David
Ha pasado una semana desde el incidente con Douglas. Mis padres me castigaron y están vueltos locos. Sobre todo mi padre, que no sabe a quién culpar por mi mala conducta. Dice cosas como "él es así porque lo consientes mucho", y mi madre se molesta con él, causándome risa. Ambos terminan molestos sin solucionar nada, y sobre todo, sin saber que me da completamente igual lo que piensen y decidan hacer.
Bostecé con pereza, decidiendo que lo mejor para relajarme sería acostarme y ponerme los audífonos. Con el volumen en el nivel más alto me fui perdiendo en la música y las letras. Mi nueva playlist era una joya, había descubierto nuevas canciones de mi género favorito y ahora no podía dejar de escucharlas. Sin embargo, la vida me odia, y hoy me lo dejó en claro cuando entró Edson y comenzó a hablarme. El movimiento de su boca no se detenía pero fingí no verlo. Yo solo quería que se marchara para dejarme solo en la habitación.
—¡David! —Logré escuchar debido al grito de éste. Me había tomado de los brazos llamando mi atención.
—¿Qué? —Me quité un audífono, mirándolo con desdén.
—Te estoy hablando y sólo me ignoras.
—¿Acaso no ves que estoy escuchando música?
Si hubiera querido hacerte caso ya lo hubiera hecho desde que comenzaste a ladrar.
—Joder, tú...
—¿Yo qué? —Alcé una ceja. ¿Iba a insultarme? Qué gracioso, un cachorro aprendiendo a ladrar.
—No sé qué te pasa últimamente.
—¿A qué te refieres?
¿Qué me pasa? Todavía tiene el descaro de decirme tal cosa sabiendo perfectamente que él es la causa...
—No te hagas el tonto.
—¿Mhm? Escúpelo rápido, no tengo todo tu tiempo.
—Tú... Te portas mal conmigo y con nuestros padres, tus calificaciones bajaron y te consigues una pelea con Douglas, ocasionando que te lleven a la dirección.
—¿Y tu punto es...?
—Ah, y el día de la fiesta tomaste hasta quedar inconsciente. Cosa que tú nunca harías. Luego te salvo el pellejo y te traigo hasta nuestra habitación después de que vomitaras sólo para que al día siguiente despiertes y me grites.
—¿Y a ti que más te da? Ese es mi problema, no el tuyo.
—Estás raro —Me miró con recelo.
—¿Y desde cuándo sabes qué haría y qué no? Deja de molestar.
—Tú eres el que me está molestando.
—Como sea, vete.
—Ésta es mi habitación también, ¿lo olvidaste?
—No, no sabía, soy un retrasado —Me enfadé.
—Tal vez lo eres.
—Y tú eres perfecto, ¿no? —dije levantándome en dirección a la puerta.
—No lo soy, pero al menos intento ser mejor persona que tú.
—Desagradable —Azoté la puerta con fuerza. Salí de la casa y opté por caminar un rato para despejar mi cabeza.
Al llegar al parque que se encontraba cerca, me recosté en una banca y me puse a escuchar música, sólo así podía olvidarme un rato de mis padres, de Edson, de la escuela, y del mundo. Al fin no había nadie que me interrumpiera de mi miseria y mis pensamientos autodestructivos.
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A MESS [EDITANDO]
Romance«Mi nombre es Dallas Johnson, tengo 17 años y de alguna forma me he enamorado de un compañero de clase y del club de baloncesto: Dylan Monroe. Las cosas no son muy fáciles por dos sencillas razones. La primera sería que somos hombres. Y la segunda e...