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—Toma asiento por favor.

—Claro.

Seokjin me miraba atentamente, su sonrisa era evidente. Comúnmente cuando te dicen "te llamaremos" es señal de que no vamos a llamarte jamás, pero él recibió su llamada ayer por la noche. Nosotros tenemos modelos profesiones en la agencia, pero él iba a ser la excepción y si no hacía bien su trabajo, iba a romperle las bolas a Namjoon, aunque sea mi bro.

Guardé su portafolio y ordené junto a las demás, la que sería su ficha de ingreso y salida durante todo el año.

—Nuestros horarios son muy flexibles, pero en las pasarelas debes estar sin falta, no hay permisos, si moriste, necesitamos que justifiques tu falta con una prueba de defunción.

Seokjin comenzó a reír, pero yo lo decía en serio. Estaba del peor humor de la vida y mataría a cualquiera que se cruzara en mi camino, pero me estaba conteniendo.

Rogaba para que mi padre llegara lo más pronto posible, la empresa ya me tenía hasta los huevos.

—Entiendo.

—Los horarios ya deben estar en tu correo y el pago es mensual, el primer día del mes ya estará en tu cuenta  ¿Preguntas?

—Sí, ¿cuándo empiezo?

—Justo ahora.

—Gracias.

El muchacho se levantó e hizo una reverencia, luego salió muy animado por la puerta.

Le van a pagar muy bien sin hacer nada.

Pasaron cinco minutos y Nam entró sin tocar, detrás de él apareció Jungkook con una ligera sonrisa en el rostro, la primera del día.

—¡Contrataste a Jin! —Nam se abalanzó hacia mí y me dio un gran abrazo, de esos asfixiantes.— ¡Gracias!

—Espero que haga bien su trabajo.

—¿Lo viste? Claro que hará bien su trabajo.

Jungkook se sentó en uno de los sofás del despacho y se distrajo en su agenda, la cual marcaba y rellenaba sin cesar. Desde lo sucedido ha estado muy triste, el departamento está silencioso y no ha hablado mucho, ¿de qué otra manera debía pedirle perdón?

Con un demonio, ¡yo nunca he pedido perdón!

—Ajá.

—Bueno, hoy él y yo tenemos una cita, muy pronto será mi novio.

Jungkook nos miró de reojo y yo quería matar a mi hyung, ¡por qué tenía que mencionar citas justo ahora!

—Genial.

—Te contaré todo, ¡adiós! —Nam salió muy feliz, despidiéndose de Jungkook.

El silencio me impacientaba, él seguía marcando y escribiendo sin parar, ¡háblame maldita sea!

¿Goobin pensó que Jungkook era feo? El feo es él. Si tan solo lo viera sin esos kilos de gel y esos enormes lentes, hubiera caído totalmente enamorado de él.

Me levanté de golpe y caminé en su dirección, él me inspeccionaba con ojos temerosos y retrocedía de lugar sobre el sofá, hasta que llegó al tope y no pudo moverse más. Entonces me senté a su lado y me digné a hablar, a mí nadie me hacía sentir mal, ¿bien?

—Jungkook, hablemos.

—¿D-de qué?

—De lo que sucedió, yo sé que estás molesto conmigo y-

—¡No estoy molesto contigo!

—Claro que sí, has estado molesto, no soy estúpido.

—Tae...

—Ya te pedí perdón, ¿qué más quieres que haga? ¿Quieres que escriba "i'm sorry" en el culo de Goobin con clavos calientes"?

Jungkook soltó varias risitas, mientras acomodaba sus lentes sobre el arco de su nariz.

—C-claro que no... yo ya te perdoné.

—¿En serio? ¿Entonces por qué estás tan amargado, eh? —Pinché con cuidado su mejilla y él soltó un quejido, que más parecía ser una risita.—
Anda, ¿por qué?

—¡T-tae!

Mi mano libre picó su costado y él comenzó a retorcerse en su lugar, tratando inútilmente de detenerme y evitar sus risas.

—Dime por qué, pequeño amargado.

Ambos reíamos sin parar hasta que mi móvil sonó, seguramente era Jimin avisándome que ya estaba rumbo al cine. Hoy pasaríamos toda la tarde juntos.

—Oh.

Pero él podía esperar un poco.

—No estés tan triste, ¿vale?

—Está bien.

—Voy a golpearlo.

—N-no...

—¿Por qué no?

—Bueno... —Jungkook me miró de manera extraña, evitando explicar la razón, pero lo recordé. La vez que tuve que golpear a ese idiota de la universidad y al final terminó derribándome. Mi orgullo estaba herido.

—Esa vez le dejé ganar.

¡Lo juro!

Jungkook el chico tonto -VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora