Despertado por un pánico repentino, Thomas Gladwell se sentó sobre su cama King Size, y se inclinó sobre la gaveta de la mesita de noche donde guardaba la pistola. Prefirió mantener la lámpara apagada a pesar de la incertidumbre y la sensación de ser observado.
La luces de la ciudad se colaban por su balcón de puertas de cristal antibalas, por lo que solo uno que otro rincón del dormitorio quedaba en completa penumbra.
<<En esos rincones se pueden esconder personas>>
¿Quién podría haber burlado la seguridad del edificio y entrado a su cuarto? La cyborg, de seguro.
<<Que ocurrencia más estúpida>>
Desistió de sentir un miedo tan ridículo y empezó a calmarse. Hace unos cuantos años que Gladwell y su esposa dormían en habitaciones distintas por asuntos de comodidad, había leído que dormir en pareja evitaba un óptimo descanso, aunque ya llevaba dos noches seguidas en vela. Tomaba pastillas a montón y tampoco funcionaba.
<<Tendré que servirme otro whisky>>
Había descubierto en la amargura del Glory Leanding una tranquilidad exquisita.
— Encontraron el cuerpo de Richard —Dijo una voz desde un rincón oscuro.
Gladwell se sobresaltó. Impulsado por el susto, sujetó con fuerza el pomo de la gaveta donde guardaba el arma, pero fue incapaz de abrirla. Estaba completamente paralizado.
Viktor Ivanov dio unos pasos al frente para que su característico semblante serio quedara visible.
Gladwell suspiró con enorme alivio, volvía a respirar normalmente. Olvidó que el Comandante tenía libre acceso al edificio, y por autorización suya, a su habitación.
— Comandante Ivanov, no lo esperaba tan tarde —Admitió Gladwell, mostrando una sonrisa sincera.
— No son más que las diez de la noche. Nadie, excepto tú, está durmiendo a estas horas.
— Tiene razón. Nada me justifica, pero es que no recuerdo la última vez que descansé, perdone a su servidor por intentar recuperar las noches en vela. ¿Me decía?, ¿el General Richard falleció?
— Sí. Como temíamos, su nave se ha estrellado.
Una pulsada de pánico oprimió su pecho. Sin embargo, la pérdida del General era el menor de sus preocupaciones.
— ¿Y... ?
— Ni rastro de la cyborg, ni de los apresados junto con ella.
— Tenía entendido que entre esos apresados estaba War.
— Eliminado en el acto, el General Richard lo informó en el último reporte antes de la explosión.
Ya no tendrían que mentirle a la Dr. War. Su abuelo estaba, en efecto, muerto.
<< Una pena que el experimento de McLaren siga suelto>>
Solo había visto a la cyborg una vez y completamente sedada, pues al Dr. McLaren no le gustaba compartir sus avances científicos con sus compañeros del SISTEMA, ya fuera por competencia o capricho del científico. Gladwell no le daba tanta importancia, estaba satisfecho con los resultados que solía obtener McLaren en sus laboratorios, por lo que prefería dejarlo en paz.
Ivanov interrumpió sus pensamientos.
— Gladwell, esta situación ha ido demasiado lejos. Dame el permiso para desplegar nuestro arsenal sobre el otro lado del muro y recuperar el experimento fugado.
— No, no, no, es muy riesgoso. Daríamos una imagen muy obvio a las otras Macro-Ciudades. Se nos echarían encima.
— Por mí que se metan hipocresía por el culo y a hablar a cara a cara de Guerra Fría. No son más santos que nosotros
— A ellos no se les ha fugado ningún experimento.
— Gladwell, el maniático de Takahashi ya ha programado "robots" para la búsqueda, hasta Huston cederá algo de su dinero para la caza de la cyborg. Si no hacemos algo, la situación se nos irá de control. ¡Ya se nos ha ido de control!
— Tienes razón, tienes razón. Está bien, haz lo que tengas que hacer, pero intenta mantener el bajo perfil. Androides más avanzados haciendo rondas del otro lado del muro y cosas así, nada más llamativo que eso.
Ivanov asintió con la cabeza.
— Que descanses —Soltó antes de desaparecer.
<<¿Descansar? Solo estaba esperando que te fueras para no compartir mi whisky>>
Trago en mano, Thomas Gladwell salió al balcón y se dedicó a admirar aquel inmenso logro del desarrollo que era la Macro-Ciudad #1, poblada por personas con poder y ambiciones, tan adineradas que no tenían tiempo para preocupaciones insignificantes, sino que se exhortaban en grandes problemáticas. La fe en la ciencia era una realidad.
El muro protegía esas valiosas vidas de pensadores e inventores, inversionistas y emprendedores. Separaba a los incompetentes y desculturizados de las verdaderas personalidades.
O por lo menos así lo creía Gladwell.
<<Siempre se deben hacer sacrificios; no todos tienen derecho a un futuro. Una roca, es solo una roca hasta que la abres y descubres el diamante dentro, entonces pules el diamante y te haces una sortija, pero te deshaces de la roca. Nosotros somos el diamante, el otro lado del muro solo es la roca>>
La noche que la cyborg se fugó, sintió que perdía el control sobre el perfecto equilibrio que tanto protegía. Aquel experimento pertenecía a aquel lado desarrollado del muro, que lo cruzara mezclaba los lados, y las mezclas tienden a terminar en catástrofes.
Según Gladwell.
Culpaba a McLaren por el incidente, pero nunca se lo reprocharía. Dirigían juntos el SISTEMA y el día que empezara a haber discusiones internas todo se vendría abajo.
De una, vació el trago.
Se vestiría y se reuniría con los demás Superiores. Él era el centro del poder y tenía un papel que jugar como tal.
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AntiSISTEMAs ✅
Ciencia FicciónEl SISTEMA es la mayor expresión del poder en este mundo dominado por la tecnología, sin embargo, un grupo de héroes, o mejor dicho, de desgraciados, intentará acabar con este. ¿Por qué?, porque cada uno tiene su propia historia llena de injusticias...