Quinta Essentia (Trilogía EXO II)

Capítulo 27 - Venganza

Kumrad estaba preparado para el combate. Junto a él, las trece calaveras sobre el depósito repleto de Quinta Essentia, cuyo brillo purpúreo se reflejaba en los afilados bordes de su feroz armadura, dándole un aspecto aún más aterrador. Todo está preparado.

—Bien, comencemos —dijo con osadía.

Sin pensárselo, Adora se lanzó sobre él con la voracidad de una fiera salvaje saltando sobre su presa. El héroe, con lágrimas en los ojos, aún conmocionado por la pérdida de Gábriel, siguió a Adora sin dudarlo y ambos cayeron sobre Kumrad.

Adora inició una letal combinación de patadas y puñetazos, impulsada por un ferviente sentimiento de venganza que crecía en su interior. Mr. Luz se unió a la chica descargando una serie de contundentes golpes. Kumrad esquivó los esquivó con una velocidad endiablada, y cuando estos le superaron los detuvo con firmeza con sus antebrazos y rodillas. Pese a luchar contra dos adversarios al mismo tiempo, no mostraba debilidad alguna. Detuvo una patada de Adora con su brazo y esquivó un puñetazo del héroe inclinándose rápidamente. En décimas de segundo, aprovechó su movimiento esquivo para asestar un golpe, cargando todo su brazo, contra el desprotegido estómago de Mr. Luz. Adora giró sobre si misma, y le lanzó una patada a la altura de la cara, pero este imitó el movimiento de Adora y, girando sobre si mismo, esquivó la patada de la chica y pateó al héroe, lanzándole por los aires hasta el final de la sala.

Adora, sorprendida, siguió el movimiento del cuerpo del héroe con la cabeza. Cuando la volvió a girar se encontró con los intensos ojos rubí de Kumrad, mirándola con regocijo. Una tormenta de puñetazos, rápidos como el relámpago, impactó brutalmente contra su estómago. Pese a la protección del traje, sintió un dolor intenso y desgarrador.

—Issais.. —susurró a su oído, mientras ella estaba paralizada a causa del dolor—. ¿Has vuelto de los infiernos para luchar... así? Vamos, sé que puedes hacerlo mejor.

Un fuego intenso ardió en su interior. Esas palabras provocaron que un torrente de adrenalina inundara sus venas. Un poder tan inmenso como incontrolable se estaba desatando.

Mr. Luz sorprendió apareciendo de las sombras y, lanzándose sobre él, asestó un fuerte puñetazo en el rostro de un Kumrad despistado. El golpe le hizo tambalear. El héroe aprovechó la situación y golpeó al monstruo en costillas y pecho con una rápida combinación de golpes.

Adora estaba experimentando una sensación extraña, de euforia, miedo, nerviosismo. Sintió frío, y después un mareo que la hizo perder el sentido.

Mr. Luz golpeaba a Kumrad hasta que este consiguió frenar la avalancha de golpes y contraatacar con una feroz cornada que catapultó al héroe nuevamente por los aires. Kumrad se giró y vio a Adora, con una mirada cargada de odio clavada en él.