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“JINNIE”:

Oficialmente era el día de Hyunjin. El pequeño fue despertado con besos y abrazos por parte de sus padres, y sus hermanos le felicitaron. Estaba muy emocionado, con grandes expectativas para ese día.

En clase, gracias a que los mellizos se pusieron de acuerdo, gritando que era el cumpleaños de su hermano, todos cantaron “Feliz Cumpleaños” y le dieron abrazos, incluso la maestra organizó un pequeño juego antes de que salieran a recreo, para que jugaran más tiempo y el cumpleañero se la pasara mejor. En el receso jugaron a las encantados, y Hyunjin, por ser el del cumpleaños, podía descongelarse cuando quisiera y sin ayuda de nadie. Estaba siendo el mejor día de su vida.

Jeongin fue por ellos a la escuela, solo que ahora fueron a la casa de los padres de Christopher. Harían una pequeña fiesta. Apenas llegaron, el pequeño castaño mantuvo su boca abierta del asombro, su abuela se había esmerado en la decoración. Había varios globos de distintos colores flotando en el techo, y en la sala un gran cartel que deletreaba “¡Felices 5 años Hyunjinnie”.

Hyunjin abrazó y besó a sus abuelos, agradeciendo varias veces el regalo que le dieron ambos, un set de muñecos pequeños de una de las caricaturas más popular del momento. Al principio solo estaban sus abuelos, Jeongin y sus hermanos (Ya sin el uniforme escolar), todos en la sala donde el pequeño abría su obsequio y repartía un muñeco a cada uno de sus hermanos para jugar. Lugo de un rato, comenzaron a llegar más invitados.

Familiares entraban por la puerta principal buscando al tierno infante para llenarle de besos y darle sus mejores deseos al pequeñín, y claro, sus regalos. Hyunjin estaba siendo consentido por cada persona que entraba a esa casa, y por aquello se comportaba apenado. Sus mejillas se coloreaban con facilidad, haciéndole ver todavía más tierno si era posible.

- ¡Oh Jinnie! - Exclamó su tío Dongyul al llegar y encontrarle apegado a Jeongin, mirando con timidez al mayor. Se acercó y le cargó. - ¿Qué crees que te compre?

- No sé hyung, - Murmuró, sonriendo con curiosidad. Podía ver una bolsa de regalo colgando de su mano, y estaba ansioso por ver qué habría dentro. - Pero appa Innie me dijo que no podía ver mis regalos hasta mañana.

El hombre sonrió, regresándolo al suelo y se hincó. - ¿No lo quieres ver? No le diremos a Innie, - Le susurró eso último, y ambos voltearon a ver a Jeongin quien estaba ocupado con los padres de Christopher, los tres preparando los platos para alimentar a los invitados. - Será un secreto.

El niño se giró, y aunque al principio dudo porque sabía que desobedecería a su appa, terminó asintiendo efusivamente. Quería ver su regalo. Dio un paso hacia el mayor, y este le dio la bolsa con “discreción”. Hyunjin la abrió, y luego de tomar el papel que decoraba la bolsa y bloqueaba al regalo, frunció su ceño y ladeó la cabeza, confundido. Adentró su manita y sacó el obsequio, y poco a poco comenzó a comprender de que se trataba. Y se olvidó por completo de que aquello era un secreto.

Su chillido de emoción no se hizo esperar, y sacó la otra parte del regalo para admirarlo. Un par de zapatillas de ballet.

Desde hace tiempo que el pequeño notó que varios bailarines las tenían cuando se presentaban. Hyunjin le preguntó un día a su tío, mientras veían unos vídeos de baile contemporáneo, el por qué unas personas estaban descalzas, porque otras tenían unas tobilleras y por qué unas zapatillas. El le dijo que era depende el gusto de cada persona, y el pequeño en ese momento le dijo que él quería bailar como esas personas.

Por esa razón, el pequeño no se contuvo y comenzó a gritar emocionado mientras iba con Jeongin. - ¡APPA, APPA! ¡MIRA, MIRA! - Daba saltos en su lugar, mostrándole el par de zapatillas negras. Jeongin abrió sus ojos asombrados, y se agachó para verlas de cerca. - ¡ME LAS DIO MI TÍO DONGYUL!

El castaño levantó la cabeza, para ver a su hermano reír. Jeongin le sonrió, y luego volvió a ver a su hijo. - ¿Les diste las gracias Hyunjin?

Sin que se le borrara la sonrisa hyunjin se giró y fue hasta el mayor para abrazarle. - ¡GRACIAS HYUNG! - Luego volvió a voltearse. - ¿¡Puedes ponérmelas appa?! ¡Por favor!

- ¿No prefieres en casa?

- No appa, quiero que todos las vean. - Dijo convencido.

Era demasiada emoción en ese pequeño. Jeongin le levantó y se lo llevó a la sala para sentarse en el sofá con él a un lado. Le quitó los tenis, y los calcetines de serpientes azules, y le colocó zapatillas. Dongyul revisó que la medida fuera la correcta, y para su tranquilidad así fue, le quedaron perfectas. Pronto el pequeño estaba de pie mirando maravillados sus piecitos cubiertos por esas zapatillas delgadas.

Estaba contentísimo.

Fue corriendo por toda la casa, presumiéndole a los invitados sus zapatos. Todos le halagaron, incluso sus hermanos miraron curiosos a sus pies, pues Hyunjin afirmaba que ahora podía baila muchísimo mejor. Según él, ya podía quedarse de puntas más tiempo, aunque solo duraba un segundo.

- ¡Serás el mejor bailarín de todo Corea! - Le dijo una de sus familiares, apretando sus mejillas. El pequeño, ya cohibido, iba a preguntar si de verdad lo cría cuando la puerta principal fue abierta por Jeongin.

Christopher finalmente llegó a la fiesta, con una gran tarta, hecha por Jeong. El pálido había pasado del trabajo a la casa por el pastel, por eso llegó un poco tarde a la casa de sus padres. - ¿Dónde está el cumpleañero?

Preguntó, y el pequeño Hyunjin fue corriendo hasta con su appa. Jeongin le quitó el pastel para llevárselo, y dejarle los brazos libres a Christopher quien gustoso cargó a su hijo. Recibió otro beso, esta vez en su frente, y Hyunjin rio. - ¡Appa Chris, mira mis piecitos! - Y los movió, estando “sentado” en el antebrazo del mayor, para que este prestara atención a sus zapatos.

Christopher vio como Hyunjin movía sus pies de arriba abajo, mostrando una adorable sonrisa. - ¡WOW! ¡Jinnie, son geniales! ¿Quién te los dio?

- Tío Dongyul. - Respondió, apuntando con su dedito al hombre que ya comía tranquilo junto a su familia en la mesa principal.

-  ¿Y te gustaron? - Hyunjin asintió una y otra vez. - Entonces tendremos que llevarte a clases de baile Jinnie, ¿Te gustaría?

El menor volvió a asentir mientras sonreía, causando un pequeño paro cardíaco en el corazón de su padre. Era tan tierno. Jeongin se acercó, su novio e hijo seguían en la puerta, y la comida ya se estaba sirviendo. - Ustedes a comer, o no hay pastel.

Hyunjin se abrazó al cuello de Christopher, demostrando que no quería separarse por el momento de su appa. Le había extrañado. - ¡Aigo! - Chris exclamó, cerrando los ojos mientras también le abrazaba.

Jeongin se lamentó el haber olvidado su cámara, así que tomó su celular y seleccionó la cámara. Llamó su atención, y contó hasta tres para tomar ese tierno momento. - ¡Ahora con appa Innie! - Pidió, estirándose para ahora ser cargado por el castaño.

Intercambiaron al niño por la cámara, y enseguida el menor se abrazó a Jeongin, e incluso le besó la mejilla mientras tomaban la foto. Después de eso se apenó, y escondió su rostro en el cuello de su appa. Los dos adultos rieron, llenos de ternura por su pequeño angelito.

- Bien Jinnie, vamos a comer. - Jeongin le informó.

- Quiero comer con appa Chris. - Dijo, levantando la cabeza para mirar al peli rosa.

Jeongin asintió, para luego decir. - Okay, pero primero te quitaré las zapatillas.

- ¡No! - Movió sus piernas, mientras negaba con la cabeza. - No appa, quiero quedármelas.

Jeongin miró a Chris, quién le quitó al pequeño para decirle. - Así déjalo, se las quitamos luego, no pasa nada. Vayamos a comer, y después pastel, ¿Te parece?

- ¡SÍ!

En lo que resto del día Hyunjin no se quitó esas zapatillas. El pequeño estaba gozando del mejor día de su vida, y esa enorme sonrisa en su rostro lo demostraba.



Es el tercer aniversario de nuestros nenes, Dios ando feliz por todo lo que hacen para que Stay este bien, y orgullosa por todo el talento y esfuerzo que dan para ser uno de los mejores grupos del kpop, los amamos...

Cosas de Padres ヅ Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora