CAPITULO 24

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El reto

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En el regreso Alyssa se mantuvo en silencio, solo observaba tras la ventanilla del auto, me desvíe a una heladería cerca de la plaza, estaba tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera se percató de ello. Estacioné el auto y guardé las llaves.

— Bajemos.

— ¿Por qué estamos aquí? — Preguntó confundida, regresando de sus pensamientos.

— Se me antojó un helado, ¿A ti no?

— Ah ok... pues sí.

— Vale, ponte la casaca, ya está haciendo frío.

— Está bien.

Bajamos del auto y entramos a la heladería, nos sentamos en una mesa cerca a la salida.

Una señora de buena apariencia nos atendió, entregándonos la carta.

Miramos la carta, Alyssa escogió el más barato, sabía que era por modestia, así que insistí en que pidiera algo más, al ver que mis argumentos no funcionaban y después de un largo debate optamos por pedir un "Banana Split" para los dos.

— No se te puede convencer fácilmente— añadí.

— Pues no— respondió con una sonrisa—, ya me vas conociendo.

— Sí, eso me agrada.

— ¿Qué cosa?

— El conocerte mejor.

— ¿Porqué?

— Me hace sentir más cercano a ti.

— ¿Enserio?

— Viniendo de alguien que nunca tuvo una amistad duradera, créeme que sí.

— Jajá, ok; ¿Sabes?, se me hace difícil aceptar esa idea.

— ¿La de, "nunca tuve amistades duraderas"?

— Sí.

— ¿Por qué?

— En este tiempo que he tratado contigo me ha agradado mucho tu personalidad, entiendo que a veces seas frío y demasiado sincero, pero aun así eres muy agradable, no entiendo como alguien así le cueste tener amistades duraderas.

— Bueno, yo lo intentaba, pero en la mayoría de veces se alejaban de mí.

— ¿Por qué?

— Como te dije la vez que hablamos en tu colegio, soy demasiado sincero y a veces creo que incomodo a los demás. Las personas prefieren que les llenen los oídos de halagos y cumplidos a que les digan críticas y correcciones.

— Pero eso no es razón, considero que, un amigo así vale más que muchos.

— Esa es tu manera de pensar, y me agrada, pero por desgracia no siempre se piensa así, además mi forma de hablar y expresarme creo que tampoco ayudaba. Al final me acostumbré a mí mismo. La soledad no es tan mala compañía después de todo.

— ¿Nunca tuviste una relación amorosa?

— No. O bueno...

— ¿Bueno...?

— Si tuve una, emm "relación", si es que se le puede llamar así.

— No entiendo.

— Solo inició una relación conmigo porque la retaron a hacerlo, un estúpido juego, debí haberme dado cuenta, ni siquiera hablaba con ella, solo sabía que estudiaba conmigo en el taller de fotografía.

Un Susurro En El SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora