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"GALLETAS":

A pesar de que la caída de ese personaje animado había sido graciosísima, ninguno de los niños rio. Los seis se encontraban en la habitación que un día fue de su padre y de su hermano, pero que ahora se había convertido en una para huéspedes.

Había dos camas, pero todos se hallaban en la misma, unos sentados, y otros recostados.

Después de abandonar el centro comercial, Jeongin se vio muy decaído, todo el estrés y miedo vivido le afectaron mucho, por lo que el color de su piel se volvió rojo y perdió sus fuerzas gracias a un fuerte mareo. Se negó a ir al hospital, a pesar de que Christopher y Dongyul insistieron, por temor a que su presión estuviese alta. Jeong solo quería irse a su hogar.

Luego de dejar a los niños en sus asientos, los tres adultos conversaron un momento. El pelinegro realmente se veía mal, ya sentado en el asiento copiloto sintiendo náuseas y un fuerte dolor de cabeza. Christopher le convenció de ir a casa de los padres de los hermanos, aprovechando que se encontraba cerca, y tal vez sus progenitores ayudarían a calmar a Jeongin y hacerle entrar en razón.

Accedió, y quedaron de verse ahí luego de que Dongyul se fuese en su propio vehículo, en el cuál habían llegado al centro comercial. El viaje fue callado, los mellizos ya no lloraban con fuerza, solo sorbían por su nariz en algunos momentos mientras soltaban lágrimas en silencio. Y ninguno de sus hermanos dijo algo, tenían miedo de hablar. El mayor de sus padres iba con los ojos cerrados y la cabeza apoyada en el vidrio, su prometido tomó su mano en la mayoría del camino, esperando que se encontrase mejor.

Ya en casa de los padres de Jeongin y Dongyul las cosas fueron diferentes. Los abuelos recibieron contentos a la visita, sin tener la menor idea del por qué llegaban tan inesperadamente. Aun así, la mujer siempre estaba preparada, por lo que tenía un tarro de galletas y demás postres que sabía que amaban sus nietos.

El principal plan era dejarles en la sala mientras ellos conversaban en la cocina, pero cuando los adultos mayores notaron el estado de su hijo menor, optaron por llevar a los niños a un sitió de la casa más apartado. Christopher les dejó en el cuarto donde dormían cuando se quedaba ahí, les puso el canal infantil y les pidió no salir hasta que ellos volvieran, y que, si necesitaban algo, lo gritaran.

Así que ahí estaban los niños. Todos sentados en la cama, con las galletas regadas sobre una cobija, y también envolturas de dulce. Chris les había dejado el televisor en un volumen más alto del que acostumbraban, pero aquello con la intensión de que no escuchasen lo que ocurría tras la puerta.

Minho se levantó de la cama, como por sexta vez, y de puntitas llegó a la puerta. Primero pegó su oído, les escuchaba, pero no entendía. Paró sus labios, y luego, intentó ver a través de la cerradura. Nada.

- Appa dijo que no saliéramos. - Hyunjin le recordó a Minho. Ninguno realmente le ponía atención a la caricatura, observaban con atención a su hermano mayor.

- No iba a salir. - Regresó a la cama, sentándose en la orilla, sin dejar de ver la puerta.

- ¿Están molestos mis appas? - Jisung susurró, era la primera vez que hablaba desde la oficina de seguridad. Le había preguntado a Minho, suponiendo que él sabía.

El pelinegro le miró. - Creo que sí, pero no contigo.

- ¿Conmigo? - Félix cuestionó, preocupado.

- No, tampoco contigo. Fue con el oficial que les hizo llorar.

Ambos asintieron, mirando a sus hermanos. Sin excepción alguna, se veían igual de preocupados. Incluso Seungmin.

Cosas de Padres ヅ Stray KidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora