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“JUEGOS EN CASA”:

- ¡Bienvenidos al show de Jinnie! - Gritó el nombrado, levantando los brazos mientras miraba a su público, que contaba de un Minnie con una galleta en manos y varios peluches regados por varias partes aparentando estar sentados en orden. - ¡El mejor bailarín del mundo!

Hizo una reverencia hacia su público, para luego acomodarse en la posición que había visto en uno de los vídeos que Jeongin le había puesto el otro día, y por supuesto, con sus zapatillas puestas. Estos zapatos negros se habían convertido parte de Hyunjin, quien hasta había llegado a dormir con ellas puestas. Las amaba, y en definitiva llegaba a sentirse como un bailarín profesional. Sus padres ya estaban buscando una academia que se acomodara a sus necesidades, pero mientras hallaban una, el pequeño acostumbraba a bailar frente a sus queridos fans.

- ¡Jinniee! - Gritó Minnie, aplaudiendo luego de comerse la galleta. Ya había comido, y eso significaba que estaba de buen humor.

El nombrado sonrió, volteó a ver a su hermano mayor, sentado a la derecha. Minho, como de costumbre, comenzó a fingir que tocaba el piano mientras hacía ruidos con la boca, alguna melodía que se viniese a la mente. Entonces Hyunjin comenzaba a danzar.

El mayor normalmente ni prestaba atención a las “teclas” que presionaba de su cuaderno, pues su vista estaba fija en el pequeño bailarín. El menor daba saltos, como si hubiese charcos en el piso y quisiera evitarlos, se paraba de puntillas, e imitaba a las personas que veía de esos videos, repitiendo los pasos que más le gustaban, y que trataba de hacer a la perfección.

No todos los días hacían eso, y normalmente estaban todos sus hermanos, pero ese día Changbin y los mellizos quisieron ir al parque y Christopher accedió a llevarlos, para luego pasar a comprar la cena. Eso significaba que dejó a Jeongin con sus otros tres hijos, mientras hablada por teléfono con su padre. Constantemente iba a asomarse a la habitación, sin soltar el móvil, y sonreír levemente al verles jugar.

Hyunjin dio una vuelta en su lugar, y Seungmin aplaudió. Aunque la mayoría del tiempo se comportase como un envidioso, tenía momentos donde disfrutaba estar con sus hermanos, y ese era uno de esos momentos. Hyunjin se detuvo, elevando una pierna flexionada, con su pie posado en la rodilla contraria, y con los brazos semi doblados hacia adelante, como si abrazara a alguien. Se tambaleó, y bajó por un momento su pie, pero rápidamente volvió a acomodarlo en su lugar. Sonrió al escuchar de vuelta los aplausos de su hermanito menor, e imagino que todos sus peluches también lo hacían, gritando su nombre, junto a varias exclamaciones como que era el mejor de todos.

- Gracias, - Dijo, para luego pararse derechito y hacer una reverencia. Minho también aplaudió, y Hyunjin volteó a verlo para sonreír apenadamente. - ¿Le gustó mi baile, hyung?

El mayor asintió, y tomó a un oso blanco de peluche, para ofrecérselo al menor. - Sí Hyunjin, toma, imagina que son flores, - El pequeño fue hasta él para tomar al oso, y abrazarlo con cuidado, obedeciendo a su hermano e imaginándolo como rosas. - Vi que se los dan a los bailarines cuando acaban.

Sus mejillas se colorearon, y Hyunjin fue hasta él para abrazarle por el cuello, causando que casi cayera al suelo por la fuerza con la que llegó. Minho rio, dando solo unos golpecitos en la espalda de su hermanito. Cuando se apartaron, Hyunjin seguía sonrojado, y abrazó al peluche ocultando un poco su rostro.

- ¡Sigamos jugando hyung! - Minho hizo una mueca al oír al menor, no quería desilusionarlo, pero ya se aburría de jugar a solamente tocar el piano. Suspiró.

- ¿No quieres que juguemos a otra cosa Hyunjin? - Vio como el castaño dejaba de abrazar con fuerza al peluche, para mirar a Minho. Comenzaba a parar sus labios, en especial el inferior. - Tal vez podrías jugar con Seungmin con sus juguetes, a mí no me deja jugar con ellos.

El castaño volteó a ver a su hermanito, viendo cómo se apoyaba en sus manos para ponerse de pie, y luego irse hacia su baúl de juguetes. Hyunjin negó, volviendo su vista al mayor. - No, yo quiero jugar con usted, hyung.

Minho sonrió, contento con la respuesta. Miró a su alrededor, pensando en algo en lo que pudiesen entretenerse. No se esperó ese gritito de Hyunjin, quien ansioso comenzó a saltar en su lugar para luego pedirle a su hyung. 》 ¡Juguemos a los appas!

El pelinegro ya había jugado a aquello antes con su hermanito, de hecho, ya habían jugado todos a la familia. Normalmente él era uno de los appas, ya que era el mayor, incluso en una ocasión pidió ser el bebé para que le dejasen quedarse en cama y le consintieran como a uno, dándole de comer en la boca. Pero en ese momento solo estaban ellos, y ya sabía que Hyunjin le pediría que fuese su esposo.

》 ¡Por favor hyung! Seremos los appas de Minnie. - Y apuntó al menor, quien volteó al escuchar su nombre, dejando de lado la búsqueda de sus juguetes.

El pelinegro sonrió, asintiendo mientras escuchaba el gritó de emoción de Hyunjin. Minho se puso de pie, cerrando su cuaderno y mirando como el menor comenzaba a acomodar los peluches para hacer espacio para que jugaran. Luego fue por Seungmin, y con trabajo le levantó del suelo ganándose quejas del pequeño. Con dificultad le dejó sobre una de las pequeñas sillas que había en el cuarto, luego acomodando la mesita frente a el menor de la habitación. Poco a poco comprendió a lo que iban a jugar, y se emocionó, ya que eso significaba que, para representar la comidas, le darían galletas.

》 Ya casi es de noche, - Imaginó el castaño, mirando a Seungmin. - Ya casi irás a la cama.

Minho ya estaba parado al lado de ellos, con una expresión un tanto sería. 》 Appa Minho te llevara a la cama.

- ¿Por qué yo? - Le preguntó el pelinegro.

- Pues porque eres más grande. - Respondió como si fuese obvio Hyunjin.

- ¡Galletas! - Gritó Seungmin a sus “appas”. - ¡Galletas!

- ¡La cena! Casi se me olvida. - Y el pequeño Hyunjin golpeó su frente, como había visto hacer a Jeongin, y luego volteó a ver a Minho. - Tienes que ir al súper mercado. - Y con eso se refería a la cocina.

- ¿Por qué yo? - Volvió a preguntar, escuchando la risa de Seungmin de fondo. - No me digas, porque soy el más grande.

- Y porque te quiero mucho. - Hyunjin le abrazó, esperando que aquello fuese suficiente para que el niño aceptara ir. Si Minho iba y Jeongin le atrapaba, estaba seguro de que no les echaría de cabeza.

El pelinegro suspiró, y acarició la cabeza del pequeño para luego separarse. - Bien, galletas para la rana.

- Appa Innie dijo que podemos decirle puppy, si no se enoja. - Le recordó Hyunjin, viendo como su “marido” iba a la cocina, se volteó a ver al pequeño, quien ya estaba emocionado por recibir sus galletas. - Tienes un buen appa Seungminnie.

- Ajá. - El pequeño estaba atentó a la puerta, esperando a que regresará el mayor.

Hyunjin disfrutaba mucho jugar a los appas con Minho, principalmente porque el pelinegro hacía todo lo que le pedía, aunque se quejara. Dio unos saltitos emocionados, dándose la vuelta para comenzar a preparar la cama de Changbin donde “dormiría” Seungmin, y él y su “marido” se recostarían solo unos segundos en la de Minho, en lo que “amanecía”.

Cosas de Padres ヅ Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora