Veinticinco

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Zee y los demás se miraban sin decir nada pero todos estaban pensando lo mismo, mientras movían las maderas quemadas para sacar los cadáveres de lo animales calcinados.

Finalmente, Off no aguantó más y lo soltó.

—Esto va ha ser una ruina para la granja y para todos...Mew no va a poder afrontar el pago del abogado para Gulf, los gastos de la granja y los gastos de la reconstrucción de todo esto.... Se avecinan tiempos muy difíciles y quizás nos despida.

—No, no lo hará, el nos quiere tanto como nosotros a ellos—Habló el castaño también—…Tendremos que apretarnos todos el cinto y saldremos adelante.

—Si, es cierto y no podemos rendirnos...además, este es un buen trabajo y yo lo quiero como un hermano y sus hijos son como mis sobrinos, no podemos abandonarlos.

Tras apartar el último animal, bebieron un trago de agua fresca y en ese momento vieron regresar la camioneta del mayor y detrás el coche del veterinario.

Una vez revisados, todos los animales y curar a los heridos, Josh Travis dio las instrucciones necesaria para poder salvar a los animales heridos de posibles infecciones.

Mew le pagó una buena cantidad de dinero por sus honorarios y los medicamentos que les había dejado.

Había sido mucho pero necesario pues no podía ignorarlo, ya que no debía permitir quedarse sin más animales en su granja.

Después de este terrible suceso, día a día, todo iba recobrando su apariencia y la normalidad, hasta que pasada una semana, un nuevo problema asoló su tranquilidad.

Como cada mañana, el granjero llevó a los niños y a Gulf a la escuela pero al llegar, se encontraron con que la puerta de esta estaba entreabierta.

Mew ordenó no salir a sus hijos de la camioneta y corrió con el corazón en la boca hasta el anterior y allí descubrió el peor de los desastres.

Casi sin respiración, este comprobó todo el interior destruido, los pupitres, las sillas, el encerado y los armarios, todo estaba hechos trizas.

Las paredes, además tenían escritos obscenos graffitis y las macetas con las plantas que habían plantado los niños, estaban esparcidas por todo el suelo.

Gulf detrás de él, se quedó con la boca abierta al encontrarse con lo mismo, entonces en ese momento llegó el jefe de policía con su ayudante y levantó constancia de todo.

La pareja intentaron recoger un poco mientras el policía terminaba el informe y los dos se quedaron muy sorprendidos, cuando este les dijo que la puerta no estaba forzada y que todo indicaba que se habían dejado la puerta sin pasar la llave.

—No Mew, te lo pro-prometo—dijo el moreno nervioso—...yo no fu-fui.... Yo siempre pa-paso la llave.... A-Alguien la habrá a-abierto de otra forma.... créeme.

 créeme

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8. La granja Suppasit -Mewgulf, Zaintsee y Offgun TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora