5.

616 97 8
                                    

Mi corazón comenzó a acelerarse como nunca antes en cuánto el profesor Min YoonGi me sujeto suavemente de mi brazo izquierdo ayudándome a levantar del suelo, dónde hasta ahora me había dado el lujo de quedarme temblando por el aire frío que traía consigo la tormenta.

Por las ansías de tener un momento sólo para mí, había olvidado mi abrigo rosa pastel en el auto donde In Jae y TaeHyung, algo de lo que seguramente ambos ya se habrían dado cuenta.

Una vez estuve de pie, intenté replicar —sin éxito debo decir —la invitación del profesor Min, de acompañarlo, lejos de aquél edificio abandonado.

El profesor de un momento a otro se estaba convirtiendo en un total enigma para mí. Realmente no entendía su forma de ser y actuar, hacía tan solo unas horas que me había dejado solo en la sala de maestros —cosa que me había importado demasiado, al grado de sentirme herido, pese a haberle escrito que no se preocupara —y que ahora parecía preocuparse por mí.

No supe en que momento comenzamos a correr bajo la fuerte lluvia, al parecer me había quedado inmerso en mis pensamientos un buen rato, tanto que ni note que él seguía sosteniendo mi brazo con suavidad.

De pronto, tomándome en total sorpresa recordé que con esta tormenta muy seguramente In Jae me mataría por no avisarle donde me encontraba en estos precisos instantes, aunque que más daba, mi día se había arruinado por completo. Aunque no fuera del todo cierto, pues haberme topado con el profesor Min, estaba siendo lo mejor de este tan inesperado día.

—¿A dónde vamos? —musité, intentando llamar la atención del pelinegro que se encontraba tirando de mi brazo izquierdo, unos pasos delante de mí. Las gotas de lluvia que caían sobre nuestros rostros nos hacían ver totalmente diferentes a como regularmente éramos, en especial el profesor YoonGi quien se veía realmente sexy, aunque claro que, el profesor Min era todo el tiempo así o incluso aún más. 

—A mi departamento. —escupió sin el más mínimo tacto.

¡¿QUÉ?! ¡¿QUÉ HA DICHO?!

Al instante, me detuve soltando mi brazo de su agarré gentil, que ahora se tornaba en mi mente con una segunda intención.

—¡¿Que dijo?! —reclamé.

No me importaba si pensaba que era sordo, necesitaba una explicación de lo que había dicho tan tranquilamente, mientras que yo me estaba muriendo de nervios.

Me había detenido justo a mitad de la calle, importándome poco la lluvia o si llegase a pasar un automóvil por ahí.

—A mi departamento... —volvió a decir, está vez mirándome directamente a los ojos —Si te quedas más tiempo así de mojado, vas a agarrar el peor de los resfriados —continúo —Se que no quieres causarme molestias pero créeme que no es molestia para mí ayudarte.

¿Quién era esté hombre?

—Pe... —intenté decir.

—Pero nada —nuevamente, no me había dejado siquiera iniciar mi protesta.

Sin más, volvió a tomarme del brazo y empezamos a caminar por un par de minutos más, hasta que nos detuvimos frente a un edificio de 6 pisos que se veía un tanto elegante.

—¿Vive aquí? —pregunté curioso.

Claro que vivía aquí SeokJin, ni modo que te trajera a casa de un extraño o extraña.

Asintió, mientras esperábamos no sé que.

Casi al instante, un hombre de edad mayor apareció con una sonrisa en su arrugado rostro, parecía tener al rededor de unos sesenta años. Amablemente saludó al profesor.

Serendipia ꒱ Yoonjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora