10: Culpa

892 167 28
                                    


Taehyung aún no podía creer todo lo que había pasado, todo era tan irreal. Tanto que se preguntaba si de verdad seguía vivo y esto no era más que una ilusión de su consciencia. Tan solo podía ver como a una distancia prudente, Soobin y el Dios con nombre extraño hablaban mientras seguía de pie aún con la mirada perdida.

Cuando alguien muere, siempre es difícil asimilarlo. 

Siempre es difícil tener que aceptar que esa persona no volverá, y que jamás podrás volver a escuchar su voz. Verlo llorar, sonreír... Ser humano. Taehyung lo comprendió desde muy joven. Pero al ver como aquel lugar se iluminaba cada vez más para si mismo, estaba empezando a darse cuenta de una cosa: No podría volver a ver a Jungkook otra vez. Algo dentro de sí mismo le decía que ese Jungkook jamás regresaría. ¿Porqué aceptarlo era tan doloroso? Ya habían pasado varios días, pero dolía saber que perdiste a alguien, aun más si es alguien a quien amaste inmensamente. Aceptarlo y avanzar no estaba siendo nada sencillo para el castaño, algo en él se rehusaba y su corazón era la gran prueba de ello. Tratando de refugiarse en lo inalcanzable.

—Déjame ver si entendí— Taehyung podía escuchar como Soobin preguntaba aún sorprendido por la decisión del Dios. —¿Acaso ayudarás a Taehyung? No entiendo... Ellos debían ser felices juntos. JUNTOS.—remarcó—Jungkook era la felicidad de Taehyung, pero él ya está muerto. ¿Significa que no está muerto acaso? ¿Podrías explicar esto?

Jungkook era su todo, ¿Entonces cómo?...

Soobin aún con miles de dudas, siguió insistiendo. ¿Acaso había forma de salvar a la pareja, pero Huan-ung jamás quiso hacerlo? Eran demasiadas preguntas sin respuesta.

—Lo ayudaré. Y se lo que estás pensando.— Dijo Huan-ung con un tono serio y algo de duda. —Y la respuesta es no. Jungkook ya está muerto y aunque quisiera, no lo habría podido salvar, no sin Taehyung. Pero ahora que el está aquí, tal vez exista la posibilidad de cambiar todo.

—Pero Jungkook...

—Lo sé.— cortó —Se que está muerto, pero no su alma.

—¿Q-qué? ¿Jungkook acaso...— Taehyung preguntó pasmado por la declaración que pudo escuchar. Y como pudo, se acercó con valor hacia ambos. ¿Jungkook no estaba muerto? Pero el lo había visto morir en sus propias manos, ¿Acaso él estaba con vida?

Todo le parecía tan irreal.

—Escúchame Taehyung.— Habló Huan-ung con frialdad mientras con una de sus manos tomó la de Taehyung. Como si de alguna forma, lo estuviera consolando. —Se que será difícil de asimilar todo, pero necesito que primero ambos me escuchen.— Dijo mientras dirigía su mirada al menor.

Huan-ung no sabía por dónde comenzar, ¿Seria lo mejor decirles todo? No había otra alternativa. El pequeño Soobin había cambiado el ciclo trayendo a Taehyung al centro del alma. Así que, no tenía opción. Cambiaría todo un poco más. Y mientras aún tomaba de la mano a Taehyung, lo llevó hacia un gran árbol que estaba en medio del hermoso lugar, resaltante y resplandeciente. Y con Soobin detrás de ambos, tomó asiento en el pasto con ambos jóvenes haciendo lo mismo que él.

El dios tenía miedo.

"Padre... Tenías razón, involucrarse en asuntos humanos sin pensar las consecuencias, puede traer la desgracia. Perdóneme." Se decía a si mismo repetidas veces. Aún recordaba como su padre, el día que se entero de lo que le había causado a esas pobres almas que solo deseaban amor, lo desterró. Aún recuerda el rechazo, y la maldición que acarreó para si mismo, y para aquellos que ayudó.

Porque el también quería que todo terminase. Él también quería poder dejar de andar en este mundo solitario, quería volver y ser feliz.

—Hace muchísimos años atrás, existían dos almas que se amaban como tú y Jungkook.— Continuo el mayor.—Pero había un problema, y es que era un amor prohibido. Al ser de distintas especies, uno era un gran tigre y la otra era una intrépida osa. Yo no tenía idea de sus existencias, pero un día, el tigre deseaba más. Deseaba más de lo que podía obtener. Aún sabiendo que su amor era prohibido y corrían gran riesgo; El tigre arriesgo todo por poder convertirse en humano y poder estar finalmente con la osa sin impedimento alguno.— Al mayor le costaba recordar y tener que relatar toda la historia. Aún le dolía todo. Cada vez que pensaba en esa hermosa pareja, solo podía recordar que, aunque trató de ayudarlos y hacerlos completamente felices, jamás pudieron decirse que se amaban. Tan solo revivir los recuerdos, terminaban por quebrarlo. Y esa ocasión no fue la excepción.

Guardián Del Alma | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora