Las confesiones tanto por parte de YoonGi como por mi parte se hicieron presentes en aquél salón de reducido espacio. Yo había dejado salir por fin toda la presión dentro de mi pecho, confesándole mis sentimientos a Min YoonGi, que por años estaba seguro era una de las peores ideas que podía tener.
Se sentía realmente bien poder respirar sin problemas o presiones dentro de mi pecho y mejor aún poder mirar a los ojos, sin ninguna máscara enfrente a YoonGi quien y a pesar de ser todavía mi profesor, hacía latir mi corazón con gran fuerza.
Unos segundos, todo fue silencioso; al menos hasta que los pies de YoonGi se comenzaron a mover hasta quedar frente a mi.
Quería tanto que la confesión de YoonGi fuera cierta y que él de verdad gustará de mi como yo gustaba de él, que hacer la corta distancia entre nosotros un tanto más grande, resultó doloro. Pero la puerta del salón donde nos encontrábamos había sido tocada por al menos tres veces y era algo que no podíamos darnos el lujo de ignorar.
Tomando entre una de sus blanquiscas manos el picaporte de la puerta, el profesor YoonGi me sonrió antes de abrir la misma puerta del salón y grande fue nuestra sorpresa cuando la profesora JiWoo apareció del otro lado con un semblante entre confuso y triste.
—Lo siento, lo que menos quiero es interrumpirlos pero... —Guardando silencio durante un par de segundos, la profesora JiWoo volvió a hablar con la voz un poco más baja. —SeokJin, ¿podrías dejarme a solas con el profesor Min?
—Si, por supuesto —contesté, moviéndome algo indeciso por el salón, centrando mi mirada en el profesor YoonGi quién aún me miraba con suma discreción —Con permiso. —dije mientras comenzaba a pasar tranquilamente frente al pelinegro con los nervios y ansias a flor de piel.
—Jin... —Siendo suavemente detenido, concentre mi vista en quién me impedía seguir avanzando y fue linda la sorpresa al ver los ojos de YoonGi brillar
—Búscame a la salida, por favor. Todavía falta un tema por terminar de explicarte.Asintiendo seriamente, me dispuse a salir en silenció del aula, viendo rápidamente como aquella profesora de cabellera castaña se adentraba al salón sin cerrar la puerta, acción que me reconfortó un poco.
Instantáneamente en mi cabeza, volvió la confesión del profesor Min YoonGi.
Porque... Me gustas SeokJin...
Me gustas SeokJin...
Me gustas...Andando por el pasillo no tarde mucho en encontrarme con TaeHyung, quién ahora tenía una cara de extrañeza y curiosidad, sabia bien que querría saber lo que había pasado en aquel salón. —Te voy a contar todo, pero no ahora. —respondí algo tosco. —Mis nervios están a nada de traicionarme. —mencione, tomando la sudadera de color verde de TaeHyung de la bolsa delantera.
—¿Qué fue lo que pasó ahí adentró? —interrogó con curiosidad.
—No puedo contarte nada ahora, tendrá que ser cuando salgamos de acá —agregué, asegurándome de que no hubiera nadie a nuestro alrededor que pudiera oír nuestra conversación.
—Esta bien... —exhaló con cierto desgano. —Jin... —me llamó con cierta cautela el castaño. —No estás enojado conmigo por haberte dejado solo con el profesor, ¿verdad? —Pasando su mano izquierda a la parte trasera de su cabeza, TaeHyung me mostró una pequeña pero divertida sonrisa.
—No, no estoy enojado Taetae. —contesté velozmente —Por el contrario, gracias a ti pude hablar un poco más con el profesor. —pause al adentrarnos calmadamente al salón para la clase de Matemáticas.
—Entonces con más razón deberás contarme todo de camino a casa. —argumentó contento Tae. —Hueles a café amargó... —Inevitablemente sonreí por el comentario inconsciente de TaeHyung.
Estaba sorprendido que con tan solo estando unos minutos con el profesor, su olor hubiera quedado impregnado en mí.
Al terminar la jornada, TaeHyung me acompañó hasta la sala de maestros, esperando por mí fuera de la misma.
Con cada paso que daba, tanto mis nervios como mis manos sudorosas y mis pies temblorosos de la mañana se habían esfumado por completo.
Por la mini ventanilla del salón de profesores, visualice al profesor Min quién se encontraba revisando lo que parecían ser unos exámenes.
—¿Puedo pasar? —pregunté, intentando controlar las inmensas ganas de bombardearlo con mil preguntas.
La silla en la que se encontraba sentado tranquilamente, hacia solo unos instantes, cayó al suelo en cuánto se paró rápidamente a recibirme —P-pasa SeokJin —con un tartamudeo de su parte, me adentre a la sala mientras que el mismo pelirubio levantaba la silla trás de él.
Tontamente reí de su ahora torpeza, recordando aquella vez que en un ataque de nervios por estar frente a él, todas las cosas dentro de mi mochila terminaron en el suelo, por haber dejado a mis nervios dominarme y a mí mirada traicionarme, ya que solo se centraban en aquellos bellos labios que parecía no había dejado de morderse.
—¿Jin? —Oyendo mi nombre ser pronunciado con lo que parecía ser preocupación, lo miré.
—Dígame —respondí un poco perdido, centrando mi vista en sus labios, los cuales parecía se había dejado de morder.
—Primero que nada, no me hables de usted que me haces sentir viejo. —rió el mayor frente a mi —¿Estás bien? —indagó.
—Sí, amm... —contesté, sacudiendo mi cabeza, sacando de ella mis deseos de que sus labios volvieran a unirse con los míos —Aquí estoy, tal como me lo pidió.
—Yo... —musitó, haciéndome ansiar más de él.
—¿Si?
—SeokJin, respecto a lo que paso esta la mañana... Yo... —su mirada baja y esquiva, estaba haciendo mis nervios pedazos.
—¿Era mentira? —lo interrumpí, sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas.
—No —mencionó, acercándose rápidamente hasta a mí —Yo quería preguntarte sí lo que dijiste antes... era cierto. —indagó sin hacer correctamente una pregunta. —¿Te gusto en verdad? —preguntó con cierto nerviosismo.
—Sí... —confirme, en voz baja y cabizbajo —Usted, en verdad me gusta —confesé sintiendo mis orejas colorearse de un rojo carmín.
Casi enseguida una mano se poso por debajo de mi mentón haciéndome levantar la mirada, concentrándome en quién se encontraba frente a mí —Lo que yo dije también es verdad. Me gustas, desde el primer instante en que te vi.
No dije nada, al igual que él dueño de aquella mano. Solo nos dedicamos una suave y tierna mirada que aunque pareciera no simplificar nada, ni decir nada, lo decía todo.
Los labios del profesor Min, se encontraban demasiado cerca de los míos, podía sentir nuestras respiraciones mezclarse, a lo que con un poco de vacilación acorte el poco espacio que quedaba entre nosotros, rozando nuestros labios.
Posando mis ojos en los suyos, me perdí en el iris oscuros de los mismos hasta que ambos nos dejamos llevar por el nuevo movimiento de nuestros labios ahora unidos.
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Serendipia ꒱ Yoonjin
Fanfiction• 𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋𝐈𝐙𝐀𝐃𝐀 • ꒰♡Sinopsis: Kim Seokjin es un atractivo universitario de 22 años, que cursa los últimos meses de la carrera de Negocios Internacionales; a pesar de los exámenes y la presión ejercida por los profesores para sacar la máxima i...