toma mi mano | jenlisa

Capítulo 21

Sabes, hay días en los que pienso que estoy llegando a algo. Me enfoco en mi papá, mi mamá y la universidad. Me siento bien. Muy lejos de superarte, pero - bien. Y luego hay días como estos en los que yo sólo... en los que yo sólo te quiero a ti. Que estés aquí. Conmigo. Hoy, en definitiva, es uno de esos días, Lisa. Donde se siente como si no pudiese respirar porque te extraño demasiado.

Todo en lo que puedo pensar es - ¿y si? ¿Y si nos hubiéramos conocido bajo otras circunstancias? ¿Tú también piensas en eso? ¿Y si Kai nunca me hubiera sugerido nada y habríamos roto? - porque ahora que lo pienso, eso tenía que suceder contigo o sin ti en escena. Me estaba desenamorando de él. Mucho antes del accidente de mi papá.

¿Y si terminaba en esa cafetería por pura casualidad? Me habría visto distinta. ¿De igual forma habrías venido hacia mí? Creo que sí. Habríamos hablado justo como lo hicimos ese día. Y tú me habrías llevado a casa y prestado tu saco. Y quizás me habría tomado mucho más tiempo aceptar el hecho de que estaba enamorándome de una mujer, pero al menos habría sido...real. Para ti. Y para mí también, de alguna manera.

O... si sólo hubiese llegado a ti antes que Rosé. Si sólo no hubiese decidido ser egoísta y mantenerte para mí sola por un poco más - si sólo hubiese confesado todo en la mañana después de hacerte el amor. Sé que habría roto tu corazón de todos modos, pero al menos lo habrías escuchado salir de mi propia boca. Todo. Sin suposiciones, sin verdades a medias.

Nunca había deseado tanto una máquina del tiempo. A veces, cuando el extrañarte se pone demasiado difícil, y tu aroma ya no persiste en mis sábanas, en mi ropa, sueño con cosas imposibles. Me imagino regresando el tiempo, diciéndote todo; después de nuestra primera noche, después de nuestro primer encuentro, después de nuestra primera cita. Dios, si pudiese remontarme hasta ahí, lo primero que haría sería besarte. Y luego te contaría todo.

Pero no puedo volver. No puedo comenzar desde cero. Pero espero que alguna otra versión mía lo haga. En algún lugar de otra vida, de otro mundo, espero seamos felices. Espero que haya un universo donde no te haya lastimado. Donde nos amamos y nos mantenemos a salvo.

Y quizás, en este, algún día también tengamos un final feliz. Sólo puedo tener esa esperanza. Es lo único que me queda.

Te amo, Lisa
 Jennie.

*

Se está formando un patrón, y Jennie no está segura si le gusta. No sabe cuál sería una mejor descripción: tira y afloja, el juego de la cuerda, o aquellos malditos columpios, pero de cualquier forma, esto es lo más lejano a sanar. Pero ellas ya establecieron eso.

En resumen, Lisa viene a ella ebria y fuera de sus cabales. Lisa desapareció por más de una semana después de hablar por mensajes. Llegó incluso a bloquear su número - otra vez. Y -- Jennie no ha cometido el mismo error de ir a su apartamento sin previo aviso, pero está muy segura que Jamie ha estado ahí más veces que ella.

(Bueno, a lo mejor sí fue una vez. Nunca llegó a la puerta - no fue lo suficientemente valiente para ello - pero se encontró con el vecino de Lisa una vez más. Aquel gran caballero con el perrito y una agradable bufanda a cuadros, quien jovialmente le preguntó si estaba buscando a su hermana.)

Hermana. Así de mucho se parecen, por lo visto, y el pensamiento, por alguna razón, le revuelve el estómago a Jennie.

Él, siendo servicial, le hace saber que ella - Jamie, la hermana - y Lisa salieron, pero parecía ser que volverían pronto. Después de eso, Jennie se fue de inmediato.)

Después de todo, parecía como si Lisa hubiese decidido cortar todos los lazos, y Jennie hubiese estado tratando de hacer las paces con eso. De forma lenta. Dolorosa. Y sin éxito. En su mayoría porque la propia Lisa está de pie en su puerta, con los ojos enrojecidos y apestando a whisky costoso. Sí, el whisky costoso también apesta, cuando lo consumes en cantidades enfermizas.