Partimos junto con el alba. Habíamos descartado la idea de actuar de noche y optamos por un sueño reparador. Descansados, y con el estómago acostumbrado a estar vacío, concluímos los últimos preparativos para el plan que acordamos poco antes del anochecer.
Edward había propuesto que Cristal no fuera.
— Habrá máquinas y cámaras de vigilancia por todos lados, es imposible que pase desapercibida.
Pero Vipe protestó.
—Lo único que sabes decir es que todo es imposible, ¡estamos hablando de la cyborg que buscan los Superiores!, ¡no se puede quedar!
Así que todos nos apretamos en Willys y abandonamos el Puerto de Montreal a toda velocidad.
Al lado del chófer Edward se sentó Vipe, atrás íbamos los demás. Yo en específico, estaba posicionada de modo que pudiera disparar con la ametralladora a cualquier que nos siguiera. El trayecto fue aburrido, tal parecía que íbamos al supermercado a comprar víveres, y el paisaje no ayudaba, desértico y descolorido.
Horas después, alrededor de la calurosa carretera aparecieron las inconfundibles casas de las afueras de la ciudad.
— ¡Al fin! —Exclamó Vipe despegándose la camiseta del torso.
El sobretodo se lo había prestado a Cristal para que se cubriera.
— De un día para otro el calor aumentó a "infernales" grados.
Tenía razón, había una temperatura sofocante, empalagosa. Tragábamos saliva inconscientemente.
— Dile hola al calentamiento global —Ofreció Charlie con una sonrisa irónica.
— ¡Holaaa! —Exclamó Sorty poniéndose de pie.
— ¡Sentada! —Ordenó el señor Edward.
Sorty se tumbó en silencio.
— Por mí como si la capa de ozono explota y nos mata a todos —Admitió cruelmente Vipe, ganándose miradas de reproche de Charlie y mía—, en cambio ella, o sea, ¿puedes respirar?
Se refería a Cristal, envuelta en aquel cuero negro, con los ojos clavados en el suelo, sin pronunciar palabra. Levantó la mirada.
— No siento calor.
La boca se Vipe pareció una clara copia de "El Grito".
— Yo también quiero que jueguen con mi cuerpo.
— ¡Cállense de una vez! —Pidió Edward— Ya llevamos más de 10 segundos cerca de la ciudad y no nos han rodeado. Todo es muy extraño.
Empezamos a mirar a nuestro alrededor. Edward no había bajado la velocidad, mas nuestras fugaces miradas solo chocaban con la desolación y la tranquilidad, ni un androide, ni un perro, ni un alma.
La ciudad se encontraba en las mismas, un poco más desorganizada y apocalíptica, pero en las mismas. Lo único novedoso era uno que otro cartel electrónico que colgaban de los pósteres, cristales de tiendas y muros, repitiendo que se buscaba a Cristal a lo Viejo Oeste. Los edificios con ventanas las tenían cerradas y ningún semáforo funcionaba.
— Parece que la electricidad todavía está ausente —Admitió Charlie—, esperemos que también afecte las cámaras de vigilancia.
— Me cuesta aceptar que no nos estén vigilando —Confesó Vipe—, aunque si nos estuvieran viendo ya nos habrían rodeado.
Edward zigzagueó por entrecalles y callejuelas. Antes de que llegáramos a reconocer los alrededores ya nos había adelantado hasta los rincones cercanos a la Arena. Escondimos a Willys en un callejón y continuamos a pie, sin apartarnos de las calles estrechas.

ESTÁS LEYENDO
AntiSISTEMAs ✅
Science FictionEl SISTEMA es la mayor expresión del poder en este mundo dominado por la tecnología, sin embargo, un grupo de héroes, o mejor dicho, de desgraciados, intentará acabar con este. ¿Por qué?, porque cada uno tiene su propia historia llena de injusticias...