Capítulo 16 - Las calaveras de cristal

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Mr. Luz esperaba inquieto junto a la ventana, mientras observaba impotente como las explosiones que se sucedían por toda la ciudad iluminaban el cielo nocturno de Sumadia. Gábriel había insistido en que debía reunirse en un lugar seguro y hablar. Decía que tenía que contarles lo que había pasado y que eso era más urgente que impedir el ataque que los clones estaban lanzando sobre la Tierra. Le hizo caso, pero no podía evitar sentir que había abandonado a la población a su suerte.

Adora estaba recostada, con las piernas cruzadas, en una cómoda butaca de aspecto vintage. Jonhy estaba sentado junto a ella en una silla sencilla, con las manos sobre las rodillas mientras jugueteaba nerviosamente con los dedos. Nada más llegar tuvieron lugar las presentaciones pertinentes, y ahora esperaban a que Gábriel relatara su historia y que esta pudiera esclarecerles lo que estaba sucediendo. Cuando Gábriel salió del baño el héroe se giró rápidamente. Gábriel se dirigió hacia un sofá con aspecto esponjoso que se encontraba frente a Adora y Jonhy. Al dejarse caer sobre el mullido sofá, soltó un suspiro de alivio. La verdad es que no había tenido ocasión de tomarse un respiro en los últimos días. Mr. Luz se acercó al grupo y tomó asiento junto a Gábriel.

—Muy bien, ya estamos listos —dijo Jonhy, impaciente porque comenzará la reunión.

Jonhy fue quien, por petición del héroe, reservó la habitación de hotel para que los héroes pudieran reunirse de manera discreta, ya que Acad Tecnologías, el lugar en el que hasta ahora habían hecho sus reuniones, ya no era un lugar seguro. Desde que Mr Luz y Adora escaparan de la sede de Acad Tec. robando al antigua nave, Vincent Rose, el magnate y nuevo dueño de Acad, tenía a los héroes entre ceja y ceja. Jonhy prefirió ser él quien hiciera la reserva, ya que los tres héroes con sus trajes especiales eran bastante llamativos y Vincent Rose, uno de los hombres más influyentes de Sumadia, tiene ojos y oídos en todas partes.

—Cuéntanos Gábriel —dijo Mr. Luz—, ¿qué está pasado? Y apresúrate, por favor.

—Rafael, amigo, entiendo lo que sientes. Pero créeme, ahora mismo no puedes salvarlos.

El héroe frunció el ceño.

—Muy bien, os lo explicaré todo —dijo Gábriel incorporándose hacia adelante, apoyando los codos sobre las rodillas y cruzando los dedos—. No pasaron más de dos días en Iruzbin desde que te fuiste cuando, de manera totalmente inesperada, cuando el planeta fue invadido por un numeroso escuadrón de naves. Las naves estaban llenas de clones como el que habéis visto. Comenzaron a llover miles, sino millones, de esos seres sobre las grandes ciudades de todo Iruzbin. Como habéis podido comprobar, tan solo uno de ellos supone un auténtico desafío. Podéis imaginaros la situación.

Los oyentes pusieron cara de circunstancia. No querían imaginárselo.

—Como os he dicho fue todo muy rápido. Las defensas Iruzbianas, aquel complejo sistema de control para evitar naves no deseadas —le recordó Gábriel a su antiguo compañero—, cayeron con excesiva facilidad... Los pocos hombres capaces para la lucha estaban desentrenados y no fueron rival para los clones de Kumrad. De hecho los más poderosos guerreros con los que contaba el pueblo Iruzbiano, el príncipe Fogos y su ejercito de guerreros águila, como los llamaban ellos, cayeron en la Tierra frente a Serssek. Iruzbin no tuvo posibilidad alguna.

Quinta Essentia (Trilogía EXO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora