Capítulo 32

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"Rosé no haría eso." Lisa dice con un tono bajo y uniforme. Jennie le envió un mensaje anoche, justo después de salir del apartamento de Jisoo, pero Lisa no pudo verla en ese momento, en lugar de proponerle ir con ella pasa por su casa al día siguiente.

Jennie se sirve más café. Quizá no debería estarlo bebiendo. Se siente nerviosa. Agitada. Rosé no sería tan amigable con Jisoo si no planeara usarla para llegar a Jennie. Sabe que no lo sería. Rosé es la segunda persona más meticulosa que Jennie ha conocido - las posibilidades de que no le haya hecho una investigación a fondo a Jisoo y haberse enterado de quién es su amiga más cercana son abismales. ¿Y por qué estaría tan interesada en alguien que es la mejor amiga de su enemiga?

Ami-enemiga. Lo que sea. ¿Cómo le hace entender eso a Lisa?

"Sí." Dice, más que nada para calmarse a sí misma que para responderle a Lisa. "Entiendo. Está bien. Rosé no haría eso. Tal vez. Pero -- Lisa, Jisoo es... es familia. No la pueden lastimar por mi culpa."

Lisa ladea la cabeza y observa a Jennie. "¿Y por qué verse envuelta con Rosé significa que posiblemente salga lastimada?"

"Eh, ¿Rosé hace que se enamore de ella y luego rompe su corazón?" Trata de ignorar cuán familiar suena eso.

Lisa resopla. Realmente resopla. "No estamos en la preparatoria. Rosé no tiene tiempo para eso, Jennie." Le dice. "Si quisiera lastimarte, no usaría a tu amiga para hacerlo. O a tu familia. Vendría directo hacia ti." Hace una pequeña pausa y sigue viendo cómo Jennie se remueve en su silla. "No fue contra tu padre cuando técnicamente pudo haberlo hecho." Dice, y su mirada se suaviza, muy apenas. "Ella sabía que yo no le diría nada de haber sido así. Me habría enojado, pero no hubiese hecho nada. No en aquel entonces." Antes de que Jennie tenga la oportunidad de pedirle que se explique mejor, Lisa se endereza y le acerca la bolsa de papel con lo que huele como a pastelitos recién hechos. "Toma. Deberías comer. Y dejar de beber tanto café. Te traje algo de té verde."

Jennie mira su taza. "No me gusta el té."

"Tal vez te guste este." Junta sus manos detrás de su espalda, frunciendo el ceño ligeramente al - claramente - considerar con cuidado sus siguientes palabras. "Puedo notar lo mucho que Jisoo significa para ti," dice. "Pero no tienes que preocuparte de nada. Yo -- si gustas, yo... mantendré un ojo en ella. Es posible que ella sola me cuente de tu amiga, y pronto. Se supone que hoy tenemos una reunión sobre la nueva compañía."

"Bien." Jennie aprieta su taza, ahora casi vacía, sólo para tener algo en lo que se pueda aferrar. "Uhm, gracias. Lamento haberte hecho venir antes del trabajo, es sólo que -- no sé en qué estaba pensando. Me asusté."

"Eso pasa cuando se trata de nuestros seres queridos." Lisa le dice con calma, Jennie alza la vista, y sus miradas se encuentran. "Yo -- debería irme." Dice, aclarándose la garganta. "No quiero llegar tarde."

"Tú eres la jefa." Jennie dice con una sonrisa que se siente falsa en sus labios. "Puedes llegar tarde."

"Exactamente porque soy la jefa no puedo." Lisa responde, igual con una pequeña sonrisa. "No te preocupes por Rosé. Estoy segura de que esto es una coincidencia."

Excepto que Jennie ya no está segura de si cree en esas. "Sí. De nuevo, gracias, Lisa."

"Claro." Lisa vuelve a aclarar su garganta. "Yo... aprecio que me hayas contado esto, y... que compartas tus preocupaciones." Termina de decir, tranquila. "Sé que debió haber sido difícil para ti."

No fue tan difícil, no realmente. Tenía miedo de que Lisa arremetiera contra ella por haber acusado a una de sus amigas por tal complot, pero su preocupación por Jisoo le ganó. "Pues," dice, humedeciendo sus labios. "No más secretos, ¿cierto?"

toma mi mano | jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora