Capítulo 26 - El ascenso del héroe

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¿No queréis saber como lo he conseguido? —les preguntó Kumrad levantando las cejas, intentando aparentar desilusión y pena, toda la que sus facciones duras y rasgos demoníacos le permitían—. Vamos... Me hace ilusión contarlo.

Los héroes esperaban inmóviles a diez metros de Kumrad. Este se encontraba junto al extraño artefacto que había creado, sobre el cual descansaban las calaveras de cristal.

—No nos interesan tus historias —le cortó la chica.

—Adora —intervino el héroe—, déjale hablar. Mucha gente inocente a muerto. Quiero saber porque.

—Pero...

—Tienes toda la razón. Es justo que sepas lo que ha pasado, al fin y al cabo estás en medio de todo este turbio asunto —explica Kumrad, acompañando la frase con una sonrisa—. Sabéis la leyenda de las calaveras de cristal, ¿verdad? Enuk os la contaría.

Mr. Luz asintió.

—El gran Misha.. Un glorioso héroe que, sin motivo aparente, decide destruir el universo. Un poco raro, ¿no crees? Lo que las leyendas no cuentan es que fue lo que descubrió Misha que le llevó a tomar esa decisión. Pues bien, Misha descubrió lo mismo que yo. Que el universo es una jodida mentira ideada para mantenernos cautivos —dijo, haciendo un gesto con las manos señalando a su alrededor—. Sin embargo, no me resulto nada sencillo conseguir las calaveras. Al principio comencé a buscar información de las razas primigenias. Estaba yo solo y los únicos recursos con que contaba era una pequeña nave espacial. Con ella llegué a varios mundos abandonados, en los que otrora habitaron dos de estas razas, ahora extintas. Y, ¡premio!. Encontré mis tres primeras calaveras. Dos en Hizpol y otra en el lejano Dai roman. Las cuatro siguientes fueron más complicadas, ya que sus poseedores contaban con ejércitos. Sin embargo el destino me sonrió, tendiéndome un cable. Aprendí a manipular a mi padre sin que el se diera cuenta. Podía inducirle pensamientos que el creía suyos. Así conseguí las cinco siguientes calaveras. Mi padre proponía y autorizaba invasiones y colonizaciones de mundos en busca de más oro. Ya había encontrado en la Tierra, pero el proceso era lento y costoso. Si hubieran tenido varios mundos de los que extraer, el oro se podría haber conseguido más rápido. Utilice el ejercito Iruzbiano para limpiarme el camino. ¿Te acuerdas Issais? - la miró con picardía.

—Bastardo...

—En algunos casos aproveché la confusión que los Iruzbianos creaban para hacerme con la calavera sin ser visto. En otros casos simplemente esperé a que los Iruzbianos hubieran acabado con todo bicho viviente, para, tranquilamente, ir a por las calaveras. Sin embargo los Iruzbianos también guardaban dos calaveras, y no iba a conseguir que se mataran a si mismos, así que iba a necesitar mi propio ejercito. A esas alturas ya había estudiado a fondo la Quinta essentia, y comenzaba a saber trabajarla. Entonces otro golpe de suerte. Los Iruzbianos que trabajaban en la Tierra extrayendo oro, se revelaron. Ya no querían seguir trabajando tan duro. Entonces le propuse a mi padre una solución: “¿Por qué no creas un híbrido? Un ser primitivo que podáis usar de mano de obra”. Así es, yo fui el promotor de vuestra creación —expresa orgulloso—. Hice unos pequeños retoques sin que mi padre se percatara. Manipulé vuestro código matiz para aumentar la producción de Quinta Essentia. Potencié vuestra capacidad de sentir. Eso os hizo más “poderosos” de lo que esperaba, tu eres el vivo ejemplo —dice señalando a Mr. Luz con un gesto—, pero el objetivo principal funcionó: producíais grandes cantidades de Quinta Essentia. Quinta Essentia que yo canalizaba y acumulaba. Cuando los Iruzbianos abandonaron la Tierra, con sus naves repletas de oro, le propuse a Serssek que tomara el mando. Con Serssek siempre tuve buena relación, al fin y al cabo era familia de mi madre y, aunque no la conocí, llevaba su sangre. Le recomendé un mandato duro fundado en el miedo. Así lo hizo. Es que descubrí que las emociones que más Quinta Essentia producían eran el miedo y la felicidad. La verdad es que la producción de esta segunda era mayor, pero era más costoso de conseguir. Aterrorizar resulta más sencillo, y también más divertido, jajaja.

Quinta Essentia (Trilogía EXO II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora