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La primera vez que escuché y vi la verdadera manera de ser de Jungkook fue un lunes a las diez de la mañana. Un grupo de chicas y chicos que me odiaban por haberles rechazado se había conformado hace meses y ellos rodearon a Jungkook.

Yo sólo estaba tomando un descanso detrás de uno de los árboles de la plazuela del sector B, hasta que ellos armaron una escena ruidosa. Solté un suspiro de desesperación, ¿tendría que salvarle los huevos otra vez?

A diferencia del otro día, ellos no se veían tan rudos como los demás.

—Cállate, rata. —Les oí gritar.

Yo observé de reojo, sin hacer el menor ruido para que no me notaran. Jungkook tenía las manos hechas puño.

—D-déjenme...

Bueno, ¿ahora con qué excusa salgo para parar el embrollo?

—Eres un imbécil, lamebotas de Taehyung.

—¡Cállate!

Una chica empujó al tonto, pero él se mantuvo firme en su lugar.

—Eres un estúpido y un perdedor Jungkook, nos das pena, te la pasas besando el piso que pisa ese cabrón de Taehyung.

—¡No le llames así!

Eso. ¿Cómo se atrevían a llamarme así?

—¿Qué? ¿La nenita quiere defender a su príncipe? —Un chico, que ya ni recuerdo el nombre, pinchó el pecho de Jungkook con su dedo índice y luego se lo limpió con un pañuelo.— Taehyung jamás le haría caso a alguien tan horrible y tonto como tú, ¿sabes?

Jungkook se veía tan pequeño a comparación de los demás.

—Sí, por eso te rechazó también.

¡ESO! ¡BIEN DICHO!

Contuve la risa.

Las chicas comenzaron a reír y el chico sujetó el cuello del suéter del tonto.

Oh, oh.

—Aléjate de Taehyung, perdedor.

—¿Por qué? ¿T-te da celos verme con él?

Jungkook luchaba por verse valiente, pero bien sabía yo que se estaba cagando de miedo.

—¿Celos? Nadie podría sentir celos de un perdedor como tú. Es solo que no queremos que las bacterias de las enfermedades que debes tener, chico pobre, se peguen a Taehyung. ¿Oíste?

Vaya. Creí que tenían el grupo para odiarme, no para protegerme de las bacterias.

Vamos, Jungkook, diles algo maldita sea.

El chico soltó a Jungkook y le empujó, dejándole caer sobre el piso. Después todos se alejaron soltando risas estridentes.

Él se quedó ahí, abrazando sus piernas y ocultando su rostro. Estaba defendiéndose... ¿Por qué se dejó vencer si lo estaba haciendo tan bien?

—Y-yo no tengo baterías, yo no tengo bacterias. —Susurró y yo me quedé inmóvil.

No sabía qué hacer. Nunca me vi involucrado en ese tipo de cosas, no era el malo ni el bueno, así que no sabía cómo reaccionar.

Jungkook el chico tonto -VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora