la pared y accionaba una palanca roja. Una gruesa plancha de un metal negro azabache comenzó a descender lentamente sobre la puerta. En tan solo unos cuantos segundos el único acceso estaría completamente sellado.

Adora sin dudarlo esquivó con agilidad a los guardias y se lanzó con los pies por delante, deslizándose hasta el interior de la sala, ante el asombro de la tripulación. Rápidamente se agazapó junto a la puerta e intentó, ayudada por el poder de su traje, frenar el avance de la pesada plancha metálica con sus manos desnudas, que descendía rápidamente.

—¡¡Mr Luz, date prisa!! —exclamó—. No puedo... detenerlo —dijo entrecortado por el enorme esfuerzo que estaba haciendo.

El héroe esquivo un rayo de plasma disparado por uno de los grises y se lanzó en su dirección. Por el otro extremo comenzaban a llegar decenas de soldados grises armados alertados por la situación.

Quinta Essentia (Trilogía EXO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora