No tan opuestos... Parte 1

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¡¿Por qué se me quedó mirando?! Estoy muy nerviosa, estoy muy nerviosa, estoy muy nerviosa.

Vale Emma, tranquila.

Inhala, exhala, inhala, exhala.

¿Planea asesinarme? No, no puede ser eso. De seguro todos los rumores deben ser mentira, ¿No?

Bueno, si se preguntan de qué rumores estoy hablando...

Los rumores que más se dicen es el de que su padre es un sicario, por eso tienen tanto dinero, y amenazan a la familia Monroe, por eso es que Douglas y Dylan siempre están juntos, según porque fingen su amistad. O el rumor de que estuvo en una correccional de menores, de que atacó a una anciana que cruzaba la calle, o que cualquiera que lo vea mucho tiempo a los ojos saldrá lastimado. O ese otro rumor de que todos se llevan con el para que no les haga nada....

Yo no sé cual de todos creer, o peor, ¿qué tal si todos son ciertos?

Si es así... bueno, hoy choqué sin querer con él en la mañana... ¿Amaneceré viva? Debo escribir mi testamento antes, pero, ¿cuándo?

¡No pierdas la compostura Emma Hall!

-Hola.

Esa voz...

-¿Hola?- Dirigí la mirada a quien me hablaba.

¿D-d-douglas? ¡¿Qué quiere conmigo?!

-Estás conmigo en el trabajo.- Sonrió.

¡Oh Dios! ¿He estado tan despistada últimamente que no me enteré de que estaba con él? ¿P-por qué está sonriendo? ¡Me confunde! ¿Está pensando en cómo vengarse por lo de la mañana?

Mi corazón late muy rápido.

-Mm, ¿eres muy callada siempre?- Preguntó mientras se rascaba la cabeza nerviosamente.

¡Estoy ocupada pensando! Vale, prometí que hablaría decentemente con un chico... aguarda, era con un chico que me gustase, ¿no? Bueno, sin contar los pésimos rumores y la personalidad qué dicen que tiene... es apuesto, hay que admitirlo. Es rubio, alto, ojos verdes y, definitivamente se ve mejor sonriendo que con la cara de "quiero asesinarte". Pero no podría decir que me gusta...

Respiré hondo.

-H-hola.- Dije al fin.

-Al fin me contestas.- Suspiró.

-L-lo siento.

-El que debería disculparse soy yo.

-¿Eh?

-En la mañana chocaste conmigo.

-¡Ah! E-es que estaba realmente atrasada.- Comencé a jugar con dos mechones de mi cabello.

Sí, eso que suelo hacer cuando estoy muy nerviosa.

-Bueno, cuando me quise disculpar saliste huyendo.

¿Qué dijo? ¿Escuché bien? ¿Él se quiso disculpar? Y yo creyendo que me iba a insultar... creo que he sido un poquito paranoica, bueno, tal vez muy paranoica.

-Ah, ¡lo siento!

-Deja de disculparte, de seguro te asusté, ¿No?

Lo miré unos segundos.

-¿Cómo crees?- Vacilé.

-¿Segura?

-Bueno, tal vez un poco.- Dije cabizbaja.

-Lo sabía...- Resopló.- No fue mi intención.

No contesté.

-Soy Douglas Hicks.- Me extendió su mano.

A MESS [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora