Tulio sabe que una llamada puede cambiar su suerte. Por eso, toma su teléfono celular y busca en la agenda el número. Ahí está. Duda por un momento. Es la hora adecuada, no es ni muy temprano ni muy tarde. Presiona el número y espera. Ensaya una vez más en su cabeza lo que va a decir, lo que quiere decir, lo que necesita decir. Saludar, recordar quien llama, e ir directamente al grano sin tantas vueltas. Al fin y al cabo, es solo una foto. Ni que estuviera pidiendo plata. Hay que mantener un tono de voz seguro con palabras claras y precisas, que no dejen lugar a dudas de que quien habla sabe lo que hace, que no es un improvisado que intenta conseguir favores por acomodo. Tampoco debe agradecer ni pedir disculpas, no es un obsecuente como el resto, ni mucho menos un cobarde. Es Tulio Banquina, el de siempre, el que está con la gente, el que sabe pisar el barro y maneja la zona norte. El que consigue lo que haga falta conseguir y le pone el pecho a lo que tenga delante. El que suma adeptos, el que hace ganar elecciones casa por casa, voto a voto. Porque ese es su método, el único que sirve. El que está cuando hay inundaciones y hay que ir con la pala a reforzar la barrera, el que está cuando hay sequía y hay que llevar agua con camiones para que la gente no se muera de sed, el que consigue los subsidios y gestiona los planes para su gente, el que invita y moviliza para los actos, el que lleva la bandera y alienta a los demás, el jefe de los aplausos. El que está siempre cuando lo llaman, a la hora que sea.
El teléfono suena. La voz de la máquina contestadora le dice que el número con el que intenta comunicarse no está disponible en este momento, y que deje su mensaje después del tono.
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Matado tres veces
Mystery / ThrillerCrimen, venganza y conspiración política. Los condimentos esenciales para una trama atrapante. La historia de los sucesos que desencadenaron la misteriosa muerte de Tulio Banquina, en Cielo Chico, una población rural donde transitan viejas costumbre...