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Me levanté con un terrible humor, el dolor de cabeza había desaparecido, pero continuaban las punzadas cada vez que fruncía el ceño. Jungkook preparaba mi zumo energético consistente en mango, leche, platano y pepino, era increíble la exactitud con la que lo preparaba para que quedara exquisito.

—¿Sigue doliéndote la... cabeza?

Sus mejillas se encendieron al igual que cada vez que me cruzo por su camino. Él está mucho más vergonzoso, pero más cercano, es algo inexplicable.

—No.

—E-es un alivio...

—¿Tú estás mucho mejor?

Él asintió con energía, manteniendo esa sonrisa tonta en sus labios, mientras servía mi zumo y me lo entregaba junto a unas galletas integrales que él horneó esta mañana. Yo no solía hablar cuando estaba solo, no cantaba como él, no silbaba, yo solo estaba en silencio junto a las voces lejanas de la televisión. Estos días... he estado hablando con él.

—Tae...

—¿Qué?

—Supe que... en el desfile de ayer, estaba Zion T. ¿Lo viste?

—Ajá.

Sus manos se formaron en puños, tratando de contener la emoción que inundaba sus sentidos cada vez que mencionaban a su artista favorito.

Al final Nam y yo decidimos traer a Zion T. y Dean para la presentación y el cierre de la pasarela. Si Jungkook no hubiera estado descansando estos días, probablemente le hubiera conocido.

—¿Y cómo es él? ¿Cómo suena su voz?
—El brillo de sus ojos eran tan inocente, que no contuve una sonrisa.

—¿Qué? ¿Tanto te gusta?

—N-no... eso no, a mí solo me gusta Taehyung.

—¿En serio? ¿Entonces qué haré con el autógrafo de Zion T.? Tendré que regalarlo.

Jungkook se levantó de su asiento con los ojos muy abiertos de sorpresa.

—¡¿Autógrafo?!

—Está entre las hojas del cuaderno de recuerdos que tienes.

Su boca estaba tan abierta que se veía gracioso. Salió corriendo como pudo, con esas pantuflas de conejo que compró con su primer sueldo y que le parecieron bellísimas, aunque no le permitieran caminar con normalidad. Un grito muy agudo se oyó desde la sala, luego de ello regresó con el autógrafo de Zion T. en una de sus manos y me abrazó con mucha fuerza.

—¿Es para mí?

—Supongo, lleva tu nombre.

Se separó de mí solo para comprobar si era cierto y reprimió un chillido cuando halló detrás de la firma de Zion, un mensaje que le había pedido que escribiera:

"Eres el mejor, Jungkook.

Atte. You know."

—Gracias, gracias, gracias.

Él estaba tan feliz que comenzó brincar sobre su sitio. Sus ojos se posaron en mí y se acercó para besar mi mejilla varias veces. De pronto la velocidad de sus besos había disminuido y sentía cómo ellos avanzaban un poco más hacia mis labios, cuando lo sentí tan cerca que su respiración se complementaba con la mía, bajé la cabeza, impidiendo cualquier contacto con él.

¿Se los he contado? Jungkook ya duerme conmigo.

Jungkook el chico tonto -VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora