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Entré al recinto con toda la rabia contenida de estos días, la gente salía sin parar y se rozaba sin pedir disculpas. Encontré a Goobin fuera de recepción, bebiendo una taza de café, estaba solo y en silencio, me quedé observándole algunos segundos, los suficientes para que él notara mi presencia y volteara. Parecía feliz de verme.

—Joven Taehyung. —Este hijo de puta.— Necesitaba hablar contigo... es sobre lo que pasó con tu amigo en la cita.

—Ajá.

Mis manos formaron puños, no iba a poder soportar no partirle la cara por tanto tiempo.

—No resultó muy bien que digamos... —Dejó el café sobre la mesa de la recepción y se rascó la nuca, mientras aclaraba su garganta.— Tal vez ya sabes lo que sucedió, pero tengo mis razones.

—...

—Jungkook no estaba colaborando, de hecho se pasó toda la noche frunciendo el ceño y respondiendo poco, tú me habías dicho que estaba interesado en alguien y creo que yo no le interesé.

—Pero le dijiste feo, cabrón.

Mi tono molesto y profundo le sorprendió, él de inmediato negó con sus manos.

—No se lo dije adrede, yo... me sentía muy mal con la situación y estaba enfadado. Jungkook me pareció muy lindo y es tan inocente.

—Mira Goobin...

—Taehyung, quiero pedirte que le hables de mí, sé que tal vez no le intereso, pero estoy dispuesto a luchar por él, quiero que sea mi novio.

Mis manos empujaron sus hombros y él perdió el equilibrio pero se resguardó en la pared. No tardó mucho en empujarme también.

—No le diré nada, olvídate de él.

—¿Qué? ¿Acaso no eras tú el que quería alejarlo de ti?

Me quedé en blanco, ¿cómo mierda sabía eso?

—¿Qué?

—Jungkook es el tonto, no yo, sé que él no quería ninguna cita, era demasiado obvio, al igual que el hecho de que querías alejarlo, tal vez porque... le gustas, porque demonios, el guapísimo y millonario niño mimado Kim tiene una larga fila de personas que se mueren por él. ¿Me equivoco?

—Jodete.

Volví a empujarlo con más fuerza y él no respondió. Una sonrisa brillante se aproximaba en sus labios. Iba a destrozarle esa cara.

—¿Qué te dio? No me digas que ahora quieres tenerlo solo para ti.

Nunca me había sometido a tanta presión, maldita sea.

—¿D-de qué hablas?

—Es obvio que lo sabes, pero déjame recordártelo. Las personas como Jungkook ya casi no existen, ¿crees que vas a encontrar a un virgen con su edad? Imposible. Debajo de todas esas ropas enormes que usa, hay cosas deliciosas... imagínate follar un culo como ese, puf, sé que ya lo imaginaste.

—¡Cabrón!

—Porque no es la primera vez que veo a Jungkook, le he observado desde hace tiempo, incluso antes de que llegaras a su vida, hace mucho más tiempo.

Aún no terminaba de procesar todo lo que me había dicho, un escalofrío recorrió mi espina dorsal y ya no pude sostenerle, la impotencia era demasiada.

Mi puño aterrizó sobre su mejilla con toda la fuerza que reservaba, pude oír claramente el sonido del impacto y admiré cómo caía al suelo sin contemplaciones. La gente que pasaba se detuvo a observar con miedo, nadie decía nada, pero todos estaban algo alborotados. Mi respiración se volvió pesada, mi ira seguía intacta, pero se sintió tan bien golpearle.

Me aproximé hacia él y tomé su cuello con orgullo. Sangre corría por su nariz y un moretón comenzaba a formarse en su piel.

—Aléjate de Jungkook y de Jimin, si te acercas tan solo un poco a ellos te juro que... te juro que voy a matarte. ¡¿Entendiste?!

Él no pudo responder ya que la voz de Jimin se escuchó entre todo el alboroto.

—¡Taehyung! Dios mío, qué está pasando.

Solté el cuello del cabrón y su cabeza cayó sobre el frío suelo. Mi mano ardía y se sentía que iba explotar, pero lo soporté pues mi ira era más grande que cualquier cosa. Tomé el brazo de Jimin y lo llevé hacia la salida, él preguntó todo el camino qué había sucedido e intentaba con todas sus fuerzas que le mostrara cómo estaba mi mano, pero no pude darle explicaciones, no por ahora, que estaba en pleno trance.

—Te llevaré a casa.

Jungkook el chico tonto -VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora