Quinta Essentia (Trilogía EXO II)

Capítulo 20 - Un rayo de esperanza

Cuando la puerta de la nave se abrió, Adora se quedó perpleja con lo que vio. ¡Un hombre azul! Lo contempló sorprendida y confusa, preguntándose si el resto también lo veía o sería una nueva alucinación. El hombre, con una larga melena de pelo blanco completamente liso y una tupida barba, tenía la piel azul, al igual que la mujer que se le aparecía desde que era pequeña. Este ser tenía la piel de un tono azul más pálido, pero sin duda el parecido era significativo. Pero más extraño aún le pareció el hecho de que este ser le resultaba perturbadoramente familiar.

—Por fin os encuentro... por un momento pensé que ya era tarde.

—¡¿Enuk?! —dijo Gábriel, esbozando una sonrisa.

—¡Sí, eres tu Enuk! —exclamó satisfecho Mr. Luz—. ¡Estás vivo!

—Si, afortunadamente sigo vivo —respondió este con una sonrisa apenas visible bajo su tupida barba blanca—, y al fin doy con vosotros.

El héroe se percató, con solo verle el rostro, de la confusión de Adora. Él sabía lo de la mujer azul que ella veía, e instintivamente pensó en los Iruzbianos cuando ella se lo contó. Pero no le había hecho ningún comentario al respecto ya que no tenía ningún motivo para creer que pudiera ser Iruzbiana. Prefirió no decirle nada hasta que hubiera averiguado algo.

—Adora este es Enuk —intervino—. El príncipe de Iruzbin, del que ya te hable. Enuk esta es Adora, mi compañera.

Por un segundo Adora olvidó su confusión para centrarse en lo que acaba de oír: su compañera... Eso le sonó bien.

—Encantado Adora —dijo Enuk, mientras la analizaba con la mirada. La chica asintió con la cabeza mientras le sostenía la mirada.

—Tenéis la calavera de cristal, ¿verdad? —dijo de repente Enuk, volviendo al tema principal.

—Sí. Hemos conseguido hacernos con ella, pero los clones de Kumrad nos pisan los talones —le explicó Gábriel.

—De acuerdo, entonces no hay tiempo que perder. Subid a la nave, os sacaré de aquí.

—¿Por qué llevas una de sus naves? —les interrumpió Adora.

—La robé. Pero ahora no tenemos tiempo que perder, subid y os lo explicaré todo.

Los héroes asintieron y fueron entrando uno a uno en la nave. Una vez en su interior esta salió disparada hacia las alturas, poniendo distancia ante el acecharte peligro que suponían los clones.