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—¡YoonGi, despierta! —Una voz a lo lejos pronunciaba mi nombre con insistencia —¡YoonGi, despierta! —era una voz suave, una voz realmente hermosa... —¡Gi, despierta! —"Gi" nadie me decía así más que mi madre y SeokJin y mi madre no creó que estuviera en Seúl.

Mi cuerpo pesaba enormemente. El cansancio que sentía era demasiado, podía sentirlo clara y perfectamente.

Lentamente comencé a abrir los ojos, algo pesados por el inmenso sueño que desde luego aún tenía y es que la noche anterior no había logrado conciliar el sueño, debido a la cantidad de exámenes que había tenido que calificar.

¿O cuándo había sido eso?

De cualquier forma, la profesión de maestro estaba fuera de ser tranquila.

Una sonrisa de media luna se formó en mi rostro al percatarme de que quién me estaba despertando. Era nada más y nada menos que mi bello novio —Hola bonito. —lo saludé rápidamente, haciendo que sus orejas de tornarán de un bello color rojo. —Disculpa, me quedé dormido mientras fuiste por las palomitas.

—Hola Gi. —saludo Jin y mientras pasaba suavemente un par de sus dedos por sobre mis mejillas. —¿Que es lo que estabas soñando? —pregunto inmediatamente con un tono de voz de total intriga.

Había oído decir en alguna parte, que una vez que uno despierta solo tiene como mínimo un par de segundos para recordar sus sueños y aunque me gustaría de decir que eso aplica también conmigo para nada es así, por el contrario, siempre he poseído una muy buena memoria en cuánto a cuestiones de sueños. Sin embargo, el sueño que recién había tenido, sí quería olvidarlo.

Cómo una ola, comenzarón a llegar a mi mente escena tras escena del sueño que recién había tenido. Con miedo y duda mire a SeokJin, tan atractivo, tan seguro de sí, tan intrigado por mis sueños. —¿Acaso nombre a alguna chica? —bromee, ganandome un fuerte pellizco en mi antebrazo por parte de él.

—El día que hagas eso... ¡Te mató! ¿Me oíste? —agregó más que celoso.

Con rapidez, me senté bien sobre mí cama fingiendo indignación. —¿Serías capaz de matarme?

—Escucha muy bien esto Min YoonGi. —comenzó diciendo, cruzándose de brazos al mismo tiempo. —¡TÚ, ERES MÍO! Por lo que tienes absolutamente prohibido soñar con alguien más. —finalizó, dándome la espalda algo molestó.

Ver a Kim SeokJin celoso, era una de las mejores cosas que jamás había visto, es decir, cuando lo veías caminar por los pasillos de la universidad, se mostraba como todo un adonis, un chico completamente seguro de sí, de su físico pero desde luego como novio era alguien totalmente diferente, o al menos era de lo que yo me estaba dando cuenta.

—Dime algo bonito, ¿te mostrabas así de celoso con tus otras parejas? —La duda me estaba carcomiendo, porque claramente SeokJin no era ese tipo de chicos.

—No. —contestó certeramente. —Y ciertamente eso me sorprende y enoja un poco. Yo nunca fui de esos chicos inseguros pero contigo simplemente no puedo controlar mis celos. —mencionó aún de espaldas y con los brazos cruzados.

Percatandome de lo ancho de la espalda de Jin, sonreí. La misma era hermosa, perfecta, cada centímetro era una tentación, una tentación por tocarla, por acariciarla, por besarla.

Con cuidado, coloqué ambas manos sobre la espalda de Jin, haciendo que girará su rostro de inmediato hacía a mí. —Eso es porque me quieres mucho, ¿no creés?

—Pienso más bien que me aterra la idea de que dejes de quererme, que quieras retomar tu compromiso con la profesora JiWoo de nueva cuenta. —Oír el nombre de ella después del sueño tan raro que había tenido, me erizo la piel por completo.

Algo de lo que desde luego Jin se había dando cuenta de mi cambió tan radical de actitud.

—¿Soñaste con ella? —El tono de voz de Jin cambio nuevamente, pero no aún tono molestó o celoso sino a un tono de voz preocupado.

Con algo de duda, asentí, cabizbajo salí de la cama. —Y contigo también... —Por algunos segundos la habitación fue simplemente silencio, duda y nerviosismo. —Soñe que habías caído varios pisos de este edificio, provocándote una perdida de memoria. —Mirándolo de arriba a bajo continúe. —Me dio mucho miedo. La sensación de perderte era demasiado real, el dolor, las lágrimas, inclusive la sangre. —Jin permanecía atento y en silencio frente a mí. —Te ví rodar por las escaleras, te ví tirado en el suelo. Pensándote sin vida corrí hasta a ti, te toqué, levanté tu cabeza del suelo frío con la intención de hacer que recobrarás la consciencia sin ningún resultado. Mis manos estaban llenas de sangre que salía de la parte trasera de cabeza.

Al mismo tiempo en que relataba aquel sueño horrible, un par de lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, mismas que habían tomado un color totalmente pálido.

Enseguida, me di la vuelta, ya que lo que menos quería era que Jin me viese llorar, no ahora. Tampoco quería decir algo más, al menos nada más que no fuera un “Te amo”.

—Estabas llorando...

Torpemente sequé las lágrimas de mis mejillas para finalmente dirigir mi vista hacia a él. —¿Qué? —No había logrado entender lo que había dicho Jin o al menos me costaba entenderlo. 

—Mientras dormías, estabas llorando. —Ahora entendía el porque de la pregunta de Jin con respecto a que estaba soñando. No es que hubiera mencionado el nombre de una chica como bromee con Jin sino más bien las lágrimas que había derramado mientras dormía, lo habían preocupado.

El piso de madera estruendoso me hizo levantar la vista hacía el frente. Jin se había levantado de la cama de piedra en la cuál hacía solo unos instantes nos encontrábamos cómodamente él y yo.

Parándose frente a mí, admiré como su delgado cuerpo, se comenzaba a acercar al mío.

—Lo amo, profesor Min YoonGi. —comento Jin sacando una pequeña sonrisa en mi rostro por la forma tan tierna como me había dicho que me amaba.

—Yo lo amo más, alumno Kim SeokJin —respondí, siguendole el juego —Entonces... ¿no mencioné a ninguna chica? —Volví a bromear, ganándome de nueva cuenta un pellizco pero esta vez en la cintura.

—¡Que gracioso, profesor! —La ironía de Jin, combinada con los ojos en blanco que ponía por los celos que sentía, acción que definitivamente me alegraba el día.

Serendipia ꒱ Yoonjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora