Antes de la tormenta...

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Dallas

Mientras observaba como la niebla cubría las casas del vecindario a lo lejos, me llegó un sentimiento de nostalgia. Parece que apenas ayer Blake y yo estábamos emocionados de nuestro último año de preparatoria.

Volteo a verlo, justamente a mi lado como cada mañana desde hace once años, hablando –más bien quejándose– de algo que Alicia hizo para cocinar y fue un total fracaso. —Juro que si no fuera por Maro ella habría incendiado la cocina —Sacude la cabeza con decepción.

Su cabello café demasiado peinado para ir a la preparatoria me recordó cuando íbamos a la escuela elemental y su pelo era tan corto que hacía resaltar sus orejas, en ese entonces lucían muy grandes pero con el paso del tiempo sus proporciones faciales se equilibraron. También recuerdo que teníamos la misma estatura y su madre y la mía se preguntaban quién crecería más.

—¿Desde cuándo te volviste más alto que yo?

Blake me miró confundido, y por un momento me di cuenta que tengo más cosas en común con Donna de lo que creía.

—Uh... No sé, creo que en séptimo grado. Aunque la diferencia no era mucha en ese entonces.

—Hey, ¿cómo era cuando estaba pequeño?

—Si estás hablando de estatura aún lo--

Lo miré con desdén.

—Vale, vale. Creo que no has cambiado nada la verdad, aunque te volviste un poco más serio.

—Wow, Blake. Tan expresivo como siempre —dije con sarcasmo.

Sonrío con nostalgia. "Espero que las cosas no cambien nunca", me digo a mí mismo. Pero, amargamente estoy consciente que la vida es así, en un abrir y cerrar de ojos todo cambia. A veces para bien, a veces para mal, pero siempre nuestro futuro es el resultado de una cantidad continua de decisiones y acciones.

Al principio del año, mi único amigo era Blake, el amor de mi vida era Emma, y mi única preocupación era no levantarme tarde en las mañanas. Estos meses, a pesar de ser fugaces, se sintieron como años. Tiempo en el que tuve la oportunidad de conocer más personas, y forjar una amistad con dos de ellas: David y Dylan.

—¿Es mi idea o David ha estado actuando raro últimamente? —Interrumpió mis pensamientos el peli castaño.

—¿Oh? ¿Te preocupa David?

—¿Sí? —dijo dudoso—. Es como, tu amigo ahora, ¿no?

—¡Es nuestro amigo ahora!

Blake me miró confundido.

—Siento que me estoy perdiendo de algo.

—Al ser mi amigo se convierte en el tuyo automáticamente —señalo lo obvio.

—¿Ok? Si tú lo dices... Pero enserio, ha estado actuando raro.

—Tal vez deberíamos darle un regalo —sugiero animado.

—¿Por qué?

—Para... ¿Animarlo?

—¿Estás seguro de que no te gusta él en vez de Dylan?

—¿Q-Qué estás...? —Lo golpeé en el brazo—. ¡Alguien podría escucharte!

—Dallas, no hay absolutamente nadie en esta calle a las seis treinta de la mañana más que nosotros.

—Soy una buena persona, Blake —Suspiro—. No es raro darle un regalo a un amigo, además no necesita ser caro.

—¿Cómo qué? —preguntó sentándose en la parada de autobús.

—Uh, como un café —Me encogí de hombros.

—Sabes, necesito un auto.

—Igual yo —Hice un puchero.

—¿De casualidad no quieres regalarme uno? Digo, no es raro darle un regalo a un amigo —Sonríe burlón.

—Creo que tus neuronas aún están durmiendo, Blake.

—Dallas, las neuronas no duermen —Viró los ojos.

—Blake, hazme un favor y cállate. No soy rico, no puedo ni comprar un celular nuevo y quieres que compre un auto.

—Si te casaras con Dylan podrías--

—¡Te dije que te callaras!


*

—¡Dallas! —Medio gritó, medio susurró una voz—. Dallas, tienes que levantarte.

—Mhmm —Me quejé.

—Dallas...

Comencé a abrir y a cerrar los ojos, tratando de ajustarme a la claridad de la habitación.
¿Por qué rayos tiene que abrir las cortinas?

—¿Donna? ¿Qué pasa? —Arrugué el entrecejo.

Donna sólo trago saliva y apretó los labios.

—¿Pasa algo malo?

—Él... Papá... 

—¿Te hizo algo? —Me senté de golpe.

Negó con la cabeza.

—Él quiere hablar con nosotros —Me miró fijamente, como si estuviera estudiando mi reacción.

—¿Uh? ¿De qué?

—Cámbiate de ropa y baja.

—Oye, tengo hambre —Me quejé—. ¿Es tan importante como para hacerme retrasar la comida más importante del día?

—Son las tres de la tarde imbécil, sólo cámbiate de ropa y baja —repitió—. Es serio.

—Mmm ok —Viré los ojos.

Una vez que salió de la habitación entré al baño y casi me reí de mi reflejo. Mis mechones dorados formaban picos sobre mi cabeza, una marca roja en mi mejilla, y un poco de saliva seca adornaban mi cara.

—Aún no entiendo porque estoy soltero —bromeé.

Me lavé la cara y cepillé mis dientes y cabello, pero éste último se encontraba muy rebelde. Elegí una gorra entre mi amplia colección de gorras negras y cambié mis shorts por unos pants grises.

Cuando estaba bajando las escaleras noté que nunca había hecho algo tan lento en mi vida. ¿Estoy asustado? Mis manos sudorosas que tocaban el barandal hablaron por sí mismas. Sí, tal vez lo estoy. ¿Por qué quiere hablar con nosotros?

Cuando al fin mis pies tocaron el último escalón, vi a mi padre sentado con la cabeza gacha y las manos sobre su cara. Mi corazón comenzó a agitarse y tragué saliva. Mi garganta estaba seca.

Donna me miró e hicimos contacto visual. Su rostro lo decía todo. Malas noticias...




***

Sorry, cuando al fin conseguí tiempo para escribir tranquilamente me vino el bloqueo de escritor y luego me pasó lo mismo de siempre ;v; "¿vale la pena seguir actualizando?" "¿por qué la gente sigue leyendo mi historia xd?"

Por cierto, olvidé mencionar que @ANDREW_MO hizo la portadita nueva <3 grax jiji

A MESS [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora