Trabajo en parejas

9.7K 784 153
                                    

Dylan

—Hey, bro —dije acercándome al rubio.

—¿Qué quieres? —Me miró enojado.

—Esa, amigo mío, es una pregunta muy difícil de contestar.

—No estoy de humor, deja de decir cosas sin sentido.

—¿Es porque te llevaron a la dirección o porque un debilucho te dio la paliza de tu vida?

No pude evitar soltar una carcajada.

—¿De qué paliza de mi vida hablas? —Bufó—. Apenas y me hizo cosquillas.

—¿Oh? ¿En serio?

Lo observé divertido. Era un mentiroso sin remedio.

—¿Quieres morir? Intenta provocarme.

—Pero amor, tú no te atreverías a pegarme.

—¡Dylan Monroe!

Después de reír hasta que su cara se volvió roja de la rabia cambié la expresión de mi rostro a una seria.

—Me costaste la oportunidad de confesarme a mi bella Julieta.

Tragó saliva.

—Ya me disculpé por eso.

—No es suficiente —Resoplé.

—De verdad no estoy de humor, ¿no lo puedes notar?

Hasta a un kilómetro podría sentir las vibras asesinas...

—Ahora voy a tener que disculparme con los perdedores de Dallas y sus amigos.

—Haz lo que quieras pero no me involucres.

—No tienes derecho a decidir si te involucras o no —Comencé a caminar de espaldas—. Me debes una.



Estaba caminando tranquilamente con una cara indiferente por los pasillos, no había muchas personas que me voltearan a ver, así que no tenía caso que tratara de actuar. Cuando vi que salía Donna Johnson de un salón, rápidamente me acerqué con una sonrisa practicada a la perfección.

—¡Donna! —La llamé, aproximándome a ella. Su figura de espaldas era muy llamativa, cuerpo proporcionado y unas piernas delgadas y bonitas. Tenía puesto su uniforme pero la falda no era corta como la usaban la mayoría de las chicas, y su cabello castaño estaba amarrado en una cola alta. Realmente bonito y largo.

—¿Dylan? —Se volteó extrañada, jugueteando suavemente con el llavero de su mochila.

—Quería disculparme por lo que pasó en la fiesta —dije, observando mejor el llavero con una sonrisa en mi rostro. Era un pollito saliendo del huevo con pestañas y un piquito naranja en forma de triángulo—. Douglas estaba muy mal anoche y no sé qué le pasó. Siento que se tuvieran que ir.

Era verdad, gracias a esa pelea su grupo de amigos decidió que lo mejor era retirarse, quitándome la oportunidad de verla y hablar con ella.

—No te preocupes, igual ya teníamos que irnos —Desvió el contacto visual y sonrió levemente—. Ya era tarde.

Me dio la espalda para retirarse.

—¡Ah! Donna...

—¿Tienes algo más que decirme?

—Bueno, ese día quería decirte algo pero no pude.

—¿Sí...? —dijo alentándome a continuar.

A MESS [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora