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"INESPERADO":

- ¿No te dijeron nada? ¿En serio? - Preguntó Jeongin observando el perfil de su novio mientras manejaba, obteniendo como respuesta un movimiento de cabeza en negación.

Soltó un poco de aire y se fijó en el espejo retrovisor, para ver las expresiones de los niños. Minho miraba con indiferencia la calle, mientras que Jisung jugaba con su amado peluche de zorro y Félix tatareaba la canción que sonaba en la radio, sentados en las sillas del carro.

Los habían llevado al trabajo ese día, siendo ya el quinto y último de la semana. Estaban un poco cansados, en especial Minho de quien aprendieron que sus horas de sueños eran sagradas. Se la pasaba serio por las mañanas, molesto en silencio por ser levantado tan temprano. Para suerte del menor, el día siguiente era fin de semana y podría levantarse a la hora que les plazca.

- ¿Podemos pasar por un helado? - Pregunto Félix de repente, dejando de tatarear.

- Ya que nos desocupemos, sí. - Respondió Chris, centrado en el camino. El pequeño sonrió y retomo su canción, comenzando a susurrarle cosas a su hermano y su peluche.

Jeong también sonrió, acomodándose en su asiento. Luego de tres días de luto y de la cremación del primo del peligris, la pareja había intentado retomar su vida. Se vieron interrumpidos esa tarde, a solo dos días después, cuando llamaron a Christopher de casa  de sus tíos y le rogaron que fueran de inmediato junto a Jeongin. Se negó al principio argumentando que tenía trabajo que hacer, y tampoco creía conveniente ir por Jeong para simplemente sacarlo del suyo, pero su familia sonaba desesperada. Le repitieron que era sumamente importante que fuera, y acepto para después llamar a su novio y decirle lo mismo.

Y ahí estaban, en dirección a la casa de sus tíos sin tener la menor idea del por qué.

No tardaron en llegar a la residencia, adentrándose a la casa con los pequeños. En seguida se notó un aura lúgubre, aunque fueron recibidos con una sonrisa por parte de la tía de Chris, la madre del fallecido.

Dejaron a los niños en la sala, pidiéndoles que jugaran en silencio y prometiéndoles que no tardarían tanto en charlar con los adultos. Luego siguieron a la mujer, sin tener la menor idea de lo que les esperaba.

En la mesa del comedor estaban alguno de los familiares de Christopher reunidos (sus tíos y prima), junto con un hombre desconocido que tenías varias hojas y documentos sobre la mesa. Saludaron con una reverencia y pasaron a sentarse.

- ¿De qué se trata todo esto? - Preguntó Chris a sus tíos.

- Seongjin dejó testamento, y están mencionados. - Explicó el hombre refiriéndose a su hijo, sorprendiendo a la pareja. - Estábamos revisándolo junto con el abogado de la familia y nos hemos llevamos esta sorpresa

- ¿Qué? - Pregunto Jeongin en voz baja. No daba créditos de lo que escuchaba.

- Sí, lo hizo hace unos meses. - Hablo el hombre desconocido, moviendo la hoja en su mano. - Aquí esta y necesitamos llegar a un acuerdo.

La pareja volteó a verse, sin poder imaginar el motivo por el cual eran mencionados en aquel documento.

- Christopher, Jeongin, creo que es mejor si evitamos los rodeos. - Empezó a decir la madre de Seongjin, tomando aire antes de volver a hablar. - Mi muchacho deseaba que se hicieran cargo de sus hijos.

Ambos abrieron sus ojos lo más que pudieron, sin creer lo que escucharon. - ¿Qué? - Volvió a preguntar Jeongin, sin darse cuenta.

- Sí, verás Chris. - Hablo la hermana menor de Seongjin, unos años menor que él. - Él dice en el testamento que ustedes dos son los más adecuados para criar niños. Saben que mi hermano acababa de pasar por el divorcio y creo que eso le orilló a pensar que tenía que dejarle la custodia a alguien en caso de... que pasara algo.

Los ojos de la mujer se humedecieron. Ella había estado cuidando de los infantes mientras su hermano estaba internado, pero ahora que había muerto no estaba segura de que hacer. Ella no podía mantenerlos, aunque recibiese ayuda de su novio, todavía seguía estudiando en la Universidad.

