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"MALA NOCHE PT. 2":

Llevar a Minho al hospital.

La simple mención de ese lugar hizo que Jeongin sintiera que la sangre se iba de su cuerpo. Oh por favor, no quería que aquello pasase, sin embargo, jamás le habías visto llorar de esa manera en los meses que llevaba viviendo con ellos.

Se sentó en la cama, recibiendo ahora el abrazo de Minho quien se apartó del peli morado para que este pudiese sacar las pastillas, y luego ofrecérselas junto a un vaso de agua.

- N-no. - Lloró, no queriendo tener que tomarlas ya que podía recordar ese terrible sabor que tenían en su paladar.

- Vamos pequeño, tienes que tomarla para que te sientas mejor, - Le animó Jeongin, abrazando su delgado cuerpo y dando un cariñoso beso en su coronilla. - Por favor.

La mano de Christopher fue a la cabellera negra, acariciándolo. - Vamos, ¿No quieres sentirte mejor?

Minho soltó un sollozo más fuerte. Dejó pasar unos segundos cuando se solo giró su cabeza hacia Christopher, logrando que el corazón le diera un vuelco al verle tener esa expresión. - Appa, - Le llamó, Christopher le sonrió acercándole el vaso. - ¿Ya no me v-va a doler la cabeza?

A el pálido no le gustaba mentir, pues no estaba seguro de que si funcionaría sí que mejor le dio otra respuesta que calmó al menor. - Jeongin y yo estaremos a tu lado, pase lo que pase. Te lo prometo Minho.

El niño aceptó tomarse la medicina que le dio el pálido. Apenas lo hizo, volvió a refugiarse en los brazos de Jeongin soltando un quejido por el sabor y la terrible sensación en su garganta. En eso, la pareja notó que la puerta se abría más, Jisung y Félix estaban asomándose por ella. No dijeron palabra, pero los dos pares de ojos miraban asustados al que continuaba llorando, ahora más calmado que antes.

- ¿Qué hacen levantados? - Preguntó Christopher.

Lo niños siguieron sin hablar, estaban preocupados. - Chris, llévalos a la cama.

Pidió Jeongin, acariciando los brazos de su pequeño niño, y de vez en cuando su cabellera. El peli morado asintió, dando una última mirada al pelinegro para verle más calmado. Esperaba que la medicina surgiera efecto, lo que menor deseaba era tener que llevarlo al hospital. Caminó hasta la puerta e hizo que los menores le siguieran, tomándoles de la mano.

Jeongin siguió acariciando a Minho. El pequeño continuaba sintiendo ese horrible dolor de cabeza, pero ya no quería vomitar. Cerró los ojos, disfrutando de la calidez y amor que sentía por parte del mayor.

- Jamás me vuelvas a hacer eso, - Escuchó de parte de la voz de Jeong. - Si te sientes mal, me despiertas.

》 ¿Qué voy a hacer si mi pequeño se enferma? - Susurró. No podía borrar de su cabeza el llanto desesperado de Minho, y la manera en la que les llamó. - No importa la hora ¿Oíste?

Minho asintió. Jamás se había sentido tan amado y protegido, por lo que las ganas de llorar volvieron. - Es que no quería molestarlos. - Susurró. Se negó a moverse de su lugar cuando Jeongin quiso verle la cara, por lo que aplicó más fuerza al abrazo. - No quiero que se enojen conmigo.

》 Sí se enojan conmigo, me van a regresar allá, y yo quiero vivir para siempre con ustedes.

Una sonrisa creció en los labios de Jeongin, quien aplicó otro beso en la frente del menor, ahora con un poco menos de temperatura.

- Ven, siéntate en mis piernas. - Le ayudó para que quedará sobre sus piernas cruzadas, y volvieron a abrazarse, con el pelinegro ahora ocultando su cabeza en el cuello de Jeongin.

》Aiigo Minho acaso no te había dicho que jamás te irás de mi lado, ni yo del tuyo. - Le recordó, meciéndolo con cuidado. - Siempre, siempre serás mi bebé, por más que me moleste contigo, o tú conmigo.

El niño sorbió por su nariz, escuchando las amorosas palabras de su padre. 》 Hoy me asustaste mucho, así que quiero que la próxima vez que te sientas mal me digas enseguida, sin importar que este durmiendo ¿Entendido?

El pequeño asintió.

Ambos guardaron silencio, simplemente meciéndose un poco por los siguientes minutos. Cuando pasaron alrededor de diez de ellos, Christopher entró al cuarto. Sonrió al ver la tierna posición en la que estaban, y se acercó a ellos con algo en manos. Unos peluches.

- Sunggie me dio a I.N, dijo que te cuidará, - Minho volteó solo un poco, para ver al zorro y al muñeco. - Y Lixie me dio a Spiderman para que te sientas mejor.

Christopher se los dio, y los abrazó a ambos peluches con fuerza. La pareja sonrió al verle, en los meses que llevaba con ellos jamás le vieron tan alterado, por lo que se llevaron un gran susto.

- Lo mejor será dormir. - Jeongin habló, para luego recibir ayuda de su novio para acomodar al pequeño en la cama. Volvió a ser cubierto con la sabana, y recibió unos cuantos besos más, provocando que sonriera. Se sentía mucho mejor al tener a ambos a su lado.

Christopher le acomodó el flequillo una vez y estuvo recostado a su lado, para después recibir un hermoso. - Te quiero appa Chris. - Se quedó helado, mirando con los ojos abiertos al niño y comenzando sonreír como un bobo.

- Y yo a ti, - Hizo un gran esfuerzo para no llorar. La carita de Minho aún tenía las mejillas, nariz y ojos rojos, por lo que se vio muy tierno al decir aquello. Le abrazó, dejando que se acurrucara en él. - Descansa.

Cuando volteó a ver a Jeong le atrapó llorando. Demasiadas emociones para el pobre pelinegro. Christopher sonrió y le hizo una seña para que se acercara, permitiendo que también durmiera casi pegado a ellos, dejando por supuesto un espacio para no aplastar al menor.

En vez de eso utilizó su mano para acariciar su cabeza, Minho se volteó un momento y sonrió. - Te quiero appa Innie.

Y se acomodó para dormir. Dejando a los adultos con un agradable sentimiento en el pecho. Se miraron, y Christopher movió los labios para decir "bebé llorón". Jeongin sonrió negando con su cabeza, fijándose luego en el menor hasta asegurarse de que se quedara dormido.

A pesar de que todo resultó solo un gran susto, pues Minho despertó en perfecto estado (tan solo sintiendo las consecuencias de quedarse despierto hasta tarde llorando) Christopher y Jeongin sabían que siempre recordarían esa noche con una sonrisa.  

Cosas de Padres ヅ Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora