Capítulo 29

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Esto será interesante, la Dra. Lee piensa al estudiar a la pareja frente a ella. Ambas están visiblemente - e igual - de nerviosas. Cada una tiene sus manos entrelazadas en sus regazos, y su piernas están cruzadas. La castaña parece más tranquila, pero la Dra. Lee ha visto y tratado con bastantes pacientes como para saber cuándo buscar otros signos. La tensión en su mandíbula y el movimiento de su mirada le dicen más que su supuesta pose relajada.

Observa cómo la pelinegra le da miraditas a la castaña, cada cierto tiempo, y no se necesita ser un genio - o alguien que se graduó como el mejor de su clase - para imaginar que ella es la culpable. O siente que es la culpable. La Dra. Lee ha visto una gran cantidad de pacientes asustados. Pero la castaña no parece una maltratadora, y sí, las apariencias engañan, sin embargo la intuición de la Dra. Lee jamás le ha fallado.

Les da otro vistazo rápido. La pelinegra muerde su labio inferior, las miradas que le da a la castaña se están volviendo más y más prolongadas. Nostálgicas. La castaña, en su mayor parte, está viendo adelante o a la frente de la Dra. Lee. Si bien tiene la vista fija al frente, en ocasiones sus ojos se encuentran con los de su pareja, y una pequeñísima sonrisa se posa en sus labios, la cual la otra mujer le devuelve con inquietud.

La Dra. Lee comienza a preguntarse. Puede ser un caso de infidelidad; pero su instinto le dice que hay algo más. Algo más profundo.

"Entonces..." Junta sus manos, regalándole al par una cordial sonrisa. Ellas se la devuelven tentativamente. "Señorita Manoban y Señorita... Kim, ¿cierto?" No pasa por alto cómo la pelinegra se estremece con la mención de su nombre.

"Con sólo Jennie estaría bien." Se apresura a corregirla. La Dra. Lee asiente.

"Por supuesto." Después mira expectante a la Señorita Manoban.

"Lisa. Soy, uh, Lisa."

"Bien, perfecto." La Dra. Lee asiente otra vez, dejando que su sonrisa crezca. "Un gusto conocerlas, Jennie y Lisa. Mi nombre es Chaerin. Me alegra mucho que hayamos decidido tutearnos enseguida. Ayuda a establecer la confianza entre nosotras."

La manera en la que los ojos de las dos se abren más antes de darse un vistazo mutuo y desviar la mirada por la palabra confianza le dice todo lo que necesita saber. En lo particular, no importa bajo qué circunstancias su confianza fue rota. Todo lo que le interesa es que sí, está rota, y están aquí para repararla. Sólo espera que no sea demasiado tarde.

"¿Por qué no comenzamos con que me cuenten poco sobre ustedes?"

Lisa se endereza un poco más en el sofá. "¿Te gustaría ser la primera?" Le pregunta con calma a Jennie, quien luce algo nauseabunda por la idea.

"Oh, no, no te preocupes, tú puedes ser la primera."

"¿Segura? Quiero decir, no me molesta--"

"Sí, yo--"

La Dra. Lee oculta su sonrisa cuando paran, abruptamente, y tratan de disimular sus propias sonrisas divertidas. Los ojos de Jennie atrapan los de Lisa, las sonrisas desvanecen, poco a poco, mientras se sostienen la mirada; y todo lo que Chaerin puede pensar es 'pobres chicas'. Ante ella, observa el dolor, la desesperación, la culpa, y bajo todo eso, el amor que es intercambiado con un mero vistazo, y -- ella en serio, en serio espera que no sea demasiado tarde.

"¿Por qué no lo hacemos en sentido de las manecillas del reloj, les parece?" Mira a ambas mujeres parpadear y romper el contacto visual para concentrarse en ella. Por un segundo, se siente casi culpable de entrometerse en lo que parecía un momento privado. Siente que la pareja tienen de esos momentos a menudo. "Lisa, comencemos contigo."

toma mi mano | jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora