Esa misma noche, Esperanza sacó el cuerpo de Tulio del freezer y ella sola, como pudo cargó ambos cuerpos, el de Funes fresco, y el de Tulio congelado, en el baúl del auto recién comprado con lo recaudado para la campaña. Cargó además un par de bidones de nafta. Y puso un encendedor en su cartera. Tenía un plan. Acaso siempre lo tuvo.
Condujo esa madrugada, mientras menguaba la tormenta, hacía el edificio de la municipalidad. Lo demás se sabe, o al menos se conoce la versión que la misma Esperanza se encargó de relatar como hecho verdadero. El incendio empezó a las cinco de la mañana. Y ardieron varias oficinas. Tulio Banquina fue el primero en llegar al lugar e intentar apagar el incendio. Cuando los vecinos, y luego los bomberos llegaron se encontraron con Esperanza que a los gritos avisaba que Tulio había entrado. Explotó la garrafa de la cocina y ya nada se pudo hacer. Las llamas se llevaron las últimas huellas y oficialmente la vida de Tulio Banquina. Esperanza explicaría luego, que Tulio tuvo una recaída de su sonambulismo. Que fue eso lo que lo levantó a la madrugada y lo llevó hasta la municipalidad, y entonces ella lo siguió, y que gracias a eso se dieron cuenta del incendio.
El cuerpo de Funes no pudo ser identificado. Algunos dijeron que era un indigente que se había colado en el edificio para pasar la noche. Otros dijeron que fue un ladrón con mala suerte. Esta segunda teoría fue avalada por el hecho de que los bomberos encontraron la caja fuerte de la contaduría abierta. Según se supo el día anterior habían recibido dos millones de pesos para el pago de sueldos y otras deudas. Monto que al parecer se quemó en el incendio.
ESTÁS LEYENDO
Matado tres veces
Mystery / ThrillerCrimen, venganza y conspiración política. Los condimentos esenciales para una trama atrapante. La historia de los sucesos que desencadenaron la misteriosa muerte de Tulio Banquina, en Cielo Chico, una población rural donde transitan viejas costumbre...