Nuevo profesor

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Blake

Caminaba por los pasillos en busca de Dallas, pero en vez de encontrarlo a él, vi a su hermana y a sus amigas a lo lejos del pasillo. No pude evitar notar que se parecen mucho, digo, son mellizos, pero cada uno tiene su propia vibra. Dallas en ocasiones es muy tímido –por lo que a veces se guarda cosas para sí mismo–, es torpe, y siempre irradia alegría y optimismo. En cambio su hermana es segura, directa y perspicaz. Cosa que hace que se me dificulte ocultar algunos gestos o reacciones hacia ella.

—Ah, Blake. Sigues aquí.

—No, soy un holograma —dije sarcástico, cuando escuché la voz de Dallas detrás de mí.

—Blake, no seas así —Hizo un puchero.

—Te estaba buscando —Le sonreí.

—¡Me estoy muriendo de hambre! —Se tocó el estómago que gruñía como loco—. Vamos a buscar a Donna para irnos.

—Ahí está —La señalé, ésta se encontraba a unos metros de nosotros.

—Donna, vamos a casa —La llamó Dallas, tocando su hombro cuando nos acercamos lo suficiente.

—Ah, Dallas. Hoy Emma nos va a acompañar a casa. ¿Verdad Emma? 

—Sí... —La rubia asintió tímida.

—¿Eh? Emma vive en la otra dirección —dijo Dallas con un notable nerviosismo en su voz.

—Ya sé, pero se quedará a hacer tarea, idiota.

—Ah.

—De verdad no sé cómo puedes ser amigo del idiota de mi hermano —Se dirigió a mí, por lo que yo respondí con un suspiro y un encogimiento de hombros. Emma se limitó a sonreír, haciendo que las orejas de Dallas se pusieran rojas.


***

Yo vivo en el fraccionamiento que está a cuatro calles después de la casa de los Johnson así que me despedí de ellos y seguí de largo. Cuando me agaché para amarrar las agujetas de mis tenis vi que un gato se me acercaba a la pierna derecha. "Qué raro que los gatos callejeros se presten a hacer estas cosas", pensé cuando éste comenzó a ronronear después de que lo acariciara. Si lo llevo a casa seguro y Alicia lo adopte.

—Ya llegué —anuncié cerrando la puerta detrás de mí, no esperando que alguien me contestara.

—Ya lo noté —contestó mi hermano, quien se encontraba sentado en el sofá de la sala viendo la televisión.

—¿Maro?

—¡Hola Blake! —Se apresuró a abrazarme Alicia—. ¡Oh! ¡Qué lindo gatito! —Fijó su mirada en el gato negro que estaba echado en la puerta como esperando un recibimiento también.

—Lo encontré en la calle antes de llegar.

—¿Puedo quedármelo? 

—Supongo, no creo que papá y mamá se nieguen.

Alicia asintió emocionada y se acercó a acariciarlo.

—Y ahí otro gato a la colección —dijo Maro.

—Si es que no me abandona —Lloriqueó Alicia—. Nieve se escapó y jamás regresó.

—Es porque eres muy empalagosa.

—No es verdad —Le sacó la lengua y se metió a su cuarto con el gato en brazos.

—¿Y ese milagro que estás en casa? —Asenté mi mochila en el piso y me senté a lado de Maro.

—¡Tengo trabajo! —exclamó feliz. Por la sonrisa en su rostro pude imaginarme que le iban a pagar bien.

—¿Enserio? ¿En dónde? —pregunté curioso—. ¿Tan rápido has conseguido trabajo?

—En tu amada y querida escuela.

—¿Qué? —Fruncí el entrecejo.

—Ahora deberás llamarme profesor, Blake —Soltó una carcajada al ver mi cara de confusión.

—¿Es en serio?

—Sí —Me lanzó una almohada.

—¿Así que te quedarás aquí? Sabes a lo que me refiero.

—Bueno, estoy soltero de nuevo así que... Sí, por ahora. ¿Por qué? ¿No estás feliz de verme?

—Lo estoy, gracias a ti Alicia dejará de fastidiarme. Al menos eso creo.

—¿Alicia? —Alzó una ceja.

—Desde que regresó de Guatemala es como si su personalidad hubiera dado un cambio drástico. Tengo que admitir que extraño cuando me dejaron solo.

—Pues, yo la noto igual. Anormal, lo de siempre —Sonrió.

—Ya veo porque eres su hermano favorito —Acomodé la almohada en su lugar y lo miré con disgusto antes de agarrar mi mochila y subir las escaleras.



Después de subir a mi habitación, me acosté en la cama y cerré los ojos para descansar un poco la vista. No tenía sueño, anoche me había dormido temprano sabiendo que tenía que empezar de nuevo la rutina. Al pasar un rato le llamé a Dallas, tal y como me dijo.

—¿Hola?

—Hola.

—¿Quién eres? —Viré los ojos.

—Dallas, soy Blake —aclaré lo obvio.

—¡Blake! No reconocí tu voz por la música que tiene Donna. ¡Bájale a la música idiota! —gritó lo último.

—¿No me tienes como contacto?

—A veces olvido mirar el nombre —Escuché su risita—. Puede ser de vida o muerte, no me puedo dar el lujo de distraerme.

—¿Para qué querías que te llamara?

—Ah, es que quería distraerme un rato.

—Vago —Suspiré.

—No seas malo y cuéntame algo —dijo, probablemente con un puchero.

—Mi hermano será nuestro nuevo profesor de inglés —Solté directo.

—¿Qué? ¿Maro? —preguntó extrañado.

—¿Pues quién más?

—No sabía que había vuelto. De verdad tiene mucho tiempo que no lo veo.

—Sí, y Alicia también.

—¿Alicia regresó? Wow, los hermanos Stone están completos. Creo que me pasaré a saludar después. ¿Están tus padres?

—No, regresan hasta el fin de semana.

—Oye Blake.

—¿Qué?

—¿Puedes decirle a Maro que si no obtengo un diez en inglés voy a raptarte? Ah, y dile que no es una amenaza, es un aviso —bromeó.

—Voy a colgarte.

—¡Blake!

A MESS [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora