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Teníamos aproximadamente quince minutos fuera del hospital, mis manos sudaban lenta y tortuosamente al mismo tiempo que la fuerza en mis piernas empezaba a desaparecer. No podía dar siquiera un paso adelante y ciertamente no sabía si quería hacerlo, es decir, no importaba la cantidad de veces que le dijera a TaeHyung que estaba listo para hablar con So Hyun, —mi exnovia, a quién por meses idolatre, al grado de ponerme una venda yo mismo sobre los ojos para no darme cuenta de cuán daño me hacía ella —era una total y completa mentira, para nada está listo pero sentía y sabía que si YoonGi, estuviera conmigo en ese preciso momento, sin duda alguna, en verdad estaría listo, para tener una plática con So Hyun, después de años de huirle.

¿Me daba miedo la reacción de YoonGi ante está situación? Por supuesto que sí. Sentía un miedo enorme correr por mi espina dorsal. En definitiva debía decirle, no por un cargo torpe de consciencia, sino porqué sabía y tenía la certeza de qué él entendería y me apoyaría.

—¿Vas a decirle ahora? —Los nervios en mi interior eran cada vez más evidentes, ya que no me di cuenta en que instante comencé a maltratar lentamente mis dedos entre sí.

—Si, entré más pronto sea, mejor —contesté, aspirando el suficiente aire antes de dar un pasó hacía adelante.

—Sabés que él, te quiere, ¿cierto? —lo sabía, claro que sí, pero mis miedos me impedían sentirme tan seguro como TaeHyung, lo demostraba ahora —Y sí no entiende lo que estás por decirle, es un completo im...

—¡Calla! —exclame, un tanto más nervioso —Eso último, no ayuda pero gracias por el intentó —solte, no sin antes darle un vistazo rápido al guardaespaldas de TaeHyung quien tan pronto supo dónde se encontraba, se apresuró hasta estar con él, sin tan siquiera disimular cuando lo miraba.

—¿Qué? ¿Qué tengo? —preguntó, torpemente TaeHyung, examinandose detenidamente de arriba a abajo.

—Tienes a un gran hombre parado detrás de ti que no conoce la palabra discreción, ni disimuló, ya que cada que te mirá sus ojos le brillan intensamente.

—¿Hablas de...? —TaeHyung era sin duda demasiado inteligente cuando le convenía, cuando no, fingía torpeza o demencia.

—Claro que habló de él, de quién más hablaría sino es de él —respondí, sin darle tiempo a terminar la pregunta correctamente —Durante, ¿cuánto tiempo más se harán los tontos? —pregunté extrañado y como excusa para quedarme un poco más fuera de lo que se avecinaba.

—Él, nunca me ha dicho nada y yo ciertamente...

—No me digas, ¿no sabes cómo hacerlo, o te da pena hacerlo? —No era tanto una excusa, de verdad me interesaba la atracción, el amor que se sentía y veía cuando DaeHyun y TaeHyung, estaban juntos.

—¡Basta! Luego hablaremos de esto, ahora ve a dentro, deja de usarme como excusa para la futura plática que te espera con el profesor.

¿Lo ven? Cuando le convenía era en extremo inteligente.

—Deseame suerte —agregue, tomando rápidamente la mano de TaeHyung, entre la mía, dándole un ligero apretón, como signo de fuerza, valor.

—¡Suerte! —gritaron, no una, ni dos, sino tres voces al mismo tiempo desde la entrada del hospital, captando la atención de un par de enfermeras y alguno que otro doctor, que les dedicaron más que una molesta mirada a aquellos escandalosos.

Al llegar al ascensor, presioné nerviosamente el botón con el número cuatro, observando como las puertas, se cerraban de forma completamente lenta.

Los botones de hasta arriba del ascensor marcaron primero uno, luego dos, seguido del tres para finalizar en el piso con el número cuatro.

Serendipia ꒱ Yoonjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora