07: Amor y Deber

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En ese instante, Yoongi sentía como su corazón y sus pensamientos lo estaban ahogando cada vez más. Mientras corría por todo el palacio, importándole poco la etiqueta y normas del lugar.

No paraba de mirar por cada rincón con una mirada afligida y aterrorizada. El no podía creerlo. No podía creer lo que aquellos sirvientes le dijeron cuando se atrevió a preguntar sobre el paradero del soldado.

Tú no puedes dejarme. No tú Jimin. Pensaba mientras intentaba no derramar lágrimas llenas de desesperación. A pesar de que el menor le prometió que se encontrarían al día siguiente para ver el atardecer juntos. ¿Por qué los demás seguían diciendo blasfemias del soldado que supuestamente huyó del reino?

Yoongi hizo caso omiso a los gritos desesperados de los sirvientes para que se detuviera. Había alcanzado su límite y fue entonces cuando comenzó a tirar cualquier cosa que se le pusiera al frente. Sin Jimin, no había porqué fingir. Por que fue solo por él que aguanto cada injusticia de su padre, para algún día poder llegar al trono y finalmente, liberarlos de aquel sufrimiento. A Jimin, Jungkook y Taehyung. Incluso a sí mismo, quien era recluso de hacer justicia frente a su pueblo.

—¡¿Qué diablos está sucediendo aquí?!

Yoongi se sobresaltó al escuchar un grito por parte de Taehyung que había presenciado todo desde la entrada de palacio. Fue entonces que Yoongi se dio cuenta que algo no andaba bien. Si Jimin hubiera huido, Taehyung estaría al tanto de la situación. Hasta probablemente hubiera huido con Jimin. 

Yoongi no pudo darse cuenta en que momento sintió como todo su cuerpo comenzaba a temblar. Temía lo peor.

—Dime que sabes algo. Dime que sabes que Jimin huyó.—Las lágrimas caían por las mejillas del príncipe mientras gritaba cada vez más al castaño si sabía del paradero de Park.

Taehyung frunció el ceño.—¿Jimin huyó? ¡¿Pero que disparates dices Yoongi?!

El castaño gritó preocupado mientras los sirvientes y guardias lo miraban con vergüenza. En este momento poco le importaba el protocolo real. Jimin jamás podría abandonar a Yoongi sin decirle algo. 

¿Dónde estaba su mejor amigo?

—Cuando llegué... Fui a su recamara y sus cosas ya no estaban. Según los sirvientes, huyó esta madrugada.—Yoongi ya no tenía fuerzas para seguir hablando. Tan solo quería creer que todo era un mal sueño. Que Jungkook y Jimin seguirían a su lado y que todo simplemente terminaría siendo una pesadilla. Yoongi no pudo contenerse más y empezó a llorar con más fuerza cayendo de rodillas debido a que su mente le estaba jugando una mala pasada.—Dime que sabes algo Taehyung. Dime que Jimin te dijo algo. Te lo pido. Por favor, dime donde esta.

El castaño solo pudo quedarse en silencio mientras sentía como lágrimas caían por sus mejillas. No, él no sabia absolutamente nada. 

Y sabía que lo más seguro era que Jimin tampoco haya huido.

—Yoongi... Lo lamento.—Taehyung no podía decir nada más al escuchar como el príncipe gritaba desgarradoramente mientras se aferraba a aquella pulsera en sus manos. Aquel último obsequio que le hizo el amor de su vida.

No había palabras. Todos en ese momento se alejaron del lugar dándole su espacio a ambas personas. Yoongi fue lo suficientemente perspicaz al darse cuenta que Jimin jamás huyó. Y mientras lloraba, fragmentos de sus recuerdos al lado del menor venían a su memoria.

—Mi pequeño... Jimin.— Yoongi seguía llorando, pero Taehyung se percató y sorprendió del momento exacto en el que el príncipe, sin dudarlo, rasgó todas sus prendas. Aun con lágrimas inundando sus ojos. Se podía ver como la ira y el odio predominaban en el príncipe. Finalmente cuando terminó de quitarse aquellas ropas brillantes y quedar solo con el básico traje blanco, tomo su espada y salió disparado de aquella habitación.

Guardián Del Alma | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora