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"CASTIGO":

Minho realmente consideró por un momento jamás volver a defender a sus hermanitos, nunca de nuevo en su vida. Y eso por la simple razón de que el castigo era terrible para él. Podía de alguna manera sobrevivir con los que haceres que de pronto Jeongin le asignó, también soportaba los ejercicios que Christopher consiguió para él, pero no dormir sus siestas, era el mismísimo infierno. Aunque eso no le restaba puntos a lo demás.

Jeongin parecía encantado con tener nuevo sirviente en la casa, solo faltaba ponerle un trae de sirvienta. O así lo veía MInho, a pesar de que solo le pedía lavar los trastes y algunas veces barrer la cocina o la sala. Chris le daba ejercicios de matemáticas, de español y de lógica para que estuviese ocupado. El pequeño no se hubiera quejado si fuese sencillo, pero no, parecían problemas para estudiantes de secundaria. Eran complicadísimos de responder para un simple alumno de segundo de primaria (aunque igual exageraba). Minho creía estar pasando por uno de los momentos más duros de su vida, y ni siquiera los infinitos agradecimientos de sus hermanos menores reponían sus ganas de tirarse, aunque fuese en la alfombra a dormir. Anhelaba tanto sus siestas. Solo serían tres días de castigo, ni siquiera quería imaginar el martirio que pasaría si fuese una semana.

Por eso, siendo el tercer y último día del castigo, Minho pensó que, al acabar con su complicada tarea, podría descansar. Ver televisión era tentador, pero también la tenía prohibida. Escucho jugar a Hyunjin y Félix, pero no planeaba jugar con ellos a la familia, no ese día.

Entonces sus oscuros ojos se fijaron en el sillón, y este casi le gritaba para que se recostara en él. Como buen niño, obedeció, recostándose mientras abrazaba una almohada, cerrando por un momento sus ojitos.

Pero no pasaron ni dos minutos cuando se escuchó. - ¡Lino dormido! - Se sentó con velocidad, casi asesinando con la mirada al pequeño soplón. Seungmin le miraba frente al sillón, abrazando un peluche que le pertenecía al principio a Hyunjin, pero ahora era suyo. Seungmin no estaba seguro de que ocurría con la situación de Minho, pero sabía que, si le reportaba, Jeongin le felicitaría.

Y así fue, el pelinegro apareció en la sala, mirando enseguida al niño mayor. - ¿Tienes sueño? - Minho de forma inconsciente asintió, al tiempo que hacia una mueca. Jeongin sonrió, enternecido, pero como tantas veces se repetía, su pequeño fanático de Spiderman estaba castigado. - En ese caso arriba, hay platos que lavar.

Minho se quejó, fingiendo llorar. Tal vez, así lograba convencerle de dejarle dormir un rato, pero no.

- Appa. - pidió, poniendo su mejor expresión de inocencia.

- Vamos, vamos. - Fue hasta él, poniéndolo de pie y le llevó por los hombros hasta la cocina.

A Minho le tocó lavar platos, vasos y algunas tazas, escuchando de fondo como Seungmin pedía su premio por ser buen niño, y recibía solamente una caricia en sus cabellos, en vez de una galleta. Pudo oír a Hyunjin gritándole a Changbin que dejara a Félix, y mejor le cargara a él.

Suspiró, un poco enfadado.

Podía decir que el momento más relajante de su día fue la hora del baño. Cansado, llegó un momento donde estaba bajo la lluvia artificial, de pie y solamente empapándose totalmente. No tenía ganas de salir, y no lo hubiese hecho si Jeongin no hubiese entrado al baño.

- ¡Minho, sal ya! - Le dijo, mientras comenzaba a buscar algo en uno de los estantes.

- ¡Appa! - Se quejó, principalmente porque entro sin tocar. - ¡Tiene que tocar antes de entrar!

- Cálmate Minho, - Dijo, demostrando que no estaba de humor para lidiar con ese tipo de cosas. - Es mi casa y entró a donde sea sin tocar ¿Escuchaste?

Cosas de Padres ヅ Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora