Capítulo 24

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Despierta con un sobresalto, y al inicio, no reconoce su entorno. Luego, todos los recuerdos la comienzan a inundar. Lisa. El vino, el cual quedó abierto e intacto. Manos insaciables, suspiros discretos y fervientes susurros fueron intercambiados hasta la madrugada.

Lisa.

Su lado derecho está cálido, y al despabilarse más, se da cuenta que es porque hay alguien recargado ahí. Respirando con un ritmo calmo y profundo, con un brazo y una pierna echada encima de su cuerpo.

Se quedó. Sentirla - aún ahí con ella - es una experiencia tan estrafalaria que la primera respuesta de Jennie es huir. La única razón que la hace quedarse quieta es que no quiere sacar a Lisa de su sueño profundo.

Y ha pasado tanto tiempo desde que pudo sentirla de esta manera, maldición. Desde que Lisa confió lo suficiente en ella para ser así de vulnerable a su lado. El inevitable '¿por qué?' se arrastra por su cabeza, pero lo descarta. Ahora no es el momento. Más tarde, cuando Lisa esté despierta; alejándose de ella, recogiendo su ropa y lo más probable, que no la mire mientras lo hace; ya lidiará con ello en la mañana.

Por ahora, se voltea en los brazos de Lisa, para quedar frente a frente y deja caer sus lágrimas mientras traza su durmiente rostro con las puntas de sus dedos.

*

Lisa despierta poco a poco y con lentitud, y se siente un dolorosa familiaridad en la manera en que se aferra a ella al principio, antes de que esté completamente despierta. Jennie no se mueve. Está medio-asustada hasta de respirar. Teme que eso pueda alejarla.

Tal cosa no sucede, y quizá, eso es aún más aterrador.

"Hola." La voz de Lisa se escucha ronca por el sueño, y sus ojos siguen cerrados. Sin embargo, se nota una arruga apenas visible al lado de la comisura de sus labios - es un signo de su enmudecida sonrisa. Hay una ligereza en su tacto cuando no quita su brazo de la cintura de Jennie.

"Hola." Jennie responde, y traga sus últimas lágrimas antes de relajar el rostro y mostrar una sonrisa que Lisa no ve todavía.

"¿Qué hora es?"

"Temprano." Para saber la hora exacta, tendría que despegarse de Lisa y revisar su celular. Despegarse de Lisa significa ya no estar en sus brazos. Y si los abandona ahora, hay una gran posibilidad de que no volverá a estar en ellos dentro de poco.

No quiere perderse este momento. Aún no.

Lisa sonríe más abiertamente, siempre tan sutil. "Qué precisa." Bromea con ella antes de abrir un ojo - y Jennie tiene que combatir contra el impulso inmediato de estirarse hasta su mesita de noche para sacar su diario. Quiere mantener a esta Lisa a salvo en su escritura. Si hay algo digno de inmortalizar, es la imagen que le es presentada justo ahora. La cabellera de Lisa está revuelta, los rizos salvajes salen por todos lados, tiene rímel embarrado alrededor de sus ojos, y hace una mueca de disgusto burlón por la luz solar, con un ojo cerrado y el rostro arrugado de una caricaturesca y graciosa manera.

Jennie quiere quedarse con esta Lisa para siempre.

"Soy exactamente lo contrario a precisa."

Lisa se encoge de hombros. "A veces, es una cualidad poco atractiva." No se esfuerza en dar más detalles sobre si está hablando de la presición o la carencia de la misma, y Jennie no pregunta. Está feliz con simplemente estar recostada junto a ella. Piensa que el mayor tiempo que pasen en silencio, es el mayor tiempo que pueden pretender que todo está bien. El mayor tiempo que pueden flotar en este limbo, donde sólo están ellas dos, y lo demás queda en el mundo exterior.

Pero eso no es algo que ella merece, ¿o sí? "¿Tienes prisa?"

"En realidad no." Lisa ahora abre los dos ojos, y Jennie observa el difuso mar avellana, luchando por enfocarse. "¿Tú sí?"

toma mi mano | jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora