—¡¿Qué demonios?!
"¿Esto es acaso una especie de broma de mal gusto?"
No. No podía ser broma. Los ojos del castaño sobre él parecían ser sinceros. El suelo estaba frío debido a la leve ventisca que anunciaba probablemente alguna lluvia pronto. Jungkook no quería pararse de su sitio, claro que no. Pero al escuchar como el chico nuevo le dijo que la única salida estaba bloqueada, pensó lo peor. Así que instantáneamente, se apoyó sobre sus rodillas y se levantó con dirección hacia el viejo portón de fierro.
—¡Aparta! Seguro lo estás haciendo mal— Jungkook alejó hacía un lado a Taehyung, tomando el picaporte que hace tan solo instantes el castaño trató de abrir.
Un tirón, otro, y otro.
Pero nada. La puerta seguía tan firme en no querer ceder. Aunque Jungkook tampoco se rendiría tan fácilmente.
O más bien, no podía.
Porque en su plan tan solo estaba el irse unos minutos a la terraza, despejarse y regresar a clase, disculpándose con el maestro como si nada hubiera sucedido. Pero al parecer, el destino tenía otras cosas para él.
—¡Vamos, ábrete maldición!— Taehyung que seguía a un lado entre él y la puerta, tan solo observaba como el pelinegro trataba con todas sus fuerzas de abrir la salida. Conforme pasaban los segundos, Jungkook se estaba desesperando. Pero tenía una buena razón para estarlo. Si la escuela se enteraba que había huido una vez más de clases, llamarían al imbécil de su padre.
Y eso no podía suceder.
Sus mejillas estaban cada vez más rojas y sentía el calor asomarse por todo su cuerpo, en especial en sus manos que hace tan solo instantes, tiraban forzosamente la perilla. Jungkook no podía dejar que su padre vuelva a venir a la escuela. La última vez que tuvo un ataque, salió de clases y se saltó todo ese día. Fue entonces que tuvieron que llamar a su padre, quien no tardo mucho en venir.
Al final del día, Jungkook terminó con moretones y severos golpes por todo el cuerpo. Fue ahí cuando su "padre" le dijo que sería la ultima vez que quería que lo llamaran de su instituto o sino lo mataría a golpes.
Y pues, para él eso ya no se veía tan imposible de suceder.
Porque ese hombre buscaba tan solo una excusa más para deshacerse de él.
—Jungkook
Una melodiosa voz se escuchó en todo el vació lugar. Jungkook no supo cuanto tiempo estuvo tratando de abrir la salida, pero al parecer, había sido un buen rato, ya que pequeñas heridas en las manos le comenzaban a arder. Cuando sintió como unos cálidos dedos se posaban sobre su hombro, recordó que no estaba solo. Él también estaba ahí.
—Tú...
—Escucha, alguien vendrá por nosotros. Tan solo debes...
Jungkook no pudo escuchar más, sus ojos temblaron de pánico, y su visión se volvió totalmente borrosa debido a las lagrimas que caían por sus ojos.
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Guardián Del Alma | TaeKook
أدب الهواةDinastía Joseon, Año 1598 La guerra finalmente había terminado. Indudablemente todo el pueblo celebraba y el regreso del general era ansiado por muchos. Pero nadie esperaba que el general Kim Taehyung trajera en sus brazos el cuerpo de la persona qu...