08: Entre el alma y el cielo

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El cielo estaba realmente oscuro. Aun cuando las llamas invadían rápidamente su alrededor, sintió como el brillo nocturno de la luna, no podía ser opacado por nada. Taehyung quería regresar; Quería regresar por su amigo. Soñaba con que, si daba media vuelta, podría ver a Jungkook. Podría ver a Jimin y Yoongi, y darse cuenta que todo lo que estaba pasando en ese momento era parte de su ilusión. Aun así, cuando el humo empezaba a asfixiarlo, no detuvo su paso. A rastras seguía avanzando hacía el bosque que horas antes, parecía un lugar pacifico.

Porque aunque Taehyung ya no podía más, no podía rendirse.

Debía sobrevivir.

—¡El general está escapando hacia el bosque!—Gritó uno de los guardias a lo lejos, alertando a los demás. Taehyung al escucharlo, tuvo que acelerar sus pasos. Y aunque sentía desfallecer y que el aire cada vez se le hacia corto. No planeaba morir de esta forma.

—¡No dejen que escape! ¡Mátenlo si es posible!

El castaño miraba a los alrededores. Observaba como los árboles que alguna vez fueron verdes y llenos de vida, ardían en llamas. Aun cuando los guardias lo seguían a paso rápido, el pudo recuperar un poco de aire al notar como el fuego se hacia cada vez lejano con cada paso que daba. 

Podría huir.

Sentía remordimiento. Sentía dolor y desesperación porque, aunque estaba cerca de la muerte, no tenia ni idea de lo que haría cuando finalmente se librara de aquel trágico destino.

Taehyung encontró un pequeño acantilado cerca del lago, estaba por esconderse cerca al lugar, pero sintió un gran dolor agudo mientras al mismo tiempo, atravesaba su muslo derecho.

Le habían disparado una flecha.

Y esa fue la primera de muchas. Taehyung torpemente aun con el dolor, siguió avanzando tratando de escabullirse entre los arbustos. El no era presa fácil y los guardias lo sabían. No por algo había sido hasta hace unas horas considerado general. Así que como pudo, alcanzó a esconderse entre la maleza cerca al acantilado, y segundos después, pudo ver como su lugar de escondite había funcionado cuando cerca a el pasaron los guardias sin darse cuenta de su presencia.

Y en esos segundos de un abrumador silencio, el castaño cayo de espaldas contra los arbustos. Su respiración era agitada, y sabía que sería difícil vivir por sus amigos y por el amor de su vida de esta manera. Sentía como el dolor y la ira lo abrumaban. Porque no había a quien vengar. Ya no había a quien culpar, el rey estaba muerto. Y con él se llevó a quienes más amó.

Recordaba aquel momento en el que Jungkook dejó de respirar en sus brazos, en sus palabras, en todo. ¿Debía culpar a Jungkook? No. Pero el sufrimiento era tal, que tan solo, tan solo quería desahogarse.

—Dijiste que no me libraría de ti fácilmente. Prometiste quedarte conmigo.—Aun cuando su voz estaba al punto del llanto, llevo ambas manos a su rostro y trato de callar los sollozos, el solo podía sentir como finalmente lo embargaba el dolor que trato de evitar por ser fuerte mintras la sangre escuría lentamente sobre donde perforaba la flecha. 

Quería Odiar a Jungkook. Quería olvidarlo y seguir por su cuenta. Por romper su promesa, por irse antes que él. Por enamorarlo y hacerlo conocer de un dolor que sentía aún más fuerte que el de una puñalada.

Por dejarlo.

—Entonces... ¿Comó puedo dejar de amarte? ¿Por qué no puedo odiarte Jeon Jungkook?

Y fue entonces que ni Taehyung se percató que al cerrar los ojos solo por unos instantes, terminaría por desmayarse.

Y fue entonces que ni Taehyung se percató que al cerrar los ojos solo por unos instantes, terminaría por desmayarse

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Guardián Del Alma | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora