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Después de salir de la habitación de Taehyung, Jimin se sentía aliviado al recordar como el general finalmente había aceptado llevar bocado a la boca sin mucha dificultad. Aún le era difícil tener que velar por Taehyung. Pero sabía perfectamente que su hermano probablemente le hubiera pedido hacerlo. Aparte, era su mejor amigo. Nunca podría dejarlo solo, aun si el está muriéndose por dentro.

El joven Park, después de salir del cuarto de Taehyung, llevo a la cocina la bandeja con los platos, para finalmente salir en dirección hacía donde se encontraba la tumba de su pequeño hermano. Seguía luchando con aceptar una vida sin el pelinegro.

Aunque sabía que prontamente el también sería asesinado.

—Finalmente eres libre mi pequeño Jungkook...

Dirigió la mirada a la tumba de su hermano. Tratando de no llorar.

—Tengo miedo Jungkookie. Sé que lo que está por venir es solo el comienzo.— Se detuvo, ya sin poder evitar soltar unas cuantas lágrimas.—Temo por Yoongi. Yo... Temo dejarlo solo tan pronto Jungkook.

El tiempo pasaba realmente rápido, y sin darse cuenta, el cielo estaba totalmente oscuro. Lleno de infinitas estrellas brillando en ese instante, pero Jimin no podía notarlo. Él mejor que nadie sabía lo que se avecinaba, y su corazón no estaba listo para dejar al príncipe. Muy en el fondo era estúpido; Porque el siempre supo que esto pasaría y aun así...

—¿Qué haces aquí tan tarde?— Jimin volteó al escuchar como una reconocida voz se hacia cada vez más cercana. —Deberías regresar a tu habitación.

Era Yoongi.

—Su alteza.— Park hizo una reverencia. No debía dejar que Yoongi lo vea llorar o sospecharía y eso, sería aun peor.—No podía dormir. Yo solo vine a rezar y a ver la tumba de mi hermano el joven amo.

—Jimin, detente.—Cortó el príncipe apresuradamente y se acercó hacía el joven, tomando su mano. Jimin alzó el rostro. Aquella mirada del príncipe demostraba amor, pero también podía sentir la aflicción en aquellos ojos.—Estamos solos. Así que no más formalidades conmigo amor, por favor.

Inaudito.

Desde que Jimin comenzó a tener una relación secreta con el hijo de la nación, sabía que traería graves consecuencias.

Aún cuando el rey le dió la estricta orden de alejarse de su hijo; El nunca lo hizo. Trayendo consigo la desgracia.

Si tan solo hubiera sabido que el rey tomaría la vida de alguien tan importante para él, y hasta la de un inocente para lograr su cometido. Él lo hubiera dejado; Definitivamente.

—Es mi culpa Yoongi...—El menor lloraba. Ya no podía soportar y fingir estar calmado cuando en realidad estaba tan roto por dentro. Yoongi solo escuchaba como los sollozos por parte del menor se incrementaban. Aún sin saber que hacer. Jimin solo podía apretar los labios mientras hablaba con dificultad.—Por favor príncipe. Terminemos con esto, es lo mejor. Por favor— Imploró —Se lo suplico.

Lo mejor sería dejar ir a Yoongi. Tal vez, sufriría un poco. Aún si eso dejaba a su pobre corazón destrozado en segundo plano, ya había perdido todo.

Y aunque sabía que el rey había matado a su hermano, Jimin no se detendría hasta matarlo también. Sabía perfectamente su destino si lograba su plan de venganza contra el rey. Pero no quería arrastrar a Yoongi hacía la desesperación o la muerte.

—Jimin...— El mayor se acercó a Jimin para finalmente rodearlo en un fuerte y cálido abrazo que hasta Jimin sintió reconfortante por un instante. Causando que todos los malos pensamientos se borraran de su mente por un segundo. —No nos hagas esto por favor.— Continuó.—En este momento me necesitas. Y yo te necesito más de lo que te imaginas pequeño.

Guardián Del Alma | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora