Cosas de Padres ヅ Stray Kids

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"UN DECISIÓN QUE TOMAR":

Con el desayuno ya servido, la pareja lo tomaba en la habitación vacía, ambos recargados en la pared y en silencio. Analizaban el cuarto recientemente desocupado, que anteriormente era como una sala de televisión, pero ahora estaba incluso pintado de un color totalmente diferente al anterior, verde claro.

Ahí sería la habitación de sus hijos o hija.

Ambos se alimentaban en silencio, sumidos en sus pensamientos. Dos días habían pasado desde que conocieron a los niños, y aún no habían tomado una decisión.

Trataban de visualizar a alguno de los pequeños ahí, pero les costaba. Igual tendría que decidir rápido, para saber si tendrían que comprar unas camas o una cuna.

- Cariño, - Comenzó a decir Christopher, con sutileza- ¿Qué piensas?

Jeongin pasó saliva sin mirar a su novio. - Nada, intento pensar en algo, pero de pronto pienso en otras cosas y termina todo revuelto, estoy muy confundido.

Luego volteo a ver a su novio, suspirando 》 ¿Y tú?

- En Minho, - Confeso Chris. - He pensado mucho en él.

Mentiría Jeongin si dijese que no había pensado en el pequeño pelinegro, después de todo, la primera noche luego de verlos no pudo dejar de ver esa carita junto con las palabras "Yo sé que eso no va a pasar, soy muy grande...".

- Yo también he pensado en él.

Guardaron silencio, reflexionando. Adoptar a Minho no sería sencillo, él ya era grande y seguro le costaría un poco más acoplarse a ellos, pero no imposible. Sin embargo, eso también simbolizaba separarlo de los mellizos, y por lo que había escuchado aquello no se lo tomarían bien ninguno de los dos.

- Si traemos a Félix y Jisung, seguramente nos odien, - Pensó en voz alta Christopher. - Y si traemos a Minho será igual.

En la mente de Jeongin apareció los rostros del trio de pequeños, pero no paso mucho cuando también pensó en la pequeña Hye. Su corazón no dio un vuelco como cuando pensaba en el par de varones, entonces lo supo.

- Tendríamos que adoptar a los tres.

Continuaron observándose a los ojos. Chris escucho esas palabras y enseguida decidió dejar la comida de lado, para centrarse en su novio.

- ¿A los tres?

El pelinegro asintió - Piénsalo Chris, nosotros podemos, nuestros trabajos nos lo permiten y los tres son muy lindos.

- Pero habíamos dicho que sería uno o dos, no tres.

El pelinegro agacho la cabeza, y no volvió a decir nada. Paso casi un minuto de total silencio, hasta que Christopher se puso de pie y abandono la habitación. Jeongin cerró los ojos, tendría que descubrir la manera de convencer al peligris de adoptar a los tres. A pesar de que al ver a la pequeña bebé pensó que era la indicada, de pronto no se veía como padre de alguien más que no fueran de ese trio de niños.

Volvió a escuchar las pisadas de su novio entrando al cuarto, y levanto la cabeza. Él se hinco frente a Jeongin y suspiró. - Vamos, hay unas camas que comprar y un cuarto que decorar. - Y sonrió con sinceridad.

Una preciosa sonrisa se extendió por el rostro de Jeongin, quien se lanzó a su pareja para ambos acabar en el suelo. Le dio varios besos a su novio, mientras Christopher reía encantado.

- ¿No lo dices porque sientes que debes hacerlo? Serán nuestros hijos Chris, quiero que estés seguro.

El peligris subió una de sus manos hasta el rostro de su amado, acariciando su mejilla a la vez que asentía. - Si quiero Innie, quiero ser padre de esos tres pequeños, contigo. Quiero ver cada vez que Jisung le dé un dulce del bolsillo de su pantalón a Félix y hacer que Minho se comporte como un niño.

Jeongin volvió a sonreír, y no se privó de darle un amoroso besó a su pareja. Se apartaron hasta que el aire les falto.

》Así que levántate hermoso, tenemos que adecuar esta habitación para que sea perfecta para nuestros pequeños.

Jeongin volvió a besar a su novio sabiendo que él aún estaba inseguro de lo que harían, pero ya se encargaría de transmitirle la seguridad que necesitaban. Estaba a su lado, y eso nadie lo iba a cambiar.

- Vale, iremos, pero primero déjame acabar mi desayuno. Deberías hacer lo mismo. - Ambos rieron, y sin más se sentaron de vuelta en el suelo para terminar el que sería uno de sus últimos desayunos solos en mucho tiempo.

Créditos a LaGalletaQueEscribe