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—T-tu nariz sangró y está roja... p-por favor.

—Cállate y camina.

—P-por favor vamos a la enfermería, por favor, T-Tae...

Jungkook no paraba de llorar, mientras yo lo arrastraba por los pasillos hacia los baños del gimnasio para que tomara un baño. Él estaba bañado en yogurt y estaba más preocupado por mi nariz que había sangrado.

¡Los dos sabemos que mi empresa depende de mi imagen, pero todo vale mierda ahora!

Llegamos a las duchas y empujé a Jungkook dentro de uno de los cubículos. Sus lagrimas no dejaban de caer y me estaba enfadando, porque esos hijos de puta le hicieron llorar.

Le encargué a Nam que mantuviera a los demás alejados de mí. Todas las chicas hicieron el drama con eñ bravucón y lo llevaron a la dirección, escuché que otras llamaron a la policía. Daba igual.

—Báñate.

Abrí la llave y el agua comenzó a caer, empujé un poco a Jungkook y cerré la puerta.

—¡Taehyung! —Era Nam.

—Mh.

—Aquí tengo lo que me pediste. Las cosas de Jungkook, las tuyas y... un poco de ropa.

—Gracias.

—¿Estás bien? Tu nariz no se ve bien, deberíamos ir al hospital.

—Iré si es necesario. Ahora solo quiero estar solo.

—Entiendo, pero si necesitas algo, no dudes en llamarme.

Mi hyung desapareció tras cruzar los vestidores y yo toqué la puerta del baño.

—¿Sí?

—Tengo una toalla y ropa para ti, abre.

Jungkook abrió y una de sus manos salió por un costado. Como pudo sostuvo todo y continuó aseándose.

—G-gracias...

Comencé a revisar aquel cuaderno. Efectivamente, tenía la hoja rota, pero por fortuna seguía ahí. ¿Cómo se podría reparar algo así? ¿Tal vez partiéndole las bolas a ese hijo de puta? ¿Podrá suceder la magia?

Mi orgullo estaba herido, ese idiota me había vencido de la manera más humillante, frente a quien defendia. ¡Nadie! ¡Nadie jamás me ha hecho eso! Fue frente a todos, tal vez los rumores van a expandirse, "Taehyung, el marica", ya me lo imagino. Dejaré de ser el chico más popular de la universidad y quedaré en las sombras, la ansiedad comenzaba a carcomerse, me sentí tan tenso, tan preocupado...

Entonces se escuchó un "click" después de diez minutos. Jungkook salió con calma, sosteniendo entre sus deditos sus lentes y su ropa húmeda.
Sus ojos estaba rojos, al igual que su nariz y... toda la presión en mí desapareció, es como si él absorbiera todas mis preocupaciones y las convirtiera en calma. Tal vez porque se veía tan indefenso, que me llenaba de coraje para sacar la cara y el pecho por él. ¿Acaso había aprendido algo de Jimin?

Jungkook me abrazó con fuerza y lloró como un niño.

Los niños bonitos no lloran, quise decirle, pero...

—Vayámonos a casa.

—Taehyung.

—¿Qué?

—G-gracias y... lo siento.

—Déjalo.

Afortunadamente el chófer estaba esperando en la puerta trasera.
A estas alturas mi padre ya sabría toda la situación y aquel chico recibiría su castigo. ¿Estaba bien?

Cuando llegamos a casa, Jungkook se fue a echar kilos de gel y a limpiar sus lentes. Yo quise decirle que se veía muchísimo, muchísimo mejor sin esas cosas, pero es su manera de ser, estoy seguro de que a él le gusta y por qué debería meterme en sus asuntos; así es él.

Ingresé al baño, me miré en el espejo y para terminar de hacer el día más dramático, me desmayé.

Jungkook el chico tonto -VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora