"Aún tengo algunas de tus camisetas," Jennie dice. "Si necesitas algo con qué dormir."
Lisa toma un cuidadoso trago. "Sería estupendo. Gracias." Y vuelven al raro silencio que las ha estado rodeando desde que pasaron por la puerta. Y Jennie lo entiende. Ha pasado un tiempo desde que Lisa se quedó a dormir, y ninguna sabe cuál es el protocolo ahora.
Se harta de aquella tranquilidad llena de nervios después de varios minutos. "Lisa." La llama, y Lisa rápido encuentra su mirada. Los ojos avellana están llenos de aprehensión, y Jennie trata de no sobresaltarse. "No tienes que quedarte si te incomoda." Lisa se remueve en su asiento, y para ser honestos, la noción es casi para reírse. Por supuesto que está incómoda. No cree haber visto a Lisa así de – insegura.
¿Tan aterrador es el prospecto de pasar la noche conmigo?
Jennie busca el marcado rostro estoico de Lisa, y ahí está su respuesta. Lo peor es que, la entiende.
"Me disculpo." Lisa responde después de una corta pausa. "No quise darte la impresión de que no quiero estar aquí."
"Puedes querer estar aquí y aún así estar incómoda." Jennie señala, "y eso es lo menos que quiero que sientas." Da una pausa. Ve cómo la mirada de Lisa se suaviza cuando la suya lo hace. "Lisa, no pasa nada. Si te vas, no pasa nada. Lo intentaremos de nuevo cuando estés lista. Vamos con calma, ¿recuerdas?"
Los labios de Lisa se contraen. "Eso no es algo que olvidaré en un futuro cercano." Dice remarcando, y con Jennie respondiendo con una tranquila risilla, lo último de la tensión que había en el sitio se esfuma. "Mi deseo por estar aquí es más importante que mi... inquietud." Es lo siguiente que le dice a Jennie, con sinceridad, enviando un agradable calor que se esparce por todo su cuerpo. Y sólo se intensifica cuando la mayor desliza su mano por la mesa para tomar la de Jennie, acariciando suavemente su piel. "No quiero irme," susurra. "Así es como me siento."
Jennie niega con la cabeza. Ríe. "¿Cómo haces esto?" Por la sonrisa confundida de Lisa, continúa. "¿Cómo haces cada momento tan – especial?"
Lisa se encoge de hombros, y le regala una fugaz sonrisa pícara, y no se reclina cuando la mano de Jennie halla su nuca y junta sus labios.
*
Despierta con la luz del sol pegando en su rostro, y se siente menos poético de lo que suena. Es demasiado caliente y duro contra su piel, así que suelta un gruñido y trata de rodarse, pero un fuerte brazo alrededor de su cintura le impide hacerlo. Entre más se mueve, mayor es el agarre.
El lado posesivo, Jennie recuerda las palabras de la Dra. Lee, y sonríe al pasar sus cortas uñas por el brazo de Lisa, lo que la obliga a soltarla y así poderla encarar. Lisa sólo murmura algo inentendible contra su nuca y la atrae más hacia ella. Jennie ríe.
"...¿Jennie?" La voz de Lisa se escucha acogedora y con sueño, justo como su cuerpo presionado contra Jennie.
"Hola." Susurra mientras que el agarre de Lisa se afloja lo suficiente para que pueda rodarse y verla cara a cara. No puede contener la risita por la vista ante ella. Los ojos de Lisa están confusos por el sueño, algo desenfocados, y su cabello es un desastre, esparcido en la almohada y en parte sobre su cara. Jennie extiende su mano para quitarlo de su cara. Acoge el dulce escozor en su corazón al que se ha acostumbrado cuando Lisa le sonríe.
"Hola." Los escalofríos suben hasta donde están las puntas de los dedos de Lisa acariciando débilmente su espalda baja. "¿Dormiste bien?"
"Ajá." Jennie responde distraída. Todo su cuerpo – su traicionero cuerpo – decide enfocarse por completo en los pequeños toques de Lisa en lugar de su voz, y no está segura si es lo suficientemente fuerte para detenerla. Pasó toda la noche en los brazos de Lisa, y se acerca lentamente a su punto límite. Anoche ya casi lo arruinaban todo un par de veces, cuando los besos se intensificaron más y más y las manos se aventuraron por sus cuerpos, y cuando los oscuros ojos de Lisa prácticamente se volvieron negros en el sombrío sosiego de la habitación.
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toma mi mano | jenlisa
FanfictionEl padre de Jennie ha sido puesto en soporte vital, y convertirse en la novia de Lisa Manoban es su última oportunidad para poder pagar las facturas del hospital. Se suponía que sería por el dinero. Insensible, inmoral, impersonal. Enamorarse de ell...