8. La granja Suppasit -Mewgulf, Zaintsee y Offgun Terminada

Veintinueve

Willy estaba furioso pues de muevo no había conseguido recuperar a Gulf, a pesar de todos sus artimañas.

Se había vuelto un reto, ya que éste era lo único que se le estaba resistiendo y eso provocaba que estuviese perdiendo la cordura y a sus clientes.

El abogado estaba dejado de lado su trabajo, ya que se pasaba el tiempo bebiendo y limpiando su pistola una y otra vez, sentado en su carísimo sillón de piel, tras su ostentoso escritorio de roble, mientras planeaba como recuperar a su esposo.

...-¡Maldición!...de nada me ha servido contratar a otros para hagan el trabajo sucio y lograr mi propósito de separarlos y tampoco el intentar llevármelo por delante... Me temo que la única solución es eliminar definitivamente a ese granjero-dijo riéndose mientras observaba una foto del moreno que tenía en una de sus manos-... aprovecha el tiempo que te queda con él, cariño, porque ese maldito y maloliente granjerito pronto será un cadáver.

Mientras en la granja, Mew y Gulf acostaron a los niños como todas las noches y luego se fueron a la cocina como era costumbre ya en esa familia.

Iban a tomarse una infusión antes de dormir y aprovechar para charlar de temas que no podrían tratarse delante de los menores.

-¿Qué tal estás amigo?, ¿ya más tranquilo?-preguntó Off.

El mayor asintió y el moreno lo besó tiernamente en la mejilla.

-Esto se está poniendo muy feo y creo que deberías alertar a la policía pues una cosa es que atenten contra las cosas materiales pero ahora han intentado atropellarte, estamos hablando de tu vida, ¿Mañana que será?-habló Saint muy preocupado.

El maestro suspiró con pesar.

-Sé que estáis muy asustados por mi chicos y os lo agradezco... La verdad yo también lo estoy por vosotros y creo que tienes razón aunque no sé que puedan hacer... Willy es muy inteligente y tiene muchos contactos, no creo que sirva de mucho.

Mew negó con la cabeza.

-No, debemos usar todo para intentar detenerle...mañana iremos a la comisaría, no quiero que te pase nada... Deben asignar un agente que ronde la escuela y otro aquí en la casa.... no sé pero algo tienen que hacer-dijo nervioso.

-Cielo, iremos pero ya te lo dije, él tiene mucha influencia y yo soy un don nadie....la Policía no me pondrán un guardaespaldas, lo más que harán será que un coche patrulle de vez en cuando por la escuela y por esta zona si tenemos suerte y nos hacen caso.

—No sé pues entonces me pasaré todo el tiempo a tu lado pero no permitiré que te lastime.

Gulf le a acarició la cara.

—Cariño, no puedes dejar tu granja abandonada y ser mi sombra.

El granjero resopló molesto.

—¿Y por qué no?, Zee y los demás don perfectamente capaces de llevarla sin mi, lo han hecho antes.

Saint negó con la cabeza.

—Si pero ahora es diferente Mew, te entendemos pero la granja necesita producir mucho para recuperar todo el dinero invertido en arreglar los establos y la escuelita...te necesitamos.

—Pues no sé pero yo no puedo quedarme de brazos cruzados mientras ese psicópata intenta matar a mi novio—habló Mew muy molesto—…no, no lo haré.

(...)

El granjero y Gulf se personaron en la comisaría a primera hora de la mañana pues después de hablarlo en la cocina con sus amigos y a solas en la cama, estos habían acordado ir.

Pusieron sobre alerta a los agentes pero como todo eran conjeturas y sospechas de quién podía estar detrás, el comisario no les hizo mucho caso como bien había predecido el moreno, aunque si le dijeron que actuarían, si claramente veían que el abogado estaba detrás de todo.

Mew salió con una sensación extraña y aunque no quería desconfiar, se sentía como que los habían toreado, salvando la situación.

No dijo nada a su novio pero incluso se atrevió a pensar que la policía de su pueblo estaba comprada.

Sin embargo no hizo falta pues Gulf no tenía ninguna duda al respecto, sabía de sobra lo que su aún marido podía llegar a eso pues con su gran influencia y su dinero, todo lo conseguía, por lo que no le sorprendió la actitud de la policía.

En realidad, tan solo se tenían a ellos mismos y como tal tenían que protegerse y ver por adelantarse a los peligros, así que tras llegar y hablar con sus amigos, decidieron tener los ojos muy abiertos y reaccionar a cualquier cosa o persona extraña que viesen rondándolos.

En los días siguientes, no sucedió nada reseñable, ni peligroso, aunque esa fue la sensación que les dio a la familia pues la cruda realidad era otra, ya que desde la distancia un paciente y observador Willy, esperaba su oportunidad de llevar a cabo su plan.

Durante horas y horas, este se dedicó a estudiar la escuela y los alrededores, así como todos los movimientos de la pareja.

Este supervisó vigilando las entradas, salidas de estos pero sobre todo cuando estaban separados y no había intrusos pues nadie podía acercarse allí o podía entorpecer su propósito, tomando en cuenta por supuesto a los niños también.

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