Dejando aquello de lado y volviendo al momento que se vivía, Christopher y jeongin estaban muy sorprendidos, no sabían cómo reaccionar. Justo en ese momento se escuchó un quejido de Minho desde la sala, seguido de las carcajadas de Jisung y el gritó de Félix. - ¡Cárgame Hyung!

- Esos fueron los deseos de mi hijo, pero por supuesto que él no sabía que ustedes ya tendrían pequeños que cuidar, - Les dijo el padre. - Entenderemos totalmente si no creen conveniente adoptarlos.

- Pero por favor, considérenlo, - Casi rogó la mujer mayor. - Nosotros somos familia y por cualquier cosa que necesiten estaremos para ayudarle.

- Y no es por presionarlos, pero realmente apreciaría que respondieran rápido, - El abogado habló hacia la pareja. - Para comenzar a ver que haremos con los niños.

- Denme unos minutos. - Jeongin se puso de pie y dio una reverencia antes de irse al patio de la casa que estaba adornado como un hermoso jardín con varias estatuillas, tomando aire fresco y frotando su rostro.

Se sentía mareado, y como si en cualquier momento fuera a desmayarse.

- Innie.

Christopher se paró frente a él, tomando sus manos para alejarlas de su rostro y para que pudiera verle. - No puedo dejarlos, son mis sobrinos. Sí Seongjin lo pidió así no puedo decirle que no.

- Chris.

- Yo no podría darles la espalda.

- Christopher respira.

- Por favor escúchame Jeonnie. - Rogó el peligris, sin darse cuenta de que él era el alterado.

Jeongin acarició las manos del menor, sonriendo. - No pensaba decirte que no, solo... - Volteó a la casa, pensando en que decir. - Quería saber cómo vamos a hacer las cosas de ahora en adelante.

》Yo tampoco podría decir que no, estuvimos con esos niños desde que nacieron. Tú más que nadie sabe el cariño que les tengo.

Se dieron un abrazo, mostrando de vuelta que eran el apoyo del otro. Se quedaron en silencio un rato, creando cada uno en plan en mente, reacomodando su vida actual.

- ¿Crees que se lo tomen bien los niños? - Cuestiono Chris, acariciando la ancha espalda de su novio. Jeong asintió.

- Eso espero, sino ya veremos que haremos. - Recibió un beso en su cuello y soltó una pequeña risa.

- Joder Innie, te amo. - Le dijo al oído, apretándolo entre sus brazos.

- Yo también te amo, no sé qué haría sin ti.

Christopher rio, separándose del abrazo. - Soy el novio perfecto Innie, me pediste un hijo y te di más ¿Quieres que te cumple otro deseo?

La risa de Jeongin llegó a los oídos del menor como música, y ambos se dirigieron una sonrisa tomándose de la mano. - Realmente quiero un helado, y estoy seguro que los niños no habrán olvidado que se los prometiste, así que vamos luego de ver esto.

Chris asintió, para dejar un beso en la mejilla de su novio junto a un. - Hecho, entremos.

Y así que, ingresaron de vuelta a la casa, encontrándose con los adultos en la mesa prestando su atención a los pequeños mellizos, quienes se paraban de puntitas tratando de acercarse más a la mujer que conocieron días atrás cuando les visitó en casa. - Ah, ya los vi, gracias noona ¡Papás! - Félix fue hasta Jeongin, quien sin problema alguno le cargo, seguido de Jisung quien hizo antes una reverencia así a la mujer. - ¿Ya nos vamos? Minho hyung no quiere jugar más con nosotros. - Hablo el mayor de los mellizos.

- Además, quiero mi helado. - Dijo Félix.

El pelinegro les sonrió a los niños. - Ya casi pequeños, si nos esperan incluso les compraré algo especial para cenar ¿Okay?

Los niños movieron al unisonó sus cabezas de arriba abajo muy rápido, emocionados. Jeongin le regresó al suelo a Félix y ambos desaparecieron por donde llegaron, regresando a donde su hermano.

La pareja volvió a sentarse en sus lugares, y se tomaron de la mano antes de comenzar a hablar.

Créditosss LaGalletaQueEscribe

Cosas de Padres ヅ Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora