CAPITULO 49

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No quiero perderte

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Bajamos del auto, caminamos tomados de la mano hacia la lápida de su padre. Antes de llegar habíamos hecho una rápida parada en una florería. Alyssa compró un ramo de rosas rojas.

Limpió la base frente a la lápida y con mucha ternura y delicadeza puso las rosas encima. Guardamos silencio un momento. Observé a Alyssa contener sus lágrimas mientras miraba la lápida. Aquella imagen atravesó mi alma.

La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos. Es cierto que el tiempo no es opcional, sin embargo, hay cosas que ni el tiempo mismo puede borrar. Quizás logre sanar la herida, pero nunca podrá borrar la cicatriz. Vistas las cosas en la cámara oscura del recuerdo, estás toman un relieve singular.

Podremos amar mucho a alguien, pero jamás le amaremos tanto como le podremos extrañar, si lo llegáramos a perder un día. Aún en el silencio, cuando aquella dulce voz, muere, su música vibra en la memoria.

Fue allí que el brillo a contraluz de una lágrima rodando por su mejilla, acompañado de un leve suspiro, robó mi atención. El corazón no pudo callar más. Los recuerdos habían llegado a ser muchos que la nostalgia empezaba a anunciar su llegada.

— H-Hola— habló con una tenue voz —, Hola papá. Ha pasado mucho desde la última vez que vine. Mira, ya había muchas hojas en tu lápida—Guardó silencio unos segundos y prosiguió —. Perdona, por haber tardado en regresar, la verdad, han pasado muchas cosas desde ese día. Y hoy he vuelto a venir con Andrés. Ya debe parecer extraño, ¿Verdad? —dibujó una sonrisa en su rostro—. Cómo te dije, han pasado muchas cosas desde la última vez que vinimos, Andrés me ha ayudado mucho, incluso... mucho más de lo que imaginé. Recuerdo que, una vez me dijiste que la complicidad que había entre tú y mamá era inexplicable, solo fue algo que ocurrió, sin previo aviso. La viste y supiste que ella era la indicada. Era muy pequeña aún para entenderlo, por mucho que intentase no lo lograría. Sin embargo, ahora creo haberlo entendido. No puedo explicar con palabras lo que siento por Andrés, tampoco puedo decir con exactitud en qué momento empecé a sentir todo esto por él, solo sé que desde que llegó a mi vida, mis días tienen sentido y no me imagino un solo segundo de mi vida sin él. Sí papá... Me enamoré. Me enamoré de Andrés... Y jamás he estado más segura en mi vida.

Alyssa regresó a mirarme, había ternura en su mirada, acompañada con una dócil sonrisa. La satisfacción que había en su mirada, era como si por fin hubiera podido decir algo que durante mucho tiempo había callado.

Se puso de pie y se aferró a mi brazo. Mientras yo intentaba recuperarme del shock emocional que sus palabras habían causado en mí.

Sentía una felicidad indescriptible. Cuando el sentimiento es correspondido el amor se vuelve una dulce melodía capaz de arrullar el alma.

Me miró esperando que dijera algo. Sin embargo, mi cordura me había abandonado, ella tenía la habilidad, si acaso pudiera llamarse así, de alterar mis sentidos, llevar mis emociones al límite, no sé si consciente o inconscientemente, dejándome totalmente perdido en una realidad que fácilmente podría confundir con un sueño.

Tomé un poco de aire, intentando calmar el huracán de emociones que habitaban dentro de mí y acomodando mis ideas, hablé casi nervioso.

— La verdad... Es que no me esperaba esto, bueno, o tal vez, sí, de hecho, fue por este motivo que vinimos, pero, no creí que ella lo dijera así de rápido. Lo cierto es que estoy tan sorprendido como usted lo estaría en este momento. Estoy seguro de que justo ahora regresaría a mirarme, analizando mi apariencia, qué, aunque ya me había visto anteriormente, no me había prestado suficiente atención, causando que, por naturaleza del momento, me ponga nervioso y desvíe la mirada de sus ojos. Por alguna razón, de solo pensarlo, ya lo estoy — sonreí —. Para ser sincero, me hubiera gustado conocerlo en persona, Alyssa y su mamá me han hablado mucho de usted. Su historia de cómo conoció a Lorena realmente es muy conmovedora. La mejor manera de demostrar lo que sientes hacia una persona, es que te arriesgues por todo con tal de verla feliz. Yo, por mi parte, sé que no soy perfecto, de hecho, tengo millones de defectos, ni siquiera somos precisamente iguales Alyssa y yo, somos tan diferentes, tan opuestos, tan distintos, pero, es ahí donde radica la conexión, y esa era justo la coincidencia, lo que no teníamos en común. Aun con todo, estoy dispuesto a sacrificarlo todo, por verla feliz. Porque de eso se trata amar, ¿No es así? Sentirte vivo, dándole vida a sus días. Sé muy bien que ella no es mía, ni mucho menos yo soy suyo, lo nuestro podría no ser más que algo temporal, un préstamo de momentos inolvidables que, quizás, duren la vida entera. Y yo... yo deseo mi vida entera a su lado.

Un Susurro En El SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora