Capítulo 28

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Últimamente, ha estado olvidando qué es dormir. También le queda muy poca duda en la mente de que está por reprobar la mayoría - si no todas - sus clases de este semestre. Sus profesores están dispuestos a tener en cuenta su situación hasta otoño. No más. Exactamente no puede culparlos. No es como si ellos estuvieran al tanto de que su situación empeoró.

Parece que todo ha estado empeorando sin parar. Han pasado tres días. Lisa no ha devuelto sus mensajes ni llamadas. No sabe cuál es el número de Rosé, y Lucas -- ni ha tratado contactarlo. Al menos le queda algo de sentido común, ella piensa al mirar el amanecer por tercera vez en esta semana.

Y, hasta que hubo un golpeteo en su puerta, esta mañana parecía igual que las demás. A punto de pasarla preocupándose, exhausta y con pavor esparciéndose por sus venas como veneno lento.

Hasta que hubo un golpeteo en su puerta.

Lisa luce firme y tranquila cuando la pelinegra abre la puerta sin siquiera preguntar quién era, y Jennie está tan impactada que lo único que hace es quedar boquiabierta.

"Hola." Aquellos gruesos labios se mueven cuando Lisa traga. "Ah -- Rosé me dijo que se topó contigo."

Las preguntas de inmediato inundan su mente - ¿que se topó conmigo? ¿Acaba de encontrarte, o pasaste tres días pensando en si deberías estar aquí o no?

¿Sólo estás aquí porque Rosé te habló de mí?

Se aclara la garganta. "Oh. Pues -- qué bien. Me... me alegra que estés bien."

Los ojos avellana se entrecierran cuando Lisa le da una sutil sonrisilla. "¿Por qué no lo estaría?"

Jennie resopla. "Cierto. Um, ¿Lucas está bien? Oh - ¿quieres entrar?" Por la mirada indecisa de Lisa sobre su hombro, vuelve a intentarlo. "Tengo café."

La sonrisa se ensancha. "Me gusta el café."

¿Así es cómo serán las cosas? ¿Ignorando por completo cada problema?

Ella está aquí, la mente de Jennie le dice. Está bien y está contigo.

Su plática con Jisoo trata de resurgir en su memoria, pero ella la ignora. "Hay bastante en la cocina." Le dice, dando un paso a un lado y haciéndole señas para que entre. Lisa murmura un discreto 'gracias' y pasa al lado de ella, quitándose su chaqueta y colocándola prolijamente sobre el respaldo de una silla. Jennie la mira enrollar sus mangas y -- Dios, luce indebidamente bien a esta hora de la mañana.

Jennie agradece mentalmente a su pasado yo, por forzarse a darse una ducha hoy.

"¿Desayunaste?"

A eso no pudo forzarse, pero no le deja saber eso a Lisa. "Sí." Le dice. "Pero, um, si tú no, podría prepararte algo."

Lisa hace un sonido evasivo al ver a su alrededor. "¿Compraste comida anoche?"

Ella parpadea. "No."

"Ah." Lisa le da una ojeada a la cocina otra vez antes de que su ilegible mirada fija aterrice en Jennie. "Es inusual que estés despierta tan temprano. Temí que fuera a levantarte."

"Oh, no, no me levantaste. Yo -- desperté justo antes de que llegaras." Jennie miente descaradamente.

Y Lisa, siendo Lisa, ve sus intenciones. Jennie se da cuenta de su grave error segundos antes de que Lisa suspire y cierre los ojos, pellizcando el puente de su nariz. "¿Es un reflejo? ¿El mentirme?" Sus palabras son dichas con calma, pero la lastiman, profunda y fuertemente, Jennie tiene que apretar sus dientes para no soltar un ahogado jadeo.

toma mi mano | jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora