Quinta Essentia (Trilogía EXO II)

Capítulo 23 - Redención

Adora y Mr. Luz salieron a la caza de Kumrad, que se alejaba rápidamente con su gran nave. A su alrededor un sinfín de naves se agolpaban, y de ellas comenzaban a salir clones. Varios de ellos se abalanzaron sobre los héroes, mientras estos repelían sus envites y se los quitaban de encima como podían. Lograron avanzar, pero la resistencia era cada vez mayor.

Luchaban incesantemente, cubriéndose y contraatacando, pero así no conseguirían alcanzar a Kumrad.

Entonces unas naves, más pequeñas que las de los clones descendieron del cielo y se incorporaron a la batalla.

—Son... ¿platillos volantes?

—¿Qué? —preguntó el héroe intentando verlos—. No puede ser...

Una gran explosión reclamó la atención de los numerosos clones, dando un respiro a los héroes. Las recién llegadas naves comenzaron a abrir fuego contra los clones, produciendo que varias de sus naves estallaran.

—Son... los grises —exclamó Mr Luz.

Los veloces platillos voladores zigzagueaban entre las naves, disparando a diestro y siniestro, destruyendo a clones y haciendo volar por los aires varias naves. Los clones, desconcertados ante esta inesperada incursión, centraron su atención en los nuevos enemigos.

Uno de los platillos sorteó todos los obstáculos y se acercó hasta ellos. La cúpula de cristal tintado de la nave se abrió y un gris con traje blanco y detalles azules apareció bajo ella.

—¡Naimah! —gritó el héroe emocionado. Pensó que habían sido destruidos... y por su culpa.

El gris le miró. Pese a no ser demasiado expresivos, el héroe pudo intuir una mirada cargada de rencor en sus grandes ojos negros.

—¿Han venido... a por nosotros? —susurró Adora a su lado.

El héroe no sabía que hacer, así que fue sincero.

—Naimah, lo siento...

El gris parpadeó.

—Se que no fue tu culpa. Tranquilo.

Esas palabras fueron música para sus oídos.

—Pensé que habíais muerto —dijo.

—Algunos sobrevivimos. Pero, en efecto, estamos muertos.