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—Te llamé para conversar de un asunto importante, Taehyung.

—Entiendo, maestro Cho.

—Te hablaré de Jeon Jungkook.

Ajá.

—Y... ¿ese quién es?

—Jungkook es, bueno, era uno de mis mejores estudiantes y tu compañero hace más de dos años.

Oh.

—Claro. Entiendo...

¿De quién rayos me estaba hablando?

—Taehyung, creo que no entiendes ¿Conoces a Jungkook?

—No, señor.

El maestro Cho parecía algo molesto. Organizó sus papeles y luego buscó algo entre ellos. Tardó un par de minutos antes de mostrarme la foto de su "estudiante". No era ni más ni menos que el tonto que se me declaró ayer y antiayer.

—¿Ahora?

—Oh sí.

Se veía terrible en la fotografía. Tenía el pelo más largo y le cubría la mitad de los ojos.

—Escuché que necesitas un asistente.

Es cierto. Necesitaba un asistente que organizará mi vida universitaria, profesional, laboral y parrandera.

—Sí.

—Sé también que estás al borde de reprobar mi materia.

¿Qué carajos?

—Señor... ¿Qué intenta decirme con todo esto?

—Escucha, Taehyung. Jungkook está en esta universidad, debido a la beca preferencial que se le da a las personas de bajos recursos.— Aparte de tonto, pobre. —Y si sus calificaciones siguen bajando, perderá la beca.

—Ajá...

—Le han despedido de su trabajo de medio tiempo y está tan preocupado por mantener su departamento, que no ha podido estudiar bien y tú necesitas un asistente. ¿Por qué Jungkook no podría ser tu asistente?

Me quedé en blanco. ¿Ser mi qué Primero, es un tonto y no es competente para ser un buen asistente.
Segundo, no me importa si pierde la beca, no tengo narices en sus asuntos.
Tercero, y más importante, no quiero tenerlo cerca de mí.

—Maestro Cho...

—Si le das el trabajo, que perfectamente sé que tiene un buen sueldo, te daré buenas calificaciones. Créeme, apuesto todo por él, tiene un gran futuro.

¿Cómo un tonto podría tener un buen futuro? ¡En qué mundo estamos!

—Señor, eso no es legal...

—¿Crees que es legal que le pagues a la mayoría de los maestros, para pasar sus materias?

—S-señor.

—A mí no me compran con dinero joven Kim. Lo tomas o lo dejas.

Inhalé un poco de aire. ¿Por qué me tenía que suceder eso? ¿Por qué a mí?
Si no paso su materia, mi padre va a dejarme este verano sin dinero para las vacaciones.

Maldita sea.

—Está bien.

El maestro esbozó una sonrisa y luego me extendió la mano, la misma que tuve que estrechar. Era como un acuerdo que haces con el diablo.

Salí de la sala de maestros y caminé con pasos tembloros hacia el aula. Pronto comenzarían las clases y no quería que me vieran hablando con el estúpido niño ese.

Ingresé con calma y el tonto se hallaba en un rincón, con la cara muy pegada a un libro. ¿Cómo pueden bajar sus calificaciones si siempre lee? Daba igual, ese idiota comenzaba a desesperarme.

Me acerqué hasta su lugar y él lentamente movió la cabeza hasta encontrarse con mi mirada, esa, la que siempre dirijo cuando algo no me agrada. Sus mejillas se encendieron de inmediato y ocultó sus manos detrás de su espalda cuando éstas comenzaron a temblar.

¿Cuánto gel utilizaba para que su cabello quedara tan tieso?

—Serás mi asistente.

Mi voz sonaba molesta, pero él parecía no notarlo.

Sus ojos se agrandaron detrás de ese par de vidrios que tiene por lentes y se levantó de su lugar como si se tratara de un resorte.

—¿A-asistente?

Era un poco más bajito que yo, así que su cabeza subía en mi dirección.

Enano.

Eso era.

—Sí. Mañana trae lo necesario para hacer tu trabajo, te pagaré bien.

No dije más y salí con pasos lentos hacia la puerta.

Entonces escuché un ruido estridente que resonó por todo el lugar. Me di la vuelta de inmediato y supe que el tonto, (muy torpe) se había caído junto a su silla. Sus piernas estaban levantadas y luchaba por levantarse.

Mordí mis labios para no reír, porque a pesar de que esa si era una buena caída, no iba a dejar mi lado cool.

Salí del aula con una sonrisa en los labios. Ese enano está loco por mí.

Jungkook el chico tonto -VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora