Dinastía Joseon, Año 1598
La guerra finalmente había terminado. Indudablemente todo el pueblo celebraba y el regreso del general era ansiado por muchos.
Pero nadie esperaba que el general Kim Taehyung trajera en sus brazos el cuerpo de la persona qu...
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A lo largo de la vida, uno llega a entender ciertas cosas que muchas veces prefiere ignorar.
Por ejemplo, que el tiempo y las estaciones tienden a ser únicas e irremplazables. Y siempre terminan por llevarse consigo tus memorias y sentimientos. Que al igual que estas, cambian constantemente.
Y muchas veces pueden ser un cálido y abrazador verano al lado de las personas que amas. Pero también, ese mismo calor se puede transformar en un gélido invierno. Con dolorosas despedidas y lágrimas de por medio. Llevándose con los cambios una pequeña parte del alma.
Taehyung nunca fue amante de la autorreflexión. De alzar la mirada al cielo o simplemente pensar en los acontecimientos. Porque sentía que eso lo hacía vulnerable.
Él era más de arraigadas reglas y no pensar en los errores del pasado. "Mirar hacia adelante" Era su lema de vida.
Aquello siempre le sirvió desde que tenía uso de razón. Porque no había sido fácil vivir en el reino siendo hijo de unos granjeros ambulantes. Viviendo sin nada, despreciado por sus arraigadas raíces, el tono de su piel y por el estilo de vida que tuvo hasta los 6 años viajando con sus padres sin rumbo alguno.
No fue hasta que un día, sus padres decidieron dejarlo en casa de una de las amables señoras mayores por uno de sus viajes, hasta su regreso. Pero así pasaron los años, hasta que el mismo se dio cuenta de que nunca regresarían. Optando por "olvidar" esa etapa de su vida y a la vez, a esas personas. Tan solo dedicándose a amar y cuidar de aquella mujer que se había hecho cargo de el por todos esos años, y que consideraba prácticamente su madre y única familia.
Cuando conoció a Jungkook, su vida tenía tantos momentos hermosos que siempre los grabó en su corazón y por alguna extraña razón, el sentimiento de "Olvidar el pasado" desaparecía cada vez que junto al pelinegro construían nuevos recuerdos. Queriendo atesorarlos en su memoria de alguna u otra forma. Desde el primer día, siendo completos extraños, hasta el último.
Más nunca necesitó mirar al pasado para revivirlos. No era necesario porque podían crear nuevos y así sucesivamente comenzar una nueva historia que contar.
—Despertaste.
Pero después de todo, era humano.
Nada podía ser eterno.
Y aunque uno solo deseara borrar su pasado y seguir adelante, nunca se puede evitar mirar atrás y detenerse. Al menos por tan solo un lapsus...
Y al ver a Hoseok con los ojos irritados por las silenciosas lágrimas se lo confirmaba.
En ese momento, Taehyung quería preguntar tantas cosas. Preguntas desde como estaba, o porque estaba llorando en silencio. Muchas dudas se le rondaban por la mente. Pero ninguna fue pronunciada. Aferrándose más y más al silencio.
Hoseok, al no escuchar nada por parte del castaño, decidió levantarse y servir los platos de comida que por los sucesos de hace tan solo unas horas, no pudieron degustar.
