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— Fue un desafortunado accidente.

El comisario Arias tenía los bigotes más frondosos que había visto. Era un arbusto que había crecido en el desierto árido, estéril y muerto de su rostro. Su cabello parecía recientemente teñido de un negro demasiado intenso para mi gusto.

— Fue un error involuntario producto de la inexperiencia del custodio.

— Un error.

— Sí. El arma del custodio no tenía puesto el seguro, y se disparó accidentalmente, dos veces.

— ¿Es lo que declararon?

— No hubo declaración. No hizo falta. En realidad, no pasó nada. El presidente, salió sano y salvo. Y ni la comitiva, ni el partido quisieron hacer denuncia alguna.

— ¿Y Banquina?

— Banquina estaba borracho. Era un hombre enfermo.

— ¿Y después?

— Después de eso, fue otro.

Al parecer, el auto preferido por el servicio de inteligencia es el Logan Blanco. Acabo de confirmarlo ahora que me di cuenta de que me están siguiendo.


Matado tres vecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora