"Odio que tengamos que dejar esta cama." Solía odiar la manera en la que la sonrisa de Lisa la hacía sentir; la calidez que confundió por disconformidad esparciéndose a través de su pecho. Muy rápida, muy confusa. Indeseada.
Ahora, felizmente se deja derretir cuando los labios de Lisa se estiran en una tímida y pequeña sonrisilla que crece bajo las puntas de sus dedos, trazando hermosos contornos. "A mí firmemente...no me gusta."
Jennie sólo suelta un 'uhmm' y se inclina, presionando su boca con la de Lisa en otro beso, sin apuros, casi perezoso. Pacífico, la palabra brota en su mente. ¿Cuántas palabras de esas han compartido en las pasadas dos horas? Jennie está mareada y al mismo tiempo decepcionada al saber que perdió la cuenta. Quiere recordar todas y cada una de ellas. Es casi como si acabaran de compartir su primer beso, y Jennie no se cansa de ello.
"Jennie," Lisa murmura contra sus labios, y la espalda de Jennie se arquea por esto porque - se están besando. En su cama. Después de hacer el amor por horas. "Llegaremos tarde."
Suelta un quejido, acurrucándose en el cuello Lisa, suave y con olor acogedor. Quiere ver a su padre, sí quiere. Pero tienen que esperar hasta las dos y si se saltan el desayuno así tal vez-
"Bueno," murmura, sus manos descansan en la espalda baja de Lisa. "Pero cuando volvamos..." no termina de decir por la mirada pesarosa de Lisa. "O cuando...¿no volvamos?"
Lisa suspira, y Jennie se maravilla, con cierta incredulidad, por la respuesta inmediata de su cuerpo. Jesucristo, piensa. Es sólo un sonido.
Pero no, no es sólo eso. Es Lisa, pestañea con admiración. Eso es lo que me está haciendo, y no quiero que se detenga.
Sacude su cabeza, intentando enfocarse en las palabras de Lisa y no en sus labios. "Rosé me espera esta noche," dice con calma, y Jennie quiere reír porque suena demasiado lúgubre. Se da cuenta que lo dice en ese tono porque no quiere dejarla, y la sensación en su pecho se agranda, cálida y sólida.
Sabe que es infantil, pero: "¿No puedes cancelarle?"
"Me temo que no." Lisa bufa. "Fue bastante insistente cuando hablamos por teléfono."
"Espera, ¿cuándo hablaste con ella?"
Se maravilla por el rosa que se esparce en las mejillas de Lisa. "Cuando, uh, cuando fui por agua."
"Ah," Jennie asiente recordando. "Justo después de que tuve tres de tus dedos dentro, ¿quieres decir?" La pregunta suena inocente mientras pestañea haciéndole ojitos a Lisa, pero es todo menos eso.
El rostro de Lisa se ruboriza posterior a esto. Se aclara la garganta. "S - sí. Justo después de eso."
"No puedo creer que seas capaz de sentir vergüenza después de todo lo que me hiciste," Jennie no reprime su risa al fastidiar en forma de broma a su amante, disfrutando su sonrisa avergozada y sus abatidos ojos. Lisa Manoban, la poderosa jefa ejecutiva, es demasiado adorable que ni ella se lo cree.
"En mi defensa," La expresión de Lisa es dura, pero sus ojos destellan con su risa. "Tú hiciste cosas mucho peores."
Duele, repentina y profundamente, y Jennie tiene la esperanza de que Lisa no lo vea en sus ojos. Ella sí hizo cosas mucho peores. Inició utilizando a Lisa por su posición, por su dinero. Intencionalmente fue tras ella y la hizo enamorarse, sabiendo muy bien que esto la arruinaría al final. Y la peor parte es, que eso no ha cambiado. Aún después de inesperadamente enamorarse de ella, Jennie igual romperá su corazón, pero no puede seguir mintiéndole. Lisa tiene el derecho de saber la verdad.
Sólo espera que la verdad no le cueste Lisa, pero si así pasa, es lo menos que merece.
"Oye," El susurro de Lisa flota por sus labios. "¿A dónde fuiste?"
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toma mi mano | jenlisa
FanfictionEl padre de Jennie ha sido puesto en soporte vital, y convertirse en la novia de Lisa Manoban es su última oportunidad para poder pagar las facturas del hospital. Se suponía que sería por el dinero. Insensible, inmoral, impersonal. Enamorarse de ell